La compañía aérea española Spanair presentó
hoy a las autoridades un plan por el que prevé la supresión de hasta
1.062 empleados de su plantilla, ante las dificultades económicas
que padece.
Los directivos de la aerolínea quieren garantizar la viabilidad
de la firma y el mantenimiento de los cerca de 3.000 puestos de
trabajo restantes.
Asimismo el Plan presentado ante el Ministerio de Trabajo incluye
medidas como la reducción de costos, retirada de aviones y un plan
de ahorros de gastos de US$ 137 millones para 2009.
El ERE presentado hoy en el Ministerio de Trabajo es uno de los
cuatro pilares estratégicos en los que la compañía basa su futuro,
con un redimensionamiento de la compañía, reducción de costes,
mejoras en la eficiencia y en la captación de ingresos.
La reducción de la capacidad se va a plasmar en la retirada de
quince aviones de la circulación entre el 15 de septiembre y el 1 de
noviembre, y a la eliminación de nueve rutas y eliminar frecuencias
más deficitarias
El Plan de Viabilidad prevé también la supresión de cinco bases
operativas, que pasarán a ser dos (Barcelona y Madrid).
A partir de la presentación del expediente se inicia el periodo
de consultas de treinta días que fija la ley para que la Empresa y
los representantes de los trabajadores lleguen a un acuerdo.
El presidente del Comité de empresa de Spanair, Jordi Mauri,
destacó, tras una reunión mantenida con la dirección de la empresa,
que la documentación presentada hoy a los sindicatos es
"incompleta", ya que falta un balance de cuentas referido al primer
semestre de 2008".
Para Mauri el plan es "precipitado y excesivo" y añadió que a
principios de la semana próxima comenzará el proceso negociador
entre los sindicatos y la dirección de la compañía.
Spanair fue fundada hace más de veinte años por Gonzalo Pascual,
Gerardo Díaz, ambos propietarios del grupo Marsans, y Christer
Sandahl, del Grupo SAS.
En 2003 los dos primeros vendieron el 94,9% de la
aerolínea a SAS, reservándose el 5,1% restante, y los
puestos de presidente y consejero delegado de la aerolínea.
Durante junio de 2007, Pascual y Díaz decidieron vender el resto
a SAS, y ante el anuncio de que este grupo iba a llevar a cabo una
desinversión en toda aquella empresa que no estuviese orientada al
área escandinava, presentaron una oferta por el cien por cien de la
compañía.
Junto a Marsans, también mostraron interés Iberia, junto con
Gestair, el fondo luso Lonsgtock asociado con Gadair, y un grupo de
empresarios catalanes.
A excepción de Gadair todos los posibles interesados fueron
retirándose la puja, por lo que a principios de verano la dirección
de SAS decidió cerrar el concurso declarándolo desierto y aplicar un
plan de viabilidad que permitiese sacar a la aerolínea de la
situación en que se encontraba.