El consejero del Banco Central, Sebastián Claro, fue el
único que se inclinó por elevar la tasa de interés en la reunión del último Consejo
de política monetaria que, finalmente, optó por mantenerla en 6,25%.
De acuerdo a la minuta publicada en el sitio web del
emisor, Claro consideró subir a 6,50% los tipos, mientras que el resto, es
decir, el presidente José de Gregorio, el vicepresidente Jorge Desormeaux y los
consejeros Manuel Marfán y Enrique Marshall optaron por mantenerla.
Con todo, la minuta dijo que todos los Consejeros
destacaron, en el ámbito externo, el hecho que se seguían acumulando signos de
deterioro de la economía estadounidense, siendo lo más relevante que la
incertidumbre y los riesgos respecto del escenario externo habían aumentado.
“Un Consejero señaló que le parecía inquietante la percepción
de que el sistema financiero de EE.UU. estuviese siendo afectado en su
capacidad para otorgar créditos y que pese a la agresiva reacción de la Reserva
Federal algunos segmentos del mercado de capitales comenzaban a evidenciar
situaciones de mayor riesgo que podrían derivar en la insolvencia”, informó el
documento.
Varios Consejeros agregaron que además se observaban señales
de debilitamiento en otras economías desarrolladas, mientras el mundo emergente
parecía hasta ahora relativamente aislado de esta crisis y se beneficiaba de
los elevados precios de las materias primas. Algunos Consejeros indicaron que
no cabía duda de que una desaceleración del mundo desarrollado, en especial si
iba acompañada de un deterioro significativo del sistema financiero, afectaría
tarde o temprano al mundo emergente y a los precios de las materias primas.