Los líderes demócratas del Congreso de
Estados Unidos se negaron hoy a dar un cheque en blanco al Gobierno de
George W. Bush para lanzar uno de los mayores rescates financieros
de la historia del país y propusieron cláusulas para el control del
dinero.
El presidente Bush insistió, también hoy, en la necesidad de
actuar "rápidamente", en un comunicado emitido temprano con el
objetivo de marcar el debate público del día.
El mandatario instó a los legisladores a no incluir cláusulas no
relacionadas con la crisis financiera en el proyecto de ley que se
debate en el Congreso o disposiciones que "socaven" su efectividad.
Pero los demócratas dejaron claro que no van a firmar un cheque
de 700.000 millones de dólares, que es el volumen del paquete que se
negocia, para que el Gobierno haga lo que le parezca.
"Sería algo sin precedentes darle US$700.000 millones a,
virtualmente, un individuo sin ningún tipo de supervisión,
transparencia y rendición de cuentas", dijo hoy el demócrata
Christopher Dodd, presidente del Comité de Banca del Senado, en una
entrevista con la cadena CBS.
El hombre al que se refería Dodd es Henry Paulson, el secretario
del Tesoro, cuyo plan inicial, de tan sólo dos páginas y media, se
reservaba la máxima flexibilidad para el uso de los fondos sin
ningún tipo de mecanismo de revisión de las decisiones que se tomen
para combatir la crisis.
La contra-propuesta que le entregaron hoy los líderes del Senado
prevé, en cambio, la creación de un comité de supervisión, que
estaría integrado por representantes de las agencias de regulación
financiera y del Congreso.
Ese plan también demanda que el Gobierno reciba acciones de las
empresas a las que ayude.
Y dado que los contribuyentes estadounidenses pagarán por las
malas decisiones de inversión de los directivos de las empresas, la
propuesta, divulgada por Dodd, quiere que se ponga tope a sus
salarios millonarios.
"Queremos limitarlos como condición para darles la ayuda", dijo
hoy Barney Frank, presidente del Comité de Servicios Financieros en
la Cámara Baja en una entrevista en la cadena ABC.
"Si el secretario Paulson está de acuerdo, iremos rápido, pero si
insiste en que por algún motivo eso es algo terrible, se retrasará",
advirtió Frank.
Paulson, quien fue consejero delegado del banco Goldman Sachs
antes de asumir su cargo actual, ha dicho que esas medidas
planteadas por los demócratas podrían tomarse posteriormente y que
el paquete no debería ser "punitivo".
No obstante, el ambiente político parece estar en su contra, pues
tanto el candidato presidencial demócrata, Barack Obama, como el
republicano, John McCain, han cargado contra la "avaricia" de los
especuladores en Wall Street.
La iniciativa demócrata también pide ayuda para los propietarios
de viviendas y permite a los jueces suavizar los términos de las
hipotecas de los dueños de casas que se han declarado en bancarrota
para que puedan seguir en sus hogares.
Esa última cláusula se enfrenta a la oposición de los bancos, que
son el tercer actor en liza en las negociaciones y que han inundado
el Congreso con sus representantes para maximizar sus ventajas en el
paquete que se debate.
Ante la incertidumbre sobre lo que al final entrará o no en el
plan, a media mañana de hoy la bolsa de Nueva York había bajado un
1,7 por ciento, lastrada en especial por la caída de las acciones de
las instituciones financieras.
En todo caso, sobre lo que sí hay acuerdo entre la Casa Blanca y
el Congreso es sobre la línea general del plan: que es necesario,
que contará con US$700.000 millones y que comprará deuda de
mala calidad vinculada a las hipotecas para la que ahora no hay
mercado porque nadie en el sector privado quiere ni tocarla.
Bush recalcó hoy de nuevo que las consecuencias de no actuar
serían profundas, pero algunos legisladores rechazaron esas
presiones.
"Muchos de nosotros votamos a favor de una guerra (en Irak) que
ahora lamentamos", dijo en la cadena ABC el republicano Christopher
Shays.
"Creo que hay un cierto número de congresistas que queremos
suficiente tiempo. No hablo de una semana, pero sí suficiente tiempo
para debatir esto", añadió.
La Cámara Baja podría votar sobre el paquete el miércoles o el
jueves, mientras que el Senado lo haría el viernes, según fuentes
legislativas.