La
Comisión Europea prevé que la economía española entre en recesión en la
segunda mitad de este año y augura una caída del PIB trimestral del
0,1% entre julio y septiembre, y del 0,3%, entre octubre y diciembre.
Las
nuevas estimaciones de Bruselas son inferiores a las que publicó el
Gobierno en julio -que preveían un crecimiento del 1,6%- y suponen un
recorte de 0,8 puntos respecto a las previsiones de primavera del
Ejecutivo comunitario. La inflación se situará en el 4,5% de media
anual, 0,6 puntos más de lo que se había pronosticado en abril.
La Comisión recortó también las previsiones de crecimiento para la eurozona
y para el conjunto de la UE como consecuencia del impacto de las
turbulencias financieras, de la subida de los precios del petróleo y de
los alimentos y de la crisis del sector de la vivienda en algunos
Estados miembros. La eurozona crecerá un 1,3% -0,4 puntos menos de lo previsto en primavera- y la UE un 1,4% -0,6 puntos menos-.
Bruselas revisó además al alza la previsión de inflación hasta situarla en el 3,6% para la zona euro -0,5 puntos más- y en el 3,8% para toda la UE -0,2 puntos más-. No obstante, el Ejecutivo comunitario considera que el nivel de precios podría haber tocado techo ya y bajará hasta el 3,4% y el 3,7%, respectivamente, en el último trimestre.
España seguirá creciendo en 2008 por encima de la media de la zona euro
y superará a Francia (1%) y a Italia (0,1%), aunque quedará ya por
detrás de Alemania -que crecerá un 1,8% pese a experimentar una
recesión en el segundo (-0,5%) y tercer (-0,2%) trimestres-.
Sin
embargo, el perfil de crecimiento de la economía española durante el
segundo semestre será peor que el resto de grandes economías que
comparten la moneda única. Mientras que Berlín, París y Roma iniciarán
una gradual recuperación durante el último trimestre del año, España
seguirá empeorando al pasar de un crecimiento negativo del 0,1% en el
segundo trimestre al -0,3% en el último trimestre. Entre los grandes
países de la UE, sólo Reino Unido registrará peores datos durante la
segunda mitad del año (-0,2% en el segundo y tercer trimestres) y
crecerá un 1,1% durante todo el año.
Construcción
El
Ejecutivo comunitario explicó que el brusco empeoramiento de las
perspectivas económicas de España se explica principalmente por el impacto de "la contracción del sector de la vivienda sobre la economía,
que se ha visto agravado por la persistencia de las turbulencias en el
sector financiero y por una inflación mayor de la prevista resultado de
los altos precios del petróleo".
El elevado déficit por
cuenta corriente y una dependencia del petróleo mayor que la de otros
países de la UE "están reforzando los efectos de los shocks sobre su
actividad económica", subraya Bruselas.
La Comisión prevé
que la demanda doméstica se contraiga durante el segundo semestre del
año en todos sus componentes excepto en el de gasto público.
Especialmente importante será el retroceso del consumo privado como
resultado del estancamiento en la creación de empleo, el aumento de la
inflación y las crecientes dificultades para acceder al crédito.
También
se reducirá la inversión por el ajuste en el sector de la construcción
y el empeoramiento de la confianza empresarial. Por lo que se refiere
al sector exterior, Bruselas cree que hará una contribución positiva al
crecimiento ya que las importaciones se reducirán por el retroceso del
consumo y las exportaciones "mantendrán un rendimiento relativamente
bueno".
Por lo que se refiere a la inflación, el Ejecutivo
comunitario aumentó hasta el 4,5% su previsión para el conjunto del
año, 0,6 puntos más de lo que había pronosticado en abril. No obstante,
a finales de año el nivel de precios se situará alrededor del 4%.
Bruselas destaca que el diferencial de inflación respecto a la eurozona
se sitúa de nuevo por encima de un punto porcentual y alerta de que "la
existencia de cláusulas de indexación salarial aumenta el riesgo de que
persistan las presiones inflacionistas".