El ascenso del dólar moderó ayer un poco su acelerada carrera en Argentina ante las señales de que las autoridades anunciarán nuevas restricciones a las operaciones del mercado cambiario el lunes.
La divisa se ha disparado luego de que el gobierno cayera en default a fines de julio, restringiendo aún más su acceso al financiamiento externo, mientras las reservas internacionales se agotan y aumentan las expectativas de una nueva devaluación, tras la aplicada en enero.
Esta semana se informó que las importaciones se desplomaron 20% en agosto, su mayor caída en el año, debido a las restricciones que imponen las autoridades a la compra de los billetes usados para pagar las mercancías, mientras que las exportaciones retrocedieron 12% debido a que los productores han guardado existencias por un valor de
US$ 1.500 millones apostando a una próxima devaluación.
En el mercado oficial, estrictamente controlado por el banco central, la divisa estadounidense se ha apreciado 29% desde comienzos de año, convirtiendo a la moneda local en la de peor desempeño en el mundo. En el mercado negro, sin embargo, la subida ha sido mucho más vertiginosa, con el dólar escalando 56% desde enero.
La brecha entre ambas cotizaciones, además, va creciendo. A comienzos de agosto, la diferencia era de 35%, frente al 88% registrado ayer. La actual discrepancia es más que el doble que el 42% que existía justo antes de la última devaluación.
Y el denominado “dólar blue” no deja de marcar récord. El viernes, el cambio paralelo rompió por primera vez la barrera de los 15 pesos, y el miércoles, apenas tres días hábiles después, ya estaba perforando el nivel de los 16 pesos en algunas casas de cambio.
Compras “con aspiradora”
El avance de la moneda ha desafiado todos los esfuerzos del gobierno por detener su carrera.
A través del estatal Banco Nación, y de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), las autoridades han salido a vender masivas cantidades de bonos denominados en dólares (Bonar 2017) para intervenir en el mercado conocido como “contado con liquidez”. “Ellos ponen y se los sacan de las manos. No logran enfriar nada”, relataba esta semana un operador de la plaza al medio local El Cronista, describiendo la urgencia de los ahorristas por refugiarse en una divisa dura. “Hay que mirar el volumen del Bonar 2017 (bono en dólares a tres años). El Nación pone y pone y se lo llevan con aspiradoras”, agregaba otro operador.
El contado con liquidez es un mercado semi oficial que operan los bancos y corredoras. Por esta vía, se pueden comprar bonos en dólares, que se depositan en cuentas personales en el extranjero, y que después de 72 horas se pueden liquidar a un tipo que ayer era cercano a los 15 pesos.
La demanda por este tipo de operaciones se ha disparado en las últimas semanas, a medida que las solicitudes de los importadores para comprar divisas en el mercado oficial encuentran crecientes obstáculos por parte del banco central, que está demorando las aprobaciones para tratar de frenar la hemorragia.
Las reservas internacionales han caído a cerca de US$ 28.200 millones, desde los US$ 30.600 millones de comienzos de año, y están lejos de los US$ 52.600 millones de enero de 2011.
El monto diario de operaciones con bonos a tres años se había multiplicado casi por cinco el miércoles, a 876 millones de pesos, frente a los 180 millones del día anterior.
Mercado fuera de control
El salto confirmaría versiones que indicaban que funcionarios del gobierno están contactando de manera informal a las empresas de productos menos esenciales para que compren por esta vía y dejen de demandar divisas del banco central. “Está empezando a ocurrir, no hay aviso oficial ni formal”, confirmó el presidente de la Cámara de Importadores de la Argentina (CIRA), Diego Pérez, a una radio. “Hace una semana el banco central dijo a los bancos que comuniquen a sus clientes que por la escasez de reservas deberán volcarse al contado con liquidez para hacerse de divisas”, agregó el vocero de CIRA, Miguel Ponce, a Clarín.
En las últimas horas, representantes de diversas empresas salieron a advertir que a esos niveles de cambio, no les quedará más alternativa que trasladar los mayores costos a precios, en momentos en que se estima que la inflación ya ronda el 30%.
Pero junto con desviar a los importadores de productos menos esenciales a este mercado semi formal, el gobierno también estaría tratando de acotarlo, porque a medida que crece, su capacidad para intervenir disminuye. “El mercado del contado con liquidación se volvió tan grande que la Anses ya no puede controlarlo”, señaló el economista Nicolás Dujovne.
Si bien la intención del gobierno no es cerrar ese acceso a las divisas, sí trascendió de fuentes de mercado que se buscará “depurarlo” . De este modo, en las próximas horas se anunciaría que el plazo necesario para concretar una compra se extenderá de 72 a 120 horas, como una forma de desincentivar la demanda.
Por otra parte, a través de la Comisión Nacional de Valores se harían públicas las operaciones que resulten “sospechosas”, como una forma de presión extraoficial. La agencia nacional de aduanas anunció ayer además que exigirá información más detallada a quienes viajen al extranjero, y aunque el argumento es la lucha contra el narcotráfico, los analistas sospechan que la información se cruzará para confirmar que los dólares comprados para viajar al extranjero se utilicen efectivamente con ese fin.
Dudan de las últimas cifras del PIB
El PIB de Argentina creció 0,9% en el segundo trimestre, informaron el miércoles las autoridades, marcando el fin de la recesión. Sin embargo, menos de un día después del anuncio, se multiplicaban las muestras de escepticismo ante las cifras oficiales. El repunte marca un fuerte contraste con la proyección de JPMorgan, que esperaba una contracción de 1,7%. El gobierno rectificó sus cifras en febrero luego de que el FMI amenazara con sanciones por manipular los datos. "A comienzos de años empezaron a mostrar números más realistas cuando los amenazó el FMI, pero de a poco han vuelto a desviarse", dijo a Bloomberg Daniel Kerner, jefe de investigación para Latinoamérica de Eurasia Group, en Washington. La proyección media de los analistas era de una contracción de 0,4% y los pronósticos siguen apuntando a que la economía continúa en recesión.
Vuelve la amenaza de desacato
La amenaza de que el gobierno argentino sea declarado en desacato revivió luego de que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, citara a las autoridades de ese país para una nueva audiencia el lunes. En el encuentro, los representantes trasandinos deberán exponer los argumentos por los cuales Argentina "no debería ser declarada en desacato". La Casa Rosada cambió la sede del pago a los tenedores de sus bonos de Nueva York a Buenos Aires para sortear una orden del tribunal que le prohíbe seguir pagando a los acreedores que aceptaron los canjes de 2005 y 2010 hasta que no pacten un acuerdo con los inversionistas que rechazaron el recorte.
De confirmarse la sanción, el país afronta sanciones por US$ 50.000 diarios. En el mercado se especula que el juez estaría esperando que Argentina inicie un proceso formal de pago para tomar su decisión.