Santander: PIB caería hasta 1,5% este año y nuevo retiro de fondos implicaría “contracción severa” en 2024
La inflación se moderaría a 4,75% a diciembre, pero si el tipo de cambio y el precio del petróleo siguen bajos, podría cerrar incluso en torno a 3,5%.
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“Un ajuste necesario para retomar el crecimiento”. Con esas palabras Banco Santander titula su Visión 2023 y resume lo que deberá ocurrir con la economía chilena este año, período en que se contraería entre 1% y 1,5%. “Si no baja la inflación va a ser muy difícil crecer en el futuro. Y para que la inflación baje, necesariamente la economía se tiene que enfriar”, relata Claudio Soto, economista jefe de la entidad.
En la proyección para este año -su escenario base es una caída de 1,25%- inciden las estrechas condiciones monetarias, un mercado laboral deteriorado (la tasa de desempleo subiría y promediaría 8,5% este año), el menor crecimiento global y la elevada incertidumbre política que ha enfrentado el país. Y esto último -advierte el reporte- se reflejará en una “importante” merma en la inversión, que podría caer un 5% en el año.
“Hasta lo que ocurra la primera parte del año se va a estar jugando el 2023. Lo que haga el Banco Central más bien en el segundo semestre va a incidir en la economía hacia 2024”. Claudio Soto, economista jefe de Banco Santander.
Luego de un “rebote parcial” en los últimos meses de 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) retrocedería en los dos primeros trimestres de este año, y en el segundo semestre comenzaría un “pausado” proceso de recuperación, de la mano de un relajamiento de las condiciones monetarias y un escenario político “más predecible”.
El declive de la actividad, sumado a la apreciación cambiaria de las últimas semanas y a las menores presiones externas, ayudarían a que la inflación se siga moderando desde el 12,8% a diciembre. Y si bien en los próximos meses se sentiría la indexación de algunos servicios como la educación, o el descongelamiento de tarifas eléctricas y del transporte, el año cerraría con una inflación en torno a 4,75%, y a fines de 2024 convergería a la meta de 3%.
De mantenerse este escenario, el Banco Central empezaría a bajar la tasa de política monetaria (TPM) en abril, con un recorte entre 50 y 75 puntos base. “Mal que mal, las expectativas inflacionarias en el horizonte de política, una de las grandes preocupaciones del Consejo, ya han retrocedido hasta niveles cercanos a la meta”, se lee en el informe.
Luego, la tasa seguiría bajando en cada reunión, para terminar este año en torno a 6%. En 2024 seguiría ajustándose para acercarse a su nivel neutral, cercano a 4,25%.
El reporte precisa que existen riesgos tanto a la baja como al alza para los precios: si el tipo de cambio y el precio de los combustibles siguen en niveles como los actuales durante el año -menores a $ 850 por dólar del escenario base a diciembre- la inflación podría cerrar este año en torno a 3,5%.
En materia fiscal se volvería a observar un deterioro, lo que se reflejaría en un déficit del orden de 2,2% del PIB y en una deuda bruta subiendo a 37% del Producto.
“El contexto macroeconómico y social de este año será particularmente desafiante para la conducción fiscal”, dice el informe, ante lo que Soto recalca que “si el Gobierno busca entregar más ayudas a las personas, lo ideal es que esto se haga dentro de lo que está contemplado en el Presupuesto”.
Nuevo retiro
Los riesgos para la actividad están sesgados a la baja este año. Soto detalla que en el plano internacional hay varios focos -Covid en China, Rusia-Ucrania, política monetaria de la Fed-, y en el interno el clima político, que sigue generando incertidumbre.
Pero el principal peligro sería un eventual nuevo retiro de fondos desde las AFP. “Si se llega a materializar algo de ese estilo, vamos a tener un nuevo stock de liquidez que podría, en el corto plazo, apuntalar un poco el crecimiento. Pero vamos a tener un ajuste mucho más agresivo, mucho más severo más adelante, porque necesariamente eso va a ocurrir”, advierte el exasesor de Hacienda.
El reporte aterriza más los potenciales efectos: dice que con un nuevo rescate la inflación se mantendría en dos dígitos al cierre de este año, e implicaría que el Banco Central endurezca aún más su política monetaria, lo que llevaría a que el país enfrente una “recesión severa” en 2024.
Incluso, solo la discusión de un proyecto así podría inhibir al instituto emisor de actuar prontamente, pese a indicios de reducción en la inflación, algo que podría comprometer la recuperación del próximo año.
Bajo potencial
Soto adelanta que en 2024 la economía crecería un 2,5%, acercándose a su tendencia, que proyecta entre 2% y 2,5%. Pero, advierte que este es un nivel potencial “relativamente bajo”, por lo que reitera la importancia de mejorar la prductividad.
Si bien el economista jefe de Santander plantea que no hay una “bala de plata” para resolver el problema, dice que hay “un conjunto de medidas pequeñas, que si se hacen de manera coordinada y bien coherente, podrían mejorar la productividad”. Un punto que destaca es mejorar la eficiencia del Estado, entre varios otros.