McKinsey y la economía global en 2023: de un aterrizaje suave a una recesión leve, pero ojo con la inflación
El socio senior de la firma,Sven Smit señala que la geopolítica, la crisis de suministro, la crisis energética, la inflación, el envejecimiento de la población en muchos países están creando una nueva era que marcará la economía en las próximas dos décadas.
- T+
- T-
A tres años desde que se desencadenó la crisis sanitaria del Covid-19 que sacudió al mundo entero, la economía global está posicionada en la cúspide de lo que sería una nueva era. Así lo plantea el socio senior McKinsey & Company y director general de McKinsey Global Institute, Sven Smit, quien se presentará el próximo 9 de marzo en el McKinsey Forum 2023, el primer encuentro de la consultora en Chile.
De acuerdo con su planteamiento, la actual situación económica iría más allá de los ciclos económicos que ya se han experimentado, como la crisis bursátil del 87 y la recesión derivada de la crisis asiática, ya que fueron ocasiones en las que la demanda cayó, pero eventualmente la economía volvió a su funcionamiento.
“El tipo de materias primas que tiene Chile son esenciales para la transición energética y para lo que vendrá de la demanda de defensa y demás. Así que todos estos factores son útiles”.
“Creemos que la situación en la que nos encontramos ahora mismo debido a la geopolítica, la crisis de suministro, la crisis energética, la inflación, el envejecimiento en muchos países están creando esa dinámica que, si miramos atrás dentro de 20 años, no llamaremos crisis y que luego la vida sigue, como todas las demás lo fueron. Habremos entrado en una nueva era”.
De esta forma, el economista apunta a que este escenario podría durar entre dos y tres décadas, y que a diferencia de los periodos anteriores, se basará en la oferta y su relación con la geopolítica y la transición energética, en la que se generará una demanda masiva de materias primas. También agrega que la inteligencia artificial y la automatización definirán esta era, así como el envejecimiento de la población a mayor escala.
Por lo mismo, cree que para este 2023 la economía global tendría un aterrizaje suave y una recesión leve, “más benigna” debido a una caída en los precios de las materias primas, pero que podría oscurecerse con un retorno de la inflación para el segundo semestre debido a los problemas de suministro.
- ¿Cómo ve este 2023?
- Se ve muy bien entre un aterrizaje suave a una recesión leve, pero debemos tener en cuenta que algo más podría suceder. Si tienes una aceleración masiva de la demanda, que no será una buena cosa, tienes otro peak de inflación que podría conducir a otra espiral de tasas de interés y así sucesivamente. También creo que debemos tener un poco de cuidado entre los grupos de ingresos, porque incluso si la inflación baja al 4% o 5%, los ricos pueden soportarlo. Así que benigno en promedio tal vez, pero dejemos claro también que los extremos en el escenario inflacionista son mucho más amplios y siempre debemos tenerlo en cuenta.
- ¿Y en el caso de las economías latinoamericanas?
- Los países de mercados emergentes, incluida América Latina, que tienen una exposición a las materias primas, es decir, exportaciones positivas de materias primas, tendrán mejores resultados en este entorno que los que no tienen eso. Por diferentes países, tendrán diferentes exposiciones. En Chile, tenemos la exposición a las materias primas, que es positiva en este entorno, y seremos parte de la solución de añadir más oferta.
- ¿Y cómo ve específicamente a Chile en este año?
- Mencioné que la exposición a las materias primas aún debería ayudar, aunque las materias primas bajaron un poco, aún están bastante altas y vendrá nueva demanda. Y el tipo de materias primas que tiene Chile son esenciales para la transición energética y para lo que vendrá de la demanda de defensa y demás. Así que todos estos factores son útiles. Y si se gasta adecuadamente en diferentes lugares, eso debería ayudar a Chile a hacerlo mejor que los países no expuestos. Ahora, de nuevo, el precio de las materias primas fluirá a través del déficit comercial y así sucesivamente. Pero va a tener algún apoyo desde esa esquina.
- ¿Cómo la reapertura a China podrían afectar a Chile?
- Hay dos maneras de pensar en la reapertura. Una es que la reapertura significa una fuerte demanda estructural; y la otra, significa que es una oleada temporal de gente que sale de una situación de cierre. Y entonces, creo que el rango de la expectativa en torno a China es un poco más grande en este momento de lo que solía ser. El crecimiento total de China será mayor que el de muchos otros países juntos y eso llevará a la demanda de todo tipo de cosas en todo el mundo, incluyendo América Latina. Pero creo que puede ser silenciado porque la demanda no es tan fuerte, pero también puede ser silenciado debido a la discusión geopolítica por la guerra.
- ¿Cree que hay confianza para invertir en Chile en este momento, pensando que estamos pasando por muchas reformas estructurales?
- Confianza, tal vez sea una gran palabra. La gente juzgará la situación y creo que, en general, el mundo es un poco volátil sobre cómo está la situación. Pero al mismo tiempo, la gente necesitará el acceso a los productos básicos de Chile, así que tendrán que empezar a encontrar soluciones. Es complejo, pero es complejo en Europa y los Estados Unidos también. Y algunas reformas la gente juzgará positivamente y otras no.
- ¿Cómo ve el futuro de la sostenibilidad en la economía?
- Una de las cosas de las que hablaré en la conferencia es que creemos que existe un potencial para unir tres piezas en lugar de resolverlas de forma individual, es decir, el mundo debería resolver el crecimiento inclusivo sostenible.
Primero, la cantidad de dinero que necesitaremos gastar en esta transición es tan grande que cada punto de crecimiento añade más capacidad de financiaciamiento, ese punto de crecimiento se suma para el problema medioambiental. Pero