El senador del PS Carlos
Ominami presentó este jueves un proyecto de ley que regula la actividad del
factoring no bancario a objeto de proteger a las pequeñas y medianas empresas de
los cobros abusivos que practican algunas de las firmas dedicadas a esa
actividad.
Cabe recordar que el parlamentario había presentado una serie de indicaciones
a una iniciativa que estaba siendo estudiada por la Comisión de Economía, pero
éstas fueron declaradas inadmisibles por no tener relación con la idea matriz
del proyecto. De ahí que el parlamentario se comprometiera a presentar sus
propuestas en una iniciativa aparte.
En lo fundamental, la moción que deberá ser estudiada por la citada instancia
legislativa regula la actividad del factoring, es decir, el sistema de
financiamiento en el cual, por contrato, una empresa traspasa a otra el servicio
de cobranza de facturas existentes a su favor, obteniendo inmediatamente un
porcentaje del dinero comprometido en de dichas operaciones.
Según explicó el parlamentario, la iniciativa busca terminar con los abusos
de algunas entidades en el cobro de las tasas de interés a los deudores,
superando la desregulación del contrato de factoring y mejorando las
posibilidades de acceso al crédito de las Pymes.
La moción del senador Ominami precisa la oportunidad de pago de las grandes
empresas a sus clientes, obligándolas a asumir el costo financiero con tasas
penales que deben pagar las Pymes por el retraso en el pago a sus
acreedores.
Asimismo, aumenta la simetría de los mercados, conceptualizando el contrato
de factoring, definiendo qué intereses pueden cobrarse en las operaciones
realizadas; precisando qué personas jurídicas pueden realizar la actividad de
factoraje; indicando normas que regulan el riesgo por el caso de insolvencia de
los deudores y estableciendo obligaciones que el factor debe cumplir en el
desempeño de su actividad.
El proyecto aumenta la transparencia en los mercados más informales,
obligándolos a entregar liquidaciones con toda la información de cobros y
retenciones en el origen y en la liquidación de las respectivas operaciones, de
manera de poder detectar la real tasa de interés que cobran.