El presidente Donald Trump promocionará los planes de Hyundai Motor de invertir US$ 20 mil millones en Estados Unidos, mientras el fabricante de automóviles surcoreano busca aumentar la producción en suelo estadounidense y evitar sus amenazas arancelarias, según fuentes de Bloomberg.
Parte de la inversión se destinará a la construcción de una planta en Luisiana para producir acero para vehículos eléctricos fabricados en EEUU. Se espera que la planta emplee a unos 1500 trabajadores. Los planes de Hyundai para construir un horno de arco eléctrico en EEUU han sido objeto de amplio debate en el mercado siderúrgico nacional desde principios de año.
Hyundai es la última empresa extranjera en destacar sus planes de aumentar la producción en Estados Unidos, mientras Trump intensifica la guerra comercial para obligar a los fabricantes a crear más empleos en el país.
El Presidente ya ha impuesto gravámenes al acero y al aluminio, y se dispone a anunciar impuestos de importación aún más amplios el 2 de abril. En esa fecha, se espera que la administración revele aranceles recíprocos que afectarán a otros países con gravámenes equivalentes a las barreras que imponen a los productos estadounidenses.
Funcionarios de Trump han reconocido públicamente en los últimos días que la lista de países objetivo podría no ser universal, pero aún no está claro a qué naciones apuntarán. Corea del Sur es una de las naciones que Trump cita como abusadoras comerciales.
Aranceles a industrias claves
Se espera que los aranceles del 25% al acero y al aluminio que incentiven a los fabricantes de acero extranjeros a construir dentro de las fronteras estadounidenses den un impulso a las ganancias a corto plazo a los productores nacionales, pero existe una preocupación generalizada de que la demanda débil, la inflación continua y los altos costos de endeudamiento continuos actúen como vientos en contra masivos para la industria.
El presidente también se ha comprometido a imponer aranceles sectoriales a industrias clave, incluidos automóviles, chips semiconductores y medicamentos farmacéuticos, el 2 de abril, pero esos planes siguen sin estar claros y no está previsto que se lancen al mismo tiempo que los aranceles recíprocos, según los funcionarios.
En enero, el Korea Economic Daily informó que Hyundai planeaba construir una acería multimillonaria en Luisiana para abastecer a sus plantas de ensamblaje de vehículos Hyundai y Kia en Estados Unidos. CNBC informó el lunes sobre los planes de Hyundai para anunciar la inversión de 20 000 millones de dólares.
La ofensiva arancelaria de Trump —un amplio intento por reestructurar los flujos comerciales globales— ha inquietado a los inversionistas y ha suscitado la preocupación de que estas medidas puedan llevar a la economía estadounidense a una recesión. En ocasiones, Trump ha revertido el rumbo o suspendido los impuestos a las importaciones, lo que ha generado incertidumbre entre empresarios e inversionistas.
A principios de este mes, ofreció una prórroga a las empresas automotrices de los nuevos aranceles impuestos a México y Canadá, retrasando la aplicación de dichos gravámenes a los vehículos y autopartes cubiertos por el tratado comercial de América del Norte que negoció durante su primer mandato. Esto ocurrió después de que los jefes de las Tres Grandes de Detroit se reunieran con funcionarios de la administración para impulsar una exención.
La industria automotriz es particularmente vulnerable a los aranceles de Trump contra México y Canadá, ya que sus cadenas de suministro están profundamente integradas en todo el continente. Trump lleva mucho tiempo deseando que las empresas construyan plantas de fabricación en Estados Unidos para evitar la dependencia de las importaciones extranjeras.
Para complicar aún más el panorama siderúrgico en EEUU, la incertidumbre en torno a la política arancelaria general de Trump. Nucor Corp., la mayor siderúrgica estadounidense, Steel Dynamics y United States Steel advirtieron la semana pasada a los inversores sobre los decepcionantes resultados del primer trimestre. Según los analistas de Citi, la principal preocupación era la incertidumbre arancelaria, ya que los compradores temen que un exceso de aranceles comience a causar una destrucción de la demanda en toda la economía.