Tras 33 años de historia, operadora de la heladería Bravissimo solicitó su quiebra
En 2019, y ante una compleja situación, la firma intentó sumar socios, pero el estallido de octubre frenó todo. Luego llegó la pandemia, con más de siete meses sin ingresos.
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No hubo caso. La empresa que opera la cadena de heladerías Bravissimo solicitó su quiebra. En 2019, y ante una compleja situación financiera, la firma intentó sumar socios, pero la crisis social frenó las tratativas. Luego llegó la pandemia, lo que significó más de siete meses sin ingresos.
Todo partió en 1987, cuando el empresario Guillermo Prieto lideró a un grupo de socios en un nuevo emprendimiento que se llamó Bravissimo: una heladería orientada a los jóvenes con pantallas de televisión con proyección de video clips.
El primer local se abrió en Providencia 1406, casi al llegar a Manuel Montt. El éxito no fue inmediato. La estacionalidad de los helados los llevó a ampliar el concepto y sumaron desde pasteles hasta hamburguesas, pasando por un espectro de opciones como desayunos y almuerzos. La apuesta fue tener alimentos para todo el día.
La empresa se transformó en una de las principales heladerías del país: llegó a tener 47 sucursales y más de 1.300 colaboradores.
No obstante, la nueva competencia, tanto local como de marcas extranjeras, afectó sus resultados, a lo que se sumó una baja rentabilidad de algunos locales ubicados en zonas con poco tráfico. A esto se sumó la apertura de sedes en distintos malls, lo que implicó una millonaria inversión, que no tuvo los resultados esperados.
A partir de esta situación, la empresa inició en 2019 un proceso para buscar inversionistas que permitiera restructurar la empresa. El proceso comenzó de buena forma, con varios interesados, hasta que ocurrió el estallido social, escenario que frenó las tratativas que se estaban llevando hasta ese momento, y que finalmente se hizo inviable con la llegada de la pandemia al país en marzo del año pasado.
Según la solicitud de liquidación de la empresa presentada por el abogado Nelson Contador, la caída de las ventas desde el estallido social y el cierre casi total de los locales desde marzo pasado por orden de la autoridad, para enfrentar la pandemia, agudizaron la situación financiera de la empresa.
La administración de la empresa esperaba que esto durara poco tiempo (dos meses), pero se extendió hasta octubre. “Más de 7 meses sin ingresos, con gastos mensuales fijos, como arriendos, leyes sociales, compromisos bancarios, acuerdos comerciales, obligaciones de agua, luz, teléfonos, celulares, gas, internet, seguros, entre otros, hacía imposible la continuidad, lo que con mucho dolor llevó a tomar la decisión de iniciar el proceso de liquidación”, se señala.
Tres son los principales acreedores: financieros ($ 2.500 millones), Tesorería ($ 2.200 millones) y créditos laborales y previsionales ($ 2.000 millones).
La solicitud de liquidación involucra exclusivamente a la empresa operadora de los locales, que pertenece a Guillermo Prieto junto a sus socios, quien –según se explica- tenía la licencia de uso de la marca exclusivamente para locales comerciales. Actualmente, existen otros operadores que adquirieron la licencia de la marca para su explotación en otros rubros.
“La marca Bravissimo nunca ha estado en poder o ha sido propiedad de ninguna de las tres sociedades que hoy están pidiendo su liquidación”, explican desde la administración de una de las fallidas.
Se añade que, como la familia Prieto no ha estaba en condiciones económicas de seguir operando el negocio, licenció la marca a terceros, quienes pueden seguir usándola para distintos usos, incluidos la venta de helados y alimentos. ¿Quiénes son esas empresas? Se mantiene bajo reserva.