El director gerente del FMI, Dominique
Strauss-Kahn, dijo hoy que "la inflación puede haber vuelto" al
mundo por el alza de los precios de los alimentos y la energía, pese
a la desaceleración generalizada.
En una rueda de prensa previa a la asamblea de primavera del
Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, Strauss-Kahn dijo
que la economía mundial se encuentra "entre el hielo y el fuego".
El hielo es una ralentización de la actividad, que dejará el
crecimiento del planeta en el 3,7% este año.
Al mismo tiempo, la inflación ha subido. Strauss-Kahn advirtió de
que el aumento de los precios de los alimentos, "puede socavar todos
los avances en la reducción de la pobreza".
Achacó su subida en parte al incremento de los cultivos para
biocombustibles y recomendó eliminar las barreras que limitan un
incremento del suministro de alimentos.
Strauss-Kahn señaló que en algunos países africanos, la subida de
esos precios supondrá un empeoramiento de un 1 por ciento de su
cuenta corriente, un impacto que consideró "gigante".
"El efecto es probablemente mayor que la mayoría de los choques
(económicos) del pasado", dijo.
Strauss-Kahn señaló que para algunos países el peligro de
desaceleración es más importante, mientras que otros deben
preocuparse más por la inflación.
Sobre la crisis financiera, indicó que los problemas económicos
de Estados Unidos se han trasmitido al resto del mundo.
Enfatizó que una bajada del crecimiento en un punto porcentual en
la mayor economía del mundo reduce el ritmo en Europa en un 0,4
puntos porcentuales, lo que explica la ralentización que el FMI
predice para el viejo continente.
Los mercados emergentes han soportado bien la crisis hasta ahora,
pero Strauss-Kahn recalcó que "no son inmunes" a ella. Alertó del
riesgo de una reducción "drástica" de los flujos de capital hacia
los países en desarrollo, que golpearía en particular a las naciones
que dependen más del dinero externo para su financiación.