El presidente francés François Hollande debió realizar ayer su tercer cambio de gabinete en dos años para alejar del gobierno a los ministros rebeldes de izquierda que no apoyan el rigor presupuestario que está promoviendo el mandatario.
El primer ministro Manuel Valls presentó su renuncia al presidente después de que el ministro de Economía, Arnaud Montebourg, usara una entrevista con el periódico Le Monde publicada el fin de semana para demandar un cambio en la dirección de la política económica, en favor del estímulo fiscal para impulsar el crecimiento.
Francia no debería ser “servil” o “dogmática” en su búsqueda de la reducción del déficit fiscal porque esa política sólo aviva el desempleo, dijo Montebourg. El ahora ex ministro apuntó directamente a la “obsesión” de Alemania por la austeridad. “Alemania está atrapada en las políticas de austeridad que está imponiendo en toda Europa”, afirmó.
Hollande pidió a Valls que le proponga un nuevo equipo que sea “coherente con sus planes para el país”, dijo la oficina del presidente a través de un comunicado emitido después de que Valls presentara la renuncia de su gobierno al presidente. El gabinete se conocerá hoy.
Los objetivos de Hollande son revivir a la segunda economía más grande de la zona euro con recortes de impuestos, y reducir el déficit fiscal disminuyendo el gasto.
El colapso del gobierno subraya la creciente presión sobre Hollande, cuya popularidad se mantiene en 17% -según una encuesta publicada el fin de semana-, la menor lectura para un líder de Francia desde que se formó la Quinta República, en 1958.
Por su parte, Valls también experimentó una caída en su apoyo por su fracaso en reducir un desempleo que supera el 10%.
Francia no ha crecido en los últimos dos trimestres, y las solicitudes de subsidios por desempleo subieron a un récord en julio.
Golpe de timón
“Hollande tomó esta decisión por dos razones”, afirmó a Bloomberg el analista político de Cevipof, Bruno Cauters. Intentó “revindicar su liderazgo -quien quiera que lo desafíe será despedido- y establecer una línea clara a su política económica de recortes de gastos y enfoque en la competitividad”, agregó.
Desde que asumió el poder en mayo de 2012, Hollande ha implementado cambios en las normas laborales que facilitan el despido de los trabajadores y cambios en el sistema de pensiones que elevaron la edad de jubilación. Asimismo, comprometió 50 mil millones de euros (US$ 66 mil millones) en recortes de gastos en los próximos tres años; con esos ahorros, financiará un recorte en los impuestos a las nóminas de las empresas.
La decisión también aumenta el riesgo de que Montebourg arrastre consigo a legisladores rebeldes, con lo que el presidente quedaría sin la mayoría parlamentaria que necesita para implementar las reformas. “La gran pregunta con este cambio es si Hollande tendrá aún la mayoría parlamentaria”, dijo Frederic Dabi, de la encuestadora Ifop.
Mario Draghi sugiere alivio
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, llevó al ente rector de la zona euro un poco más cerca del alivio cuantitativo (QE, su sigla en inglés). En una semana en que es probable que datos muestren la inflación más débil desde 2009, Draghi usó la conferencia de banqueros centrales en Jackson Hole, Wyoming, EEUU, para advertir que la apuesta de los inversionistas por los precios ha "exhibido caídas significativas". Las acciones subieron, el euro bajó y los rendimientos de los bonos cayeron a mínimos récord luego de que los comentarios generaran especulaciones de que el BCE finalmente anunciará un QE.
Previamente, Draghi reconoció el empeoramiento del panorama de la inflación de mediano plazo. El consejo gobernador "dentro de su mandato usará todos los instrumentos disponibles necesarios para asegurar la estabilidad de precios en el mediano plazo", afirmó en el simposio anual de la Reserva Federal de Kansas City.
El discurso "marca un punto de quiebre en la retórica del BCE", dijo a Bloomberg el economista jefe para Europa de Barclays, Philippe Gudin. "Creemos que los desarrollos económicos recientes han aumentado las posibilidades de un QE como el próximo paso".
Analistas de JPMorgan afirmaron que el BCE podría bajar las tasas de interés en 10 puntos base para alentar el uso de las operaciones de refinanciamiento a largo plazo (Tltro, su sigla en inglés), lo que podría ser anunciado tras la reunión de la próxima semana. Nomura, en tanto, ve un 80% de probabilidades de que el BCE baje los tipos a más tardar en su reunión de octubre.
FMI llama a Alemania a moderar la austeridad
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, dejó entrever ayer que quiere que Alemania juegue un rol mayor en impulsar la recuperación económica en Europa. "Lo que creo que es muy importante para Alemania es participar en el movimiento de recuperación de forma muy intensa. Tiene los medios para hacerlo", afirmó al medio suizo RTS.
Al describir la recuperación europea como "laboriosa", Lagarde destacó que el motor económico regional tenía "espacio de maniobra", como se vio en las negociaciones salariales recientes. "El margen quedó en evidencia en las negociaciones de sueldo entre los sindicatos y las organizaciones de empleadores", afirmó. "Con suerte ese movimiento se amplificará y ayudará a impulsar la recuperación europea", agregó.
Parte de los comentarios de Lagarde pueden ser interpretados por figuras de la izquierda francesa como que van en la misma dirección de las críticas que realizó el (ahora) ex ministro de Economía galo, Arnaud Montebourg, a las políticas de austeridad de Francia, Alemania y la Unión Europea.
"Hay que elevar nuestra voz. Alemania está atrapada en una política de austeridad que ha impuesto a toda Europa", dijo Montebourg a Le Monde.
El mes pasado, el jefe del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, afirmó que los sueldos alemanes podían subir hasta 3% porque el país está "prácticamente en pleno empleo". Sin embargo, la derecha, incluyendo a la canciller Angela Merkel, argumentan que la política de bajos sueldos ha dado al país su competitividad.