Por Alejandra Maturana
Durante la primera quincena de marzo comenzará a operar el Centro Experimental de Fermentación de Algas (CEA) del Consorcio Bal Biofuels en Puerto Montt. Partirán con una fase piloto, cuyo objetivo es validar la tecnología que permita próximamente generar alianzas con empresas que lleven el proceso a de producción del bioetanol a escala industrial.
Desde 2011 que el consorcio, formado por BAL, la Universidad de Los Lagos, la Asociación Chilena de Biotecnología y Dalco; se encuentra trabajando en este proyecto que ha demandado una inversión cercana a los US$ 10 millones, de los cuales el 70% fue aportado por InnovaChile de Corfo y por el Ministerio de Energía, y el 30% por sus socios. De ellos, US$ 1,5 millón se destinaron a la construcción del CEA.
Hasta hoy, en Chile sólo se había avanzado en el diseño y la optimización del sistema de cultivo de algas: desde la selección genética natural y creación de un cepario, hasta el cultivo y cosecha. Ahora también se llevará a cabo el proceso de fermentación a escala piloto para obtener el combustible, pues la primera etapa ya fue desarrollada en los laboratorios de BAL Inc. en California, EEUU.
El CEO de BAL en Chile, Cristian Díaz, estima que la meta en cinco años -concretándose las inversiones requeridas-, es cultivar unas 3.000 hectáreas de algas, lo que potencialmente permitiría una producción de 10.000.000 millones de galones de etanol (37.500.000 lts) al año. Esto, en 10 a 15 años, aumentaría a 10.000 ha, con una producción potencial de 35.000.000 de galones de etanol al año (130.000.000 litros), lo que equivale al 10% del consumo de bencina anual del país.
Altamente competitivo
Díaz sostiene que Chile presenta una ventaja estratégica por su acceso al océano Pacífico y por contar con uno de los sectores acuícolas más desarrollados a nivel mundial, lo que en conjunto, más la rápida velocidad de crecimiento y cantidad de carbohidratos fermentables de la Macrocystis pyrifera (alga autóctona chilena), hace que la producción de biocombustibles sea una alternativa viable. “De acuerdo a nuestras proyecciones, y de ser favorables las pruebas a nivel piloto, BAL lograría crear la fuente de carbohidratos fermentables más barata del mundo”, declara. Añade que los costos estimados de producción de bioetanol a largo plazo oscilarían entre los US$ 0,18 y US$ 0,21 el litro; y de acuerdo con el New York Mercantile Exchange (Nymex), el precio de mercado de etanol es de
US$ 0,49 por lt, lo que evidencia su nivel de competitividad con aquellos generados en base a fósiles”.
Las ventajas del uso
El bioetanol puede utilizarse solo o mezclado con gasolina, reemplazando al éter metil tert-butílico (MTBE), responsable de la contaminación del suelo y del agua subterránea.
La ventaja del etanol a partir de algas por sobre los derivados del maíz o la caña de azúcar, radica en que se cultiva en el mar, se muliplican muy rápidamente y requiere de pocos insumos para crecer: sol, CO2 y el mar.
Actualmente el consorcio posee cuatro patentes internacionales vinculadas a los procesos de fermentación de algas para la obtención de etanol.