El Gobierno declaró 2013 como el año de la Innovación: se modificó la ley de I+D sobre incentivo tributario para inversión en investigación y desarrollo, aumentado su capacidad; se continuó con la política de atracción de centros de investigación extranjeros de excelencia, política iniciada el año 2009; generó el programa Start-Up Chile que ha puesto a nuestro país en titulares de medios extranjeros en relación a estos temas; se reorganizaron programas de Corfo sobre apoyo a la Innovación, todo lo anterior sustentado, además, en la ley de empresa en un día, para efectos de que la innovación termine en forma rápida y efectiva en emprendimientos generadores de empleo y riqueza.
Esto ha sido un aporte para potenciar un factor determinante en el desarrollo económico como es la Innovación, pero, dista mucho de haber permitido aumentar nuestro alicaído porcentaje de inversión en I+D, poco más de 0,5 % del PIB, en comparación con el promedio OCDE de 2,3%. De esto se deduce que es necesario que el nuevo gobierno haga más por estos temas, de manera de acercarnos en forma real al promedio OCDE y aún superarlo. Para ello es fundamental reconstruir nuestro sistema nacional de innovación para la competitividad cuyo Consejo Nacional está totalmente inactivo; se debe aumentar en forma considerable los fondos de Corfo para programas de ayuda directa a emprendimientos tecnológicos, más que reducir impuestos a grandes empresas que focalizarán su inversión en tecnología e I+D en base a sus propios intereses más que a una visión país. Es necesaria una política de Estado, con un programa claro a mediano plazo que guíe, sin improvisaciones a mitad de camino, una reforma estructural del sistema de innovación chileno.
La innovación, como solución a problemas tecnológicos, nos llevará al desarrollo y a tener una sociedad más plena en que se premie la inteligencia y el esfuerzo y no depender de lo que la naturaleza nos quiera regalar. Debemos premiar y potenciar el desarrollo de nuestros jóvenes, con mejor educación y con un real ecosistema nacional de innovación para la competitividad y para ello no es suficiente un año, es necesario convertir cada año, en un año de la Innovación.