Chile es un país esencialmente minero. El cobre es la principal actividad exportadora del país y la primera fuente económica nacional.
De acuerdo a proyecciones del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco), las reservas del mineral rojo alcanzan aproximadamente a 70 años más, lo que insta a avanzar en políticas públicas y privadas, vinculadas también al ámbito académico, que otorguen mayor valor agregado a nuestro principal commodity, tal como lo ha hecho Australia que, además de tener una fuerte industria en materia extractiva en hierro, carbón y oro, pudo desarrollar un sector de servicios orientados a la minería.
Éxito en Oceanía
El proceso en Australia no ocurrió de un día para otro, dice Orlando Jiménez, director ejecutivo del centro de investigación australiano Csiro Chile, y explica que se trató de un esfuerzo de largos años. Al mismo tiempo, sostiene que el despegue de este sector se basó en un ejercicio sistemático de convergencia pública y privada, en donde se definió una visión de largo plazo del rubro minero. En efecto, de acuerdo a cifras elaboradas por el Minerals Council de Australia en base al Ministerio de Hacienda de ese país -según los datos aportados por Csiro-, el sector Maquinaria, Equipos, Transporte y Servicios (METS, por su sigla en inglés) contribuyó aproximadamente con 8,4% del PIB en 2011-2012 (4% en 2002-2003). Asimismo, la minería extractiva aportó 12,3% al PIB (casi igual que en 2002-2003), por lo que en conjunto representan más del 20% del PIB. Y el METS estima que el sector crece entre 10% y 15% anual.
Francisco Orrego, subsecretario de Minería, asevera que Australia es un líder mundial en investigación e innovación en minería y un ejemplo para nuestro país. Agrega que, según las estadísticas de la OCDE, en 2010 las empresas australianas invirtieron US$ 11.686 millones en I+D, de los cuales 20% se dirigió al rubro minero. Mientras, en Chile se invirtieron US$ 448 millones en investigación y desarrollo, y de éstos, advierte, sólo un 5% se invirtió en minería.
Raúl Castro, del Centro de Investigación en Chile en Tecnología Aplicada a la Minería (AMTC), detalla que lo que hizo Australia fue desarrollar un espíritu colaborativo a un estándar tan alto que fueron capaces de desarrollar servicios y tecnologías duras de equipo.
La misma opinión comparte Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Cesco, quien dice que “a partir de esta interacción, han generado un mecanismo de innovación que ha significado el crecimiento de toda una industria de proveedores”.
Caso chileno
El patrón de desarrollo tecnológico de Chile ha sido por mucho tiempo salir a buscar las tecnologías afuera e importarlas, dice Jiménez, de Csiro, quien explica que “ese patrón no sirve y lo que debe hacer es desarrollar soluciones específicas a las necesidades que tenemos”.
Chile ha tomado nota y el ejemplo australiano hizo eco en el país. Así, desde hace un tiempo se han venido desarrollando diversas iniciativas que avanzan en potenciar al sector minero. De esta manera, destaca el nuevo enfoque de las universidades orientadas a este rubro; la instalación de centros de investigación, como Csiro de Australia, pero también Emerson de EEUU y Sustainable Minerals Institute (SMI) de la Universidad de Queensland de Australia; el Programa de Proveedores de Clase Mundial; y la creación de la marca sectorial “Chile Engineering” de ProChile, que busca que la exportación de servicios de ingeniería se incremente, consolidando ganancias de US$ 500 millones en 2015, entre otros.
Hernán Araneda, gerente de Innovum Fundación Chile, sostiene que se encuentran trabajando junto a ProChile en el desarrollo de una estrategia que incentive y apoye la exportación de las empresas proveedoras de la minería. “Se espera que al año 2020 hayamos realizado avances significativos en esta materia, aumentando la escala del PPCM y generando mecanismos de apoyo al proceso de escalamiento e internacionalización de las soluciones generadas”.
De acuerdo con la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería (AIC) y la Coalición de Exportadores de Servicios de la CCS, según datos aportados por ProChile, las exportaciones de servicios de ingeniería alcanzaron a US$ 71 millones en la primera mitad de 2013, siendo Perú, Canadá, Argentina, y Colombia los principales destinos.
Osvaldo Marinao, jefe del Subdepartamento de Comercio de Servicios de ProChile, sostiene que“Chile ha dado importantes pasos en este sector y tiene un volumen de explotación mineral considerable”.
“Esto ha convertido a los proveedores para la minería en empresas capaces de atender tanto la demanda interna como externa con un nivel de especialización y competitividad muy interesante. Hoy vemos que las empresas están preparadas para internacionalizar su oferta”, dice Marinao.
PPCM cuenta con 84 proyectos que son implementados por 68 empresas
Hernán Araneda,
gerente de Innovum de Fundación Chile.
El Programa de Proveedores de Clase Mundial (PPCM) es uno de los que más destaca en avances de desarrollos tecnológicos orientados a la minería.
Hernán Araneda, gerente de Innovum de Fundación Chile (FCh), detalla que el programa nació en 2008 en BHP Billiton. Luego, en 2010, Codelco se sumó y, posteriormente, Innovum, de FCh, lo haría como articulador.
El propósito, acota, es desarrollar empresas proveedoras locales intensivas en conocimientos y tecnologías para la minería.
Araneda hace hincapié en que el PPCM ha demostrado ser exitoso en su ejecución. "Actualmente cuenta con una cartera de 84 proyectos que están siendo implementados por 68 empresas proveedoras", señala.
Entre los casos exitosos destacan, por ejemplo, "en Minera Escondida el cable de pala mostraba una baja vida útil. La empresa Prodinsa, después de un periodo de estudio, logró crear un cable más resistente que consiguió aumentar su vida útil en un 40%. Posteriormente, Prodinsa se asoció con la empresa Aplik, la cual creó un sistema de monitoreo predictivo que anticipa fallas en los cables y asegura la continuidad de los procesos".
Otro caso que sobresale es en la Refinería Electrolítica de la Fundición Chuquicamata, en que "se presentaba una alta tasa de rechazo en los cátodos de cobre generada por problemas de adherencia en los bordes plásticos. Se le encargó a la empresa Polymeros el desarrollo de una mejora. Luego de un periodo de estudios, Polymeros logró producir un borde más eficiente, que llegó a disminuir hasta en un 47% de la tasa de rechazos, lo que se tradujo en un ahorro cercano a los US$ 4 millones al año para la compañía".
El ejecutivo destaca que Chile cuenta con una industria minera de clase mundial, "por lo cual también tenemos la oportunidad de desarrollar capacidades tecnológicas en empresas proveedoras locales a través de la generación de nuevas soluciones intensivas en tecnologías, que sean escalables y exportables a otras industrias y países".