Automotrices alemanas se comprometen a reducir emisiones
La reputación de la industria está golpeada por el escándalo de emisiones de VW y por acusaciones de colusión.
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Berlín
Las automotrices alemanas actualizarán a 5,3 millones de vehículos a diésel para reducir sus dañinas emisiones, mientras luchan por salvar una tecnología afectada por el escándalo de manipulación de emisiones de Volkswagen.
Parlamentarios de oposición y grupos medioambientales dijeron que las actualizaciones de software, prometidas en una “cumbre del diésel” en Berlín, no son suficientes y afirmaron que las empresas debieron ser obligadas a hacer actualizaciones de hardware más significativas para mejorar la forma en que los autos se ocupan de las emisiones.
El compromiso sobre actualizaciones de software llega en momentos en que varias ciudades alemanas, molestas con los altos niveles de contaminación ambiental, están contemplando imponer restricciones a los vehículos a diésel, una jugada que podría devastar al sector automotor.
Reputación golpeada
Las firmas alemanas están luchando por apuntalar una reputación golpeada por el escándalo de emisiones de VW y por acusaciones de que se han coludido por décadas en el uso de tecnología, incluyendo a sistemas que manejan las emisiones de los autos a diésel. También están amenazadas por el alza de los vehículos eléctricos como el Tesla 3.
Barbara Hendricks, ministra de Medio Ambiente, dijo después de la reunión en Berlín que el gobierno “espera una nueva cultura de responsabilidad” de las automotrices. “La gente tiene derecho a un aire limpio”.
La cumbre reunió a ministros, líderes regionales y a los directores ejecutivos de VW, BMW y Daimler, matriz de Mercedes-Benz.
Las compañías anunciaron que pueden realizar actualizaciones de software a sus autos a diésel de generación Euro 5 y Euro 6 para reducir las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) en 25% y 30%. Dijeron además que asumirían el costo de las mejoras.
Las empresas también aseguraron que ofrecerán incentivos para alentar a los propietarios de vehículos a diésel más antiguos que los renueven por autos más nuevos y menos contaminantes, en un programa que recuerda a los subsidios de “dinero por chatarra” que introdujeron algunos países europeos después de la crisis financiera de 2008 para aumentar la venta de autos.