Genética y cambio climático lideran I+D en sector vitivinícola
Investigación está en manos de Consorcio público privado y de las viñas. En tanto, Corfo presentará hoja de ruta con desafíos para el rubro en junio.
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Desde hace unos cinco años que el acceso a mercados, cada vez más exigentes, el cambio climático y la demanda de eficiencia viene impulsado programas de I+D (Investigación y Desarrollo) de viñas chilenas y también de manera asociativa -público privado-, a fin de hacer frente a un escenario altamente competitivo y posicionar al país como un polo vitivinícola de excelencia.
Por ejemplo, en 2012 se formó el Consorcio I+D Vinos de Chile -que agrupa a 84 viñas-, el que con una inversión público privada de $ 10.350 millones (Corfo aportó $ 5.000 millones y sus socios $ 5.350 millones) está ejecutando programas y proyectos a diez años plazo.
El consorcio alberga proyectos seleccionados y licitados para ser ejecutados por sus miembros, universidades y otras organizaciones ligadas a la investigación, los que están agrupados en tres programas consensuados con actores del sector: Mejoramiento de la Calidad del Viñedo, Sustentabilidad y Transferencia Tecnológica (ver infografía).
Si bien las iniciativas poseen tiempos de duración distintos, está previsto que todas concluyan en 2023, período para el cual proyectan un impacto importante en la competitividad de la industria.
Nodo estratégico
Corfo, en tanto, a través de la Gerencia de Capacidades Tecnológicas y en conjunto con el Programa Estratégico Nacional de Alimentos Saludables y Vinos de Chile A.G., está impulsando la iniciativa denominada Nodo Estratégico “Chile Vitivinícola 2.0”, cuyo objetivo es contribuir a resolver fallas de coordinación entre los actores públicos y privados del sector, con difusión, instancias colaborativas y transferencia de conocimientos para fortalecer la construcción de una visión compartida y una priorización de esfuerzos y recursos.
Para ello definieron como territorio de acción las regiones desde El Maule a Aysén, con el fin de potenciar el rubro bajo tres ejes: cambio climático (adaptación a los efectos y agricultura de frontera); desarrollo de nuevos productos y rescate de material genético (patrimonio, variedades y porta injertos). Ejes que podrían ampliarse y/o modificarse cuando se conozca el resultado del Estudio Road Map (hoja de ruta) -en elaboración- en junio de 2016 y que definirá las acciones a seguir por la industria del vino.
Según el gerente del Nodo, Maximiliano Morales, si bien históricamente la zona central del país ha sido la más relevante en la materia, dado las características territoriales, climáticas y productivas que presenta, la situación ha ido cambiando por factores como el cambio climático, nuevas tendencias del consumidor y nuevos escenarios de productividad y de mercado, que hacen más imperativa la necesidad de proyectarse a largo plazo.
Por otro lado, varias viñas están desarrollando proyectos y planes estratégicos de I+D.
Concha y Toro: 50 proyectos a 2020
A través de su Centro de Investigación e Innovación (2014) Concha y Toro generó un plan estratégico para el período 2016-2020, que alberga cerca de 50 iniciativas de estudios organizadas en cinco programas: Fortalecimiento de Material Genético (tener plantas más sanas y resistentes a las enfermedades que causan la pérdida de valor de las plantaciones, además de generar productos con mayor rendimiento y calidad); Cambio Climático (gestión de los recursos y escasez hídrica, donde drones toman fotos con cámaras multiespectrales que miden el estrés hídrico de la planta); Valoración de la Calidad de Uvas de Vino (medir compuestos como los aromas, de manera rutinaria); Automatización, Tecnologías y TI (desarollo de sensores para medir la densidad y volumen de las uvas de manera remota, a través de una aplicación) y, Diseño de Productos (mediante investigación del consumidor crear vinos que satisfagan las expectativas de los mercados a los que la firma pretende entrar).
“Buscamos producir más y de mejor calidad, a fin de ser más competitivos, entendiendo que hay un sobre stock en el mundo”, explica Gerard Casaubon, director del centro.
Santa Rita crea línea de belleza con residuos
Durante el período 2013-2015, Viña Santa Rita quintuplicó la inversión en innovación, pasando de 0,08% a 0,5% de la facturación. Esto, ha significado que un 5% de los ingresos actuales se generen a partir de procesos innovadores.
Según la gerente de Procesos e Innovación, Fernanda Valdés, la firma desarrolló una línea de productos de belleza a partir de la reutilización de sus residuos, llamada Wine Therapy SR. Están hechos en base de aceite de pepitas de uvas de Cabernet Sauvignon, que poseen propiedades antioxidantes y nutritivas para la piel.
Undurraga apuesta por tecnificación agrícola
En el área agrícola, Viña Undurraga cuenta con un proyecto piloto de máxima tecnificación, el cual está llevando a cabo en su campo de Codigua (Melipilla), con el objetivo de aumentar la productividad en forma significativa y tecnificar la mayor cantidad de labores. Se trata de un sistema de conducción de un solo alambre, que permite la mecanización completa de la viña, incluyendo desbrote de corona, podas y cosecha, entre otros.
“De ser exitoso, lo podríamos hacer extensivo a nuevas plantaciones”, indica el gerente general, Ernesto Müller.
La empresa también está probando el uso de porta injertos no ocupados en viñas para suelos de baja fertilidad y resistencia de alta presión de nematodos (gusanos).
Lo anterior contempla una inversión de unos US$ 300 mil, destinada a plantación, maquinaria, viajes y transferencia de tecnología.
Müller asegura que cada año generan al menos tres o cuatro vinos nuevos, en función de las oportunidades que detectan en el mercado.
“En octubre de 2015 lanzamos dos espumantes y en la feria Prowein, que se realizará desde el 13 al 15 de marzo en Alemania, presentaremos el vino Aliwen País”, afirma el ejecutivo.
San Pedro estudia predicción de cosechas
Viña San Pedro Tarapacá (VSPT Wine Group) está enfocada en el estudio de herramientas de control de procesos, que ayudarán a predecir fechas de cosecha y crear perfiles de vino para que se conserven mejor.
“Uno de los proyectos que estamos realizando, consiste en entender de mejor manera el efecto del clima, tipo de suelo, irrigación y viñedo, en los perfiles de un vino en particular”, destaca Isabel Moenne, jefa de Innovación y Desarrollo en Producción.
Añade que el cambio climático también se encuentra dentro de las preocupaciones de la firma, dado que cada temporada el sector debe enfrentar condiciones climáticas cambiantes, que producen un adelanto o retraso de las cosechas y transforman la composición química de las bayas y pueden alterar los perfiles del producto buscado.
Viña Siegel trabaja en automatización
Hace tres años, Viña Siegel, la compañía familiar ubicada en el Valle de Colchagua, dio inicio al plan que busca innovar en procesos de automatización en la planta donde elabora y embotella los vinos. Esto consiste en agilizar el proceso de molienda de la uva en época de vendimia, para así lograr mejores resultados desde el punto de vista de la logística.
Según el gerente general, Alberto Siegel, la empresa ha invertido cerca de US$ 1 millón en ello y su éxito impulsaría su negocio, puesto que la mano de obra es un ítem escaso en el país.