Si algo ha caracterizado los primeros días de la administración Trump es la confusión que ha cundido a medida que una serie de amenazas del mandatario, aranceles y prórrogas se suceden en total desorden, con los observadores preguntándose si existe una estrategia dentro del caos o si todo se responde a simple desorganización.
Pero lo cierto es que el líder republicano pareció anotarse un triunfo en la tarde de este martes, luego de que Doug Ford, el primer ministro de la estratégica provincia canadiense de Ontario, anunciara que eliminará un impuesto de 25% a los clientes de su red eléctrica al otro lado de la frontera con EEUU.
El impuesto era una represalia por el arancel de 25% aplicado por la Casa Blanca previamente a los productos canadienses no cubiertos por el tratado de libre comercio de América del Norte, T-MEC. Sin embargo, Trump golpeó más fuerte, anunciando esta vez un aranceles adicional a los productos de acero y aluminio de Canadá que habría elevado la tasa total a 50%.
Tras el anuncio de su vecino del norte, Trump dio señales de que pensaba retirar esta segunda sanción. “Estoy considerando eso, pero probablemente así será”, dijo a los periodistas cuando se le preguntó si consideraba dar marcha atrás en su amenaza. “Les informaré al respecto”.
Más tarde, el alto asesor para la Casa Blanca, Peter Navarro, reforzó la señal confirmando en una entrevista con la cadena CNBC que el presidente ya no planea aranceles de 50% para el acero y aluminio de Canadá.
Los comentarios, que ayudaron a calmar una nueva ola de ventas en la bolsa de Nueva York, se produjeron luego de que Ford, y el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, anunciaran que se reunirán el jueves en Washington para buscar una salida a la crisis.
Trump también había anunciado "alzas sustanciales" a las importaciones de partes para automóviles canadienses desde el 2 de abril si el país no elimina las sobretasas a los lácteos y otros productos estadounidenses. La medida "esencialmente, cerraría permanentemente el negocio de fabricación de automóviles en Canadá", dijo el mandatario
Amenazas y prórrogas
Al inicio de su mandato Trump impuso aranceles de 25% a todos los bienes de su vecino del norte, solo para aplazar luego la medida durante un mes. Cuando los aranceles entraron en vigor, la semana pasada, decidió eximir los bienes cubiertos por el T-MEC, un acuerdo de libre comercio de América del Norte que negoció durante su primer mandato, a instancias de las automotrices estadounidenses.
La medida precede a la próxima ola de aranceles prevista para abril, en la que Trump planea establecer una tasa "recíproca" que considera equivalente a los aranceles de los países, las barreras no arancelarias y ciertos impuestos, incluido el impuesto general a las ventas de 5% de Canadá, que se aplica a casi todas las compras en el país.
Trump se ha quejado regularmente de los aranceles a los productos lácteos de Canadá, que son parte del sistema protegido de cuotas de producción del país, conocido como gestión de la oferta.
Ataque y contraataque
Canadá respondió a los aranceles iniciales con una serie de medidas de represalia, incluido un recargo de 25% a la electricidad enviada a Minnesota, Nueva York y Michigan desde Ontario.
El gobierno federal de Canadá también ha impuesto aranceles a artículos como el jugo de naranja estadounidense, el calzado y las motocicletas. El primer ministro de Ontario, Doug Ford, uno de los políticos conservadores más destacados del país, promulgó las tarifas de electricidad en medio de la indignación generalizada por la sugerencia repetida de Trump de que EEUU debería anexarse Canadá.