Leonardo Suárez, de LarrainVial: “Si el Banco Central no empieza a bajar pronto la tasa, la economía no despegaría en 2024"
El economista cree que el PIB esquivará la recesión este año y que el ente emisor dará señales de una flexibilización monetaria en la reunión de este mes. También analiza el anuncio de compra de US$ 10 mil millones.
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Todas las señales apuntan a una economía que continúa ajustándose, aunque no al ritmo esperado. Esa es la tesis que sostiene el director de Estudios de LarrainVial, Leonardo Suárez, al abordar el escenario macro, marcado por tres meses seguidos de caídas del Índicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) y un Índice de Precios al Consumidor (IPC) que sorprendió en mayo, llevando al registro anual a un 8,7%, desde el 9,9% previo.
“El dólar podría subir $ 20 esta semana y su trayectoria futura dependería del dólar global, que tal vez siga depreciándose, por lo que espero que el tipo de cambio se transaría en torno a $ 800 o menos hacia fines de año".
“Que se cierre el tema tributario pronto ayudaría a que hubiera cierta estabilidad política, ya que no volvería a discutirse después. Al final, lo que habrá es una reforma más insulsa que lo que Marcel proyectó inicialmente, pero será algo más consensuado”.
- ¿Ya ha pasado lo peor en términos de recesión de la economía?
- En mayo tendremos un Imacec similar al de abril, incluso puede ser peor, porque el retail sigue muy malo. En ese sentido, el primer semestre vamos a tener una caída del PIB cercana al 1%. Pero digamos las cosas como son: esto es mucho mejor a lo que se había esperado, pero tal vez sea una mala noticia para el Banco Central.
- ¿Por qué?
- La verdad es que tú necesitas una recesión más fuerte si quieres bajar la inflación más rápido. Entonces, aquellos que están pidiendo más crecimiento, derechamente lo que quieren es más inflación y ese es el punto de fondo.
- ¿Es el momento para bajar ahora la tasa de interés?
- La inflación no está bajando a la velocidad que se quisiera. Lo que pasa es que el Banco Central está focalizado más que en el gasto privado, en la inflación subyacente. Pero, de todas maneras, el riesgo de anticiparse y bajar la tasa en junio o julio es menor que el riesgo de no hacerlo.
Yo quisiera ver al Banco Central qué explicaciones da cuando tengamos inflación subyacente de 2% el próximo año, hacia allá vamos.
- ¿Puede venir en junio esa baja?
- No descarto una baja en junio. La decisión del Banco Central, aunque ellos no quieran mezclar las dos cosas, de activar el capital contracíclico de la banca, pavimenta el camino para bajar la tasa. La cifra de IPC de mayo refuerza aquello.
Tenemos un Consejo muy conservador, que le va a costar tomar la decisión de bajar la tasa en junio.
Creo que vendrá un sesgo expansivo para la tasa en el IPoM de junio. Si bajan la tasa, pueden hacerlo en 25 puntos base y en julio de todas maneras habrá una baja.
- ¿A qué velocidad será la baja?
- El mercado espera que la tasa concluya el año en 8,5%, yo estoy en 7,5% y no descartaría que bajara aún más. En realidad, con este Consejo veo difícil que la baje más allá del 7,5%, pero hay razones para bajarla más allá de 7,5%.
- ¿Para el año en su conjunto, Chile esquivará la recesión?
- Yo era de los más negativos a fines del año pasado. Veía un PIB cayendo un 2% y una demanda interna cayendo cerca de 7%. Hoy, veo que el PIB va a crecer 0,2% este año. Estamos en recesión, pero el hecho de que Chile crezca en 2023, aunque sea poco, ya va contra las expectativas.
En ese contexto, en 2024 vamos a tener un crecimiento tal vez de 2,5%, entre otras cosas porque hoy la tasa de interés todavía va a seguir demasiado alta, ya que opera con rezago.
- ¿En qué se apoya ese mayor crecimiento en 2024? ¿La baja de tasa de interés?
- La economía ya estaría estabilizada desde el punto de vista macroeconómico. La inflación ya estará cayendo, la tasa estará bajando, el déficit de cuenta corriente se está normalizando por la contracción de la demanda interna y las cuentas fiscales también se están estabilizando. Hay muchos factores que apuntan en la misma dirección.
Si el Banco Central no empieza pronto a bajar la tasa de interés, o relaje a una velocidad relativamente adecuada, va a ocurrir que la economía no despegaría y la inflación caería a niveles cercanos a 1% en 2024, gracias a la persistencia de una tasa de interés cercana al del 7%.
- ¿Cuáles son las consecuencias del programa de compra de dólares que anunció el Banco Central?
- Hoy el Banco Central tan solo tiene reservas internacionales por US$ 39.000 millones, 12% del PIB (contra 20% del PIB en 2003), lo que es bajo para un país commodity como Chile, que necesita reacumular divisas -como en 2008, 2011 o 2021- por 3,3% del PIB, para enfrentar potenciales shocks externos e internos. Perú tiene reservas internacionales cercanas al 30% del PIB.
Después de este shock, el dólar podría subir $ 20 esta semana y su trayectoria futura dependería del dólar global, que tal vez siga depreciándose, por lo que espero que el tipo de cambio se transaría en torno a $ 800 o menos hacia fines de año.
