Roberto Izikson, socio y gerente general de Cadem, la directora ejecutiva de Narrativa de la entidad, María José O´Shea, y el director de Diario Financiero, José Tomás Santa María, conversaron con Óscar Landerretche.
Una visión crítica ante el alza de aranceles impulsada por la administración Trump, y que bien podrían llevar al mundo a una recesión, planteó el académico de la U. de Chile, Oscar Landerretche, al participar del primer capítulo de una nueva temporada del podcast La Cadem, que se emitirá -en vivo- todos lunes a las 9:15 por Diario Financiero.
Tomando las palabras de sus amigos en Wall Street, y haciéndose eco de las fuertes pérdidas en los mercados bursátiles de este lunes, de entrada el académico comentó que el 2 de abril no fue el “Día de la Liberación”, sino que el “Día de la liquidación”.
Admitió que el mandatario estadounidense está implementando un experimento económico global “más agresivo y más brutal de lo que creía”, un shock que además opera en distintos planos.
Y aunque sostuvo que se trata de una “muy mala política”, con la consabida contracción para la economía global, Landerretche reconoció que le genera una “especie de placer perverso observar cuando la gente estúpida es castigada (…)”.
Esto, en alusión a la comunidad de Wall Street que apoyó la reelección de Trump.
Dado el escenario, opinó que este es el momento de la diplomacia y, ante ello, consideró innecesaria las declaraciones del Presidente Gabriel Boric en contra de su par de EEUU. “Tiene demasiadas ganas de protagonizar algo que nadie en el mundo quiere que protagonice, ni tenemos la importancia para protagonizar”, expresó.
Dado este cuadro, dijo que está revisando a la baja sus proyecciones de crecimiento para el país de este año.
“Keynesianismo”
En este contexto, y dado el escenario electoral, Landerretche afirmó que “lo que tiene que hacer el próximo Gobierno es un proceso de reactivación acelerado” dentro del primer año.
¿La fórmula? Opinó que aquella “desagrada” mucho a la gente de la derecha y al empresariado en Chile: el keynesianismo, o sea, más gasto público. Destinar más recursos a los ministerios de Vivienda y Obras Públicas.
Al generar ese impulso “a la antigua”, señaló, se generará el espacio político y el soporte para hacer las reformas estructurales de las cuales él también se ha hecho eco.
Aquí ejemplificó con la necesaria reforma del Estado, que puede implicar despidos. “Es distinto echar a gente del Estado cuando hay desempleo que cuando está activada la economía”, graficó.
Para el académico, esta reactivación a la antigua requiere primero solucionar rápido algunos cuellos de botella operativos que se han construido en el Estado para que el Minvu y el MOP -dos carteras claves- sean protagonistas.
Lo clave, además, es impulsar el plan de una manera que con posterioridad se pueda desactivar, “porque si tú conviertes este mecanismo de gasto fiscal en una cosa permanente, entonces ahí vas a tener un problema en que estás contribuyendo al problema de largo plazo”.
La otra tarea, señaló Landerretche -como lo hacía la Concertación cuando había un bajón económico-, “tienes que hacer una reforma tributaria corta, reactivadora de inversión”.
Destitución de Allende: “Los niveles de de frivolidad, de no hacer la pega (...) conducen a esto”
Durante la conversación, Landerretche también se adentró en el plano político, asegurando que fue “muy crítico” durante muchos años de que el mundo de la izquierda optara por este proyecto (el Gobierno del Presidente Gabriel Boric).
El economista se refirió también a la fallida compra de la casa del exPresidente, Salvador Allende.
“Yo, genuinamente, creo que nadie en el Gobierno le quería hacer daño a los Allende. Al contrario (...) Pero los niveles de incompetencia, de frivolidad, de no hacer la pega, de pasársela en asaditos, conducen a esto”, dijo el académico.
“Estoy seguro que este grupo político no quería destruir la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), la destruyeron; no querían destruir la posibilidad de una Constitución escrita en democracia; la destruyeron; no querían destruir los colegios públicos emblemáticos; los destruyeron”, agregó el expresidente del directorio de Codelco.