A poco menos de un mes de las elecciones en Brasil, las principales candidatas están técnicamente igualadas en la carrera por la presidencia. La mandataria Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), y la socialista Marina Silva empatan, por primera vez, en intención de voto de cara a una eventual segunda vuelta de los comicios de octubre en el país.
Según el último sondeo divulgado por Datafolha la semana pasada, en la primera ronda del 5 de octubre, Rousseff aumentaría un punto porcentual en las intenciones de voto, pasando del 35% recogido hace una semana, a un 36%. Ese punto lo perdería la ambientalista Silva, que el 3 de septiembre cosechaba el 34% de las intenciones de voto, mientras que una semana más tarde reúne el 33%. El senador Aécio Neves, tercero en la encuesta, se quedaría con un 15% de los sufragios, frente al 14% registrado anteriormente.
El segundo empate técnico entre ambas candidatas se daría en la eventual segunda vuelta que las enfrentaría. De acuerdo a la encuesta, Rousseff aumentaría dos puntos y reuniría el 43% de los votos, mientras que Silva, pese a perder esos mismos dos puntos, aglutinaría el 47% de los sufragios de los brasileños.
“Esperamos una larga segunda vuelta que ya ha empezado. Los demás (candidatos) han desaparecido y la atención está centrada en ellas”, dijo a DF Sonia Fleury, doctora en Ciencia Política y docente e investigadora de la Escuela Brasileña de Administración Pública y de Empresas (Ebape) de la Fundación Getúlio Vargas.
Mientras, crece la polémica por el caso de corrupción al interior de Petrobras. La filtración de una denuncia de pago de coimas a políticos desde la petrolera estatal “no está teniendo por el momento ningún efecto” en la contienda, explica la experta.
Y si bien las dos principales rivales en la batalla presidencial, Rousseff y Silva, dijeron que aguardarán las conclusiones de la investigación, cualquier avance en el desarrollo de ésta podría alterar definitivamente el nombre de la ganadora del balotaje.
- ¿ Qué espera para el último mes antes de las elecciones? Las encuestas ya dan empate técnico para la primera y la segunda vuelta.
- Está muy igualado entre las dos principales candidatas, por lo que esperamos una larga segunda vuelta que ya ha empezado. Los demás (candidatos) han desaparecido y la gestión está centrada en ellas.
Recientemente, hemos visto cierta estabilización en la intención de voto de Marina, que había subido mucho, y un cierto crecimiento en la de Rousseff. También un alza en el rechazo de Marina que era muy bajo.
Se ve algo de movimiento, pero poco, por lo que es difícil saber qué va a pasar. Sólo un hecho, como un avance en la investigación de Petrobras, que pueda movilizar a la opinión pública en contra de una u otra, cambiaría este escenario.
- ¿Podría Aécio Neves renunciar a su candidatura para apoyar a Silva?
- No parece. De hecho, Neves ha adoptado una política más agresiva de lo que esperaba. Su posición personal es mantenerse como candidato hasta el final.
Es más, recientemente ha criticado la falta de experiencia de Marina, presentándose como una alternativa al gobierno del PT, pero con experiencia práctica.
- ¿Cree que el caso Petrobras ha tenido un efecto sobre la campaña de Rousseff? ¿Desde el PT, cómo están manejando el escándalo?
- Hasta el momento, no ha afectado, de hecho los resultados de Dilma han mejorado ligeramente. Puede ser, no obstante, que la semana entrante (esta semana) aparezcan otros resultados que tengan alguna influencia en relación a la gestión de Petrobras.
Hay una serie de situaciones en las que Marina también está involucrada. La avioneta que estalló y en la que viajaba el candidato presidencial del Partido Socialista, Eduardo Campos, (al que Silva reemplazó) no se sabe a quién pertenecía. Sin embargo, se habla de nombres, donantes de campañas, que son liberales. Asimismo, según la denuncia, Campos también habría recibido fondos para su campaña procedentes de Petrobras.
Pese a todo, probablemente, se verá más afectada la candidatura de Dilma, pues ella era la responsable del consejo (de administración de la empresa estatal entre 2003 y 2011).
- ¿Cómo están lidiando con la figura emergente de la ex senadora Marina Silva?
- Marina tiene un problema, y es que no se sabe cómo va a compatibilizar su programa económico con el resto de pretensiones que tiene en las áreas sociales, ambientales… Hay una inconsistencia entre su propuesta económica y su propuesta social.
Sin embargo, no hay que perder de vista que Marina, en las elecciones anteriores, con poco tiempo y pocos recursos, obtuvo casi el 20% de los votos. Si bien la figura de Marina se ha visto envuelta en la fatalidad del accidente en el que falleció Campos, ella tenía incluso más aceptación que él antes de la tragedia. Es una mujer conocida, reconocida internacionalmente.
El problema es que con las alianzas que tiene hoy día va a encontrar dificultades para sacar adelante sus propuestas. Ese fue el caso de la propuesta del matrimonio homosexual que, si bien en un principio estaba en su programa, finalmente tuvo que ser retirada.
En mi opinión, es muy difícil pensar que nadie pueda gobernar este país sin los cambios de una reforma política. Marina dice que va a enviar una propuesta de reforma tributaria, pero todos lo hicieron y no pasó nada. ¿Quién va a votar a favor de una reforma si las personas que votan fueron beneficiadas por el sistema?
-
¿Cuáles son las principales preocupaciones del electorado brasileño?
-Seguridad, principalmente. También el sistema de salud y, en parte, la economía debido a la gestión de la inflación, aunque yo creo que ésta es una preocupación más fabricada por los medios de comunicación.
Es una lástima, no obstante, que los candidatos digan muy poco acerca de las preocupaciones de la gente.
Ortodoxia versus idealismo
"Rousseff tiene más experiencia y un partido más sólido, pero sigue dependiendo de aliados extremamente conservadores", afirmó la analista política Sonia Fleury, para quien las posiciones en relación a la economía de la actual mandataria intentan salir de un modelo "demasiado ortodoxo, demasiado subordinado a los intereses del capital financiero".
Silva, por el contrario, señala Fleury, tiene una manera de pensar y de hacer que tiene mucho que ver con un estilo de hacer política que no es "simplemente ser gobierno, ni el partido de izquierda tradicional".
"Marina Silva defiende una política que va más allá de los partidos, del gobierno, y ese es su punto más interesante. Ahora, ella dice que va gobernar con los mejores de cada partido, pero la realidad es que no se gobierna con personas sino con partidos, por lo que la suya es una visión bastante idealista".
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