Siempre se ha dicho que las crisis son las principales detonantes para generar cambios y transformaciones importantes en el mundo de los negocios y que, a la larga, traen un mayor rédito económico.
Sin embargo, "hoy, en un año de desaceleración, hay más susto que una realidad de construcción. Y lo primero que se apunta es a reducir costos en el ámbito de personas, cuando la fuerza debería estar en ser creativos para bajar costos, pero sin tocarlos a ellos", explica Janet Spröhnle, socia fundadora de People & Partners, consultora con más de 15 años de experiencia en programas que potencian las relaciones personales y laborales de altos directivos, trabajadores y comunidad en las empresas.
- ¿Cómo es el nivel de innovación hoy en las empresas?
- Se ha avanzado en posicionarla como un área estratégica en la organización o en soluciones que ayuden a mejorar los procesos de gestión de personas, pero no veo innovación en el ámbito de gestión de personas, entendida como el atreverse a que emerjan soluciones más rompedoras o exploratorias. Más bien, esperan que ocurran en otras partes del mundo, esperan ver sus resultados, para introducirlas acá. Eso demuestra que innovar no es algo realmente estratégico en las empresas cuando debería ser uno de los ejes preponderantes para tomar decisiones. En los directorios hablan de las personas sólo cuando hay negociaciones colectivas que se pueden complicar, pero en general no está en la discusión.
- ¿Qué repercusiones puede tener esta situación?
- Es seguir dando vuelta en la misma rueda, y estar en un sistema y modelo que tiene a la gente insatisfecha y agotada y, por otro lado, la reputación empresarial cae más porque la gente no va a trabajar con satisfacción y no siente que se les desafía constantemente. Pero es un fenómeno que no sólo pasa en Chile.
- ¿Cómo lograr que, en un escenario de desaceleración, este tema sea relevante?
- La clave es atreverse y conectarse con las personas de verdad. Nosotros siempre lo hemos planteado como una oportunidad y crecimiento de desarrollo, en que si bien hay procesos dolorosos dentro de una empresa, se pueden sacar lecciones y oportunidades de otra manera. En el tiempo que llevamos hemos introducido en Chile el Outplacement, el que ha evolucionado en Lifeplacement para aquellos que se enfrentan a un despido puedan preguntarse qué sentido tiene para él o ella esa experiencia y qué puedo descubrir de aquello para dar mayor valor en el futuro y el siguiente trabajo. Antes, las compañías pensaban para qué voy a gastar plata en gente que se va de la firma, y logramos hacer ver lo importante que es apoyar a las personas en esa etapa. Ya se instaló como una práctica en muchas empresas y esperemos que llegue a todas.
O por ejemplo, cuando cumplimos diez años de trabajo, ideamos el concepto People Color, que a través de las disciplinas artísticas busca ayudar a los altos directivos a conectarse con sus sentidos y creatividad. A la fecha, hemos realizado 11 proyectos con equipos de alta gerencia de grandes compañías como Transbank, Walmart o Iansa.
- ¿A qué están apuntando ahora?
- A ser más empáticos con los altos directivos. Hemos ideado el programa Leadership on Demand, ya que nos hemos dado cuenta que están en cargos muy poco gratificados, expuestos y con poca capacidad para crear. Tienen que ejecutar rápido y barato, los que no los deja ser seres singulares y únicos. Les colocamos un partner para que los acompañe -cuando él o ella quiera- en ese proceso, para que pueda desahogarse, ver temas de desarrollo de carrera o sólo conversar, ya que cuando tienen mucha presión, se les olvida la creatividad, los sueños y la sensibilidad.
-¿Por qué destacar aspectos como la sensibilidad o creatividad en los cargos?
- El mundo y las empresas cambiaron. Los ejecutivos están más vulnerables, con mayor rotación y presión, hay que preocuparse por la salud física y mental, sólo así se puede liderar sin perder la libertad como persona y lograr inspirar a su gente. Para eso, tiene que haber una activación de la inteligencia espiritual para que pueda conectarse con el sentido de su trabajo y tenga mayor libertad para actuar con creatividad.
Hoy estamos apuntando al concepto de Inteligencia Espiritual en el liderazgo. Siempre que hemos empezado a hacer cosas nuevas suenan bien raras, pero hoy hay bastante más permeabilidad para poder hacerlo. Se ve un poco más apertura, pese a que sigue imperando un esquema bien jerárquico, un directivo orientado a resultado y de corto plazo.
- ¿Es posible cambiar este esquema tradicional?
- La generación Y está haciendo otro mundo empresarial, no están movilizados para ganar dinero, no funcionan con jerarquía y les gusta crear cosas nuevas. Acá está el mundo del mañana, ya que tienen una nueva forma de hacer empresa.