Empresas y Startups

Transferencia de valor entre industrias

Ramón Molina Director Ejecutivo Instituto Minero de Educación Empresarial y Tecnología (IMEET)

Por: | Publicado: Miércoles 13 de junio de 2012 a las 05:00 hrs.
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Supongamos que una empresa se encuentra acorralada por la trampa del éxito, es decir, sigue haciendo lo que le ha funcionado bien los últimos diez años, sin embargo, hay síntomas que preocupan: los márgenes van a la baja, no controla el precio de los principales productos o servicios, las ventas caen, es decir, los parámetros de costo, precio, y valor están cada vez más cerca. Este fenómeno genera alarma, y como aún hay disponible, es el momento de cambiar. Ahora es cuando surgen las preguntas relevantes, y todas convergen en cómo encontrar un nuevo valor, desarrollarlo y transferirlo. En este punto vale la pena poner atención en cómo la transferencia de valor entre industrias impacta su empresa. Mi hipótesis es que funciona y ayuda a salir de la trampa, pero antes debemos enfocar el análisis en las condiciones que debiesen existir en una organización para que suceda la transferencia de valor. Creo que al menos debiesen estar presentes los conceptos de educación, de redes y de innovación abierta.



Respecto de la educación es clave, que a nivel técnico, existan personas capaces de detectar “dolores” en su quehacer diario, que tengan la sabiduría técnica pero también la motivación a descubrir vertientes de innovación. Y a su vez, que existan profesionales capaces de liderar estas ideas, profesionales con conocimiento técnico, con la mente abierta y al servicio de su gente.

El segundo elemento se refiere a pertenecer a redes de valor. Reunirse a conversar y discutir acerca de cómo se solucionan los problemas en otras industrias, no es perder el tiempo, es ganar años de experiencia. Saber escuchar, estar atento (ojos, mente y espíritu) y ver, es clave para que las reuniones sean de crecimiento. De hecho, muchas innovaciones provienen de industrias adyacentes. En Chile existen iniciativas como el Club de la Innovación, pero hacen falta más de este tipo.

Y el tercer elemento es la innovación abierta, tener una organización capaz de adoptar innovaciones de centros de desarrollo externo como universidades e institutos es central para el desarrollo de nuevos productos, servicios, y en definitiva sofistican los modelos de negocios y complejizan su oferta de valor. No se trata de eliminar los escuálidos presupuestos de I+D, sino de apalancarlos en fuentes externas, al menos financiamiento en Chile hay para esos efectos y así pasar a un sistema donde exista el I+D+i.

Si las empresas incorporan activamente estas condiciones, surgirá mágicamente una transferencia de valor de industrias adyacentes y crearemos un nuevo escenario competitivo.

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