El Producto
Interno Bruto (PIB) per cápita crecerá a una tasa anual de 3% durante el
espacio 2010-2020, según las
estimaciones de Proyecto País, iniciativa ideada por el Colegio de Ingenieros que tiene por objetivo entregar las directrices sobre la estrategia de
desarrollo que deben seguir los distintos sectores de la economía chilena para
maximizar sus rendimiento.
Las cifras
arrojaron que de
mantenerse este ritmo de crecimiento, Chile podría ingresar en el grupo de
economías desarrolladas hacia el año 2040. Por su parte, la
estimación anunciada es bastante menor al 5,7% que pronosticaron para la fase
anterior del proyecto, que comprendió el periodo 2003-2010.
Según los
más de 400 profesionales involucrados en el plan, la baja en la proyección de
crecimiento para este nuevo periodo se debe a un descenso en el ritmo de expansión
de las áreas en las que venían apoyándose las exportaciones, principalmente en los
recursos naturales.
Esta segunda etapa del Proyecto País, que funcionó a través de 50 comisiones con expertos de las diversas tendencias políticas, involucró recursos estimados en más de US$ 1 millón. En tanto, la primera
fase del Proyecto País, que se llevó a cabo en el año 2003 con miras al 2010, involucró recursos
por cerca de US$ 2 millones.
Evitar hacer más de lo mismo
Gastón
L’Hullier, presidente ejecutivo de Proyecto País, explicó en conversación con Diario Financiero Online que para mantener el mismo
nivel de crecimiento, los sectores productivos deberían invertir una cantidad mucho mayor de recursos.
"Por ejemplo, en el área minera se requiere
una cantidad de inversión gigantesca, superior a US$ 40 mil millones, para poder
continuar con la misma participación nacional en el mercado mundial. Entonces, por
un tremendo esfuerzo no se crece lo suficiente", precisó L’Hullier y añadió que "si hacemos más de lo mismo, ya no vamos a poder seguir creciendo tan
fuertemente".
Es debido
a esto que las estimaciones realizadas por los expertos que trabajaron en
Proyecto País, para las áreas más importantes de los envíos chilenos al
extranjero, son a la baja.
Por ejemplo, en el sector forestal, se pronostica un
crecimiento de US$ 1.100 millones durante el periodo 2010-2020. "Una cifra
bastante menor", añadió el presidente ejecutivo del proyecto, que se debe
principalmente al
freno de las plantaciones forestales.
Todo lo
contrario ocurrió con las proyecciones 2003-2010, en las que se estimó que las
exportaciones iban a duplicarse desde los US$ 2.550 millones a los US$ 4.500
millones.
Los envíos industriales basadas en el recurso pesquero
también muestran una caída en su ritmo
de crecimiento debido a que se están alcanzando los límites biológicos de la
biomasa pesquera, según las conclusiones de Proyecto País. También se
vaticina un freno en la expansión de los
envíos de vino y alimentos en general.
En la proyección, dentro de las áreas que seguirán
impulsando el crecimiento positivamente, sigue estando el cobre, que
representará un 37,6% del valor de las exportaciones de bienes en 2020. Sin
embargo, el sector deberá hacer esfuerzos mayores para poder lograr dichas
cifras, según precisó L’Hullier.
Los otros sectores que se proyectan con mayor ritmo de
crecimiento son el molibdeno, el salmón y trucha, y los otros productos mineros
y agropecuarios, que alcanzarán ritmos de crecimiento cercanos a los dos
dígitos.
Capital humano
Proyecto País propone un cambio profundo en la forma
en que se desarrollan los sectores que impulsan la economía. "Para crecer a
tasas más fuertes, no se puede seguir siendo un productor de recursos naturales
baratos. Se debe cambiar la forma de competir. Debemos diferenciarnos", recalcó
Gastón L’Hullier.
Para lograr esto, el país "debe tener un capital humano más capaz y más inteligente,
enfocado a los servicios, dando así valor agregado a los productos naturales",
aseguró L’Hullier. La clave para lograr esto está en afianzar una identidad
país. "Se debe generar más capital relacional, que tiene que ver con mejorar
los niveles de confianza y de colaboratividad entre las personas. ¿Y cómo se
desarrolla esto? Sintiéndose parte de una identidad común", explicó el
presidente ejecutivo de la iniciativa.
L’Hullier añadió que "el chileno no tiene conceptos
culturales o de identidad país para que le sirvan como ancla tanto internamente
como en el exterior. Hay que reforzar y encantar a la población con un
inventario colectivo de lo que es ser chileno. Esto permite mejorar el capital
social, la colaboración, la cohesión social, y mejorar así una visión común del
país".
"Una de las industrias en donde podríamos tener un
gran crecimiento es en el turismo. Por ejemplo, los colegios que están cerca de
Torres del Paine deberían ir incorporando ramos orientados a que los alumnos
aprendan a atender al turista: que sean guías, que sepan hablar inglés. Se está
haciendo muy poco para potenciar al sector y a otras áreas de servicio en que
Chile requiere desarrollarse para crecer a una tasa mayor", concluyó L’Hullier.