Argentina sufre desplome histórico del PIB en medio de crisis por control cambiario
La economía se contrajo casi 20% el segundo trimestre. La semana pasada el gobierno de Fernández anunció una batería de medidas con el fin de “garantizar divisas”, restringiendo aún más la compra de dólares.
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Aunque la recesión económica se ha extendido ya por tres años en Argentina, ayer se confirmó que el país todavía no había visto lo peor. En medio de mayores trabas cambiarias y un déficit fiscal en aumento, el Producto Interno Bruto (PIB) registró el mayor desplome de su historia el segundo trimestre de este año.
Como consecuencia de la rígida y extensa cuarentena implementada para contener los contagios de coronavirus, la economía trasandina se hundió 19,1% entre abril y junio, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Si bien el dato fue levemente más optimista que la merma de 19,9% del Producto estimada por el mercado, fue más profundo que la caída de 16,3% del peak de la recesión de 2002 y la baja de 11,3% del peor momento de la crisis financiera.
En el detalle, todos los indicadores de oferta y demanda que componen el PIB, además de todos los sectores, reflejaron números rojos, siendo la caída más grande la registrada por la inversión, que se redujo 38,4% en comparación al mismo trimestre de 2019, y dejando atrás también lo sufrido en la crisis de comienzos del milenio.
La brutal contracción, sin embargo, está lejos de ser el único problema para la economía del país vecino. La noche del martes de la semana pasada, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció un endurecimiento a la política cambiaria hasta ese entonces vigente, la cual a través de tres acciones apunta a “garantizar divisas para la recuperación económica”, que son cada vez menores.
Rápido impacto
Cabe recordar que a fines de octubre del año pasado -inmediatamente después de conocerse el resultado de las elecciones presidenciales- el BCRA anunció medidas para endurecer el cepo cambiario, con lo que desde esa fecha el tope para las compras mensuales es de US$ 200, en lugar de los US$ 10 mil previos.
Ahora dicho máximo mensual tiene dos restricciones adicionales. Primero, si hasta la semana pasada se cobraba un impuesto de 30% a los dólares del mercado oficial, hoy se cobra sobre este un gravamen extra de 35% como un anticipo de impuesto a las ganancias personales. Además, los consumos en tarjeta de crédito están incluidos dentro del cupo mensual de US$ 200, sumándose gastos por turismo y en moneda extranjera, que antes estaban fuera del tope.
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Adicionalmente, se definió que las empresas pueden acceder al mercado oficial por solo el 40% de sus vencimientos, teniendo que cubrir el monto restante a través de mercados paralelos, refinanciación o -en el peor de los casos- reestructurando su deuda.
La circular del central, lejos de pasar desapercibida, generó una crisis en el país vecino. Ayer el riesgo país de Argentina, medido por el banco de inversión JPMorgan, subió 15 unidades a 1.353 puntos básicos, frente a los 1.083 puntos anotados el 10 de septiembre tras reconfigurarse con los nuevos títulos del canje. Con esto, el indicador superó incluso a la República del Congo, el país africano de mayor riesgo.
El índice bursátil S&P Merval subió 0,49% ayer, a 40.944,49 unidades, ante compras de oportunidad en una plaza reducida e inestable de negocios. Pero la semana pasada perdió 9,51%. En el mercado cambiario el peso se depreció un 0,08% a un mínimo histórico de 75,64/75,65 por dólar.
Aumentan las críticas
Los brutales impactos para los mercados van de la mano de fuertes críticas de los expertos locales, quienes rechazan de plano las últimas acciones monetarias de la administración de Alberto Fernández.
Como una “batería de medidas muy dañina” calificó al paquete el socio fundador de Alberdi Partners, Marcos Buscaglia, quien acusó que “el gobierno pone más y más medidas para impedir que los argentinos compren dólares, pero lo único que hace es en definitiva subir la brecha entre el dólar oficial y los mercados de dólar paralelo”.
Desde la consultora local ACM, el economista jefe, Jorge Neyro, complementó planteando que “hay un montón de gente que antes podía comprar dólares y ahora no va a poder, y encima para el que pueda va a estar más caro, bastante más caro, y eso impacta en las compras, en el turismo, o en cualquier otro servicio que se compre en el exterior”.
La directora de la consultora argentina EcoGo, Marina Dal Poggetto, explicó que la nueva batería “puso muchísimas restricciones en los mercados de dólar paralelo, entonces casi que lo fragmentó en tres”.
Neyro afirmó que “estas medidas endurecieron todo más, entonces aumentaron la desconfianza”, mientras que la economista de EcoGo enfatizó que “no vas a generar que los argentinos quieran ahorrar en pesos por decreto, el peso no funciona como reserva de valor.
Pese a lo anterior, los expertos coinciden en que el punto más crítico es lo relacionado a las deudas corporativas. “Lo que terminó generando fue una disparada en los rendimientos de la deuda corporativa, con lo cual se alejan las empresas de la posibilidad de refinanciarse”, lamentó Dal Poggetto.
En este escenario, la economista de EcoGo afirmó que “las señales son cada vez más perversas”, ya que “la expectativa es que si sacas la demanda de dólares del mercado oficial, el central no pierda dólares y pueda ganar tiempo, pero tiempo para qué, cuál es el horizonte”.
El economista jefe de ACM, en tanto, advirtió que “lo que preocupa es que no hay medidas para que aumente la oferta de divisas, son todas medidas para que los dólares no se vayan, no para que lleguen dólares, ni financieros ni comerciales”.
Lejos de una visión auspiciosa sobre lo que viene, Buscaglia advirtió que “la crisis todavía está empezando en Argentina, ese es el problema”.
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A juicio de Dal Poggetto, es claro que para superar la situación actual no se requiere un giro en la política, sino en los nombres. “Vas a requerir un cambio de gabinete para estabilizar”, afirmó, lo que Neyro agregó que “la salida no es fácil”.
Para este último, sin embargo, “es una típica crisis argentina, que va cambiando según los condimentos, las causas, pero no es una cosa totalmente desconocida”.