El Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) y el ministerio de Agricultura presentaron hoy un estudio que
revela que seis millones de chilenas y chilenos construyen su vida en
territorios rurales.
Titulada "Desarrollo Humano en Chile rural.
Seis millones por nuevos caminos", la investigación constata que Chile es más
rural de lo que se piensa, que lo rural no está desapareciendo y que, lejos de
eso, está lleno de potencialidad.
El estudio indica que lo rural "ha cambiado
tanto" que ya casi no se le reconoce con ese nombre y que, para identificarlo,
es necesario un nuevo enfoque, un nuevo lenguaje y una nueva forma de medición.
El PNUD por encargo del ministerio de
Agricultura, construyó el informe sobre la base de información empírica
primaria y secundaria reunida a partir de diferentes instrumentos metodológicos
de tipo cualitativo y cuantitativo.
Para ello, se realizó una encuesta de
desarrollo humano a 1.400 habitantes de los territorios rurales, cifra
considerada como representativa de los mayores de 18 años residentes en hogares
ubicados en asentamientos humanos de menos de 160 mil habitantes entre
las regiones de Coquimbo y de Los Lagos.
"Tenemos por delante un gran desafío. Claramente las condiciones han
mejorado. Lejos están la miseria y la marginalidad, hay adelantos, tecnología,
educación, conectividad. Pero nos falta, aún hay pasos que dar para integrar a
esos seis millones de chilenos a los beneficios que implica el crecimiento de
la productividad silvoagropecuaria", dijo la ministra de Agricultura, Marigen
Hornkohl.
El informe usa el concepto de ruralidad en
un sentido ampliado, definiendo como tales a los territorios donde la actividad
económica preponderante –lo que no significa mayoritaria ni menos única- es piscisilvoagropecuaria, ya sea en su inmediata condición de actividad
en el espacio natural, como también en sus formas mediatas pero igualmente
vinculadas a eslabones de las nuevas cadenas productivas.
La producción del sector piscisilvoagropecuario
y la industria alimentaria se ha incrementado de modo sostenido en las últimas
décadas y a tasas superiores a las del resto de la economía, impactando de modo
radical la manera de vivir en los territorios rurales.
El PIB agropecuario pasó desde el
equivalente a $452 mil millones en 1960 a $3.080 mil millones en
2007 (ambos en moneda de 2003).
El informe constata que hoy en los
territorios rurales se vive de una manera distinta. Los habitantes de los
territorios rurales se sienten cercanos, integrados y conectados entre sí y con
el conjunto de la sociedad. En buena medida esto se debe a los avances en
conectividad vial y comunicaciones, que expresan de modo paradigmático el
avance en las condiciones de vida en estos territorios.