La intervención será esterilizada, lo que induciría un repunte de las tasas largas, que de todas formas, no sería superior a 20 puntos base para el retorno del BTP a 2030.
“No hay almuerzo gratis”
- ¿Ayuda al crecimiento que se acoten las expectativas en lo tributario, previsional y constitucional?
- Los resultados de la elección del 7 de mayo no agregaron mucho valor respecto a lo que ya teníamos. El cambio relevante fue el triunfo del Rechazo el 4 de septiembre.
La reducción de la incertidumbre institucional, la reducción del gasto público en 2022 y la presencia de una política fiscal muy conservadora en 2023, también va a condicionar buenas expectativas para los mercados.
Eso refleja la caída el dólar a $ 800, que es el mejor termómetro de expectativas, pero aún queda un castigo de $ 90 derivado de factores político-institucionales post 18 de octubre. Ahora, lo que me preocupa hacia adelante es la poca disposición de los políticos a hacer reformas.
-¿En pensiones, por ejemplo?
- Al mercado le encantaría tener una reforma previsional consensuada y eso implica que ambos sectores cedan, pero converjan en la necesidad de una reforma previsional. Eso significa una reforma que sostenga el sistema de capitalización individual de los fondos de pensiones que ya está garantizado para el 10% actual, pero que también haya alguna señal de solidaridad que garantice estabilidad social e institucional.
Mi pronóstico es que, si al final del día hay una reforma previsional, se van eliminar los entes públicos que se están proponiendo y las cuentas nocionales y la distribución del 6% será distinta a lo que se propone hoy. Lo ideal es que el 6% extra sea capitalizable. La distribución del 6% extra entre individual y solidario es un tema político-ideológico.
- ¿Y cuánto ayuda que el Gobierno se haya abierto a una reforma tributaria más acotada?
- Mi pronóstico es que será una reforma sin impuesto al patrimonio y a las utilidades retenidas, que va a estar concentrada en acuerdos contra la evasión y la elusión, además que ya se aprobó el royalty.
Pero de todas maneras hay que tomar en cuenta una cosa: todo el mundo está de acuerdo en el aumento de la PGU, que es un componente de reparto, pero sin financiamiento extra no hay PGU, así de simple. No esperes de Mario Marcel que te entregue una PGU desfinanciada. Un aumento de la PGU sin aumento de tributos es conducir a Chile a la dinámica fiscal de Grecia.
La reforma tributaria es necesaria para financiar la totalidad de la reforma previsional. Pero no nos veamos la suerte entre gitanos. Cualquier reforma tributaria -por socialmente pertinente y necesaria que sea- presionaría al crecimiento potencial a la baja. No hay almuerzo gratis. Y por algo Europa crece un punto menos que Estados Unidos.
- ¿Qué ocurre si no se aprueba una reforma tributaria?
- Casi los mercados tienen descontado eso, que no habría reforma tributaria. Parte de la reforma ya se hizo con el royalty minero. Que se cierre el tema tributario pronto ayudaría a que hubiera cierta estabilidad política, ya que no volvería a discutirse después. Al final, lo que habrá es una reforma más insulsa que lo que Marcel proyectó inicialmente, pero será algo más consensuado. Con suerte la recaudación será de 1,5% del PIB, de los cuales ya tenemos 0,5% con el royalty.
Capital de la banca: “Me parece algo raro.
Es un tema de timing más que de pertinencia”
El experto cree que Chile tiene una mayor fortaleza en su sistema financiero respecto a otros países.
- ¿Cómo ve el panorama internacional? Queda la sensación de que el escenario no es tan adverso como hace algunos meses.
- Lo pongo de otra forma: si cae un banco grande, el escenario cambia violentamente.
Mi escenario base es que eso no ocurre.
Entre otras cosas, los bancos chicos han caído porque hubo aumentos de la tasa de interés de forma significativa, lo que automáticamente impacta en los activos de los bancos, sobre todo los que están invertidos en bonos del Tesoro. Ese es un tema.
Y la otra razón es que los bancos chicos cayeron porque la administración Trump le quitó los requisitos y los eximió de Basilea a todos los bancos chicos a partir de 2018 para aumentar su espacio de negocios.
Los bancos chilenos ya se incorporaron hace mucho a los requisitos de Basilea. En ese sentido, Chile tiene mayores fortalezas en su sistema financiero. Por eso sorprendió un poco la decisión sobre la introducción del requerimiento de capital contracíclico que hizo el Banco Central. Es raro el timing más que nada.
- ¿Por qué?
- El Banco Central se contradijo cuando señaló que lo hacía en respuesta a la incertidumbre externa, cuando un mes antes había múltiples presentaciones al Congreso que señalaban que Chile ya estaba muy sólido.
Pero todo experto desde afuera dice por qué están poniendo este requerimiento cuando el crédito está cayendo 5% y en medio de una recesión. Me parece algo raro.
Pero finalmente es un tema de timing más que de pertinencia de la medida, tarde o temprano tenía que ocurrir, y no descarto que el próximo año, con la economía reactivándose, lo más probable es que el Banco Central vuelva a subir el requerimiento de capital contracíclico desde 0,5% al 1%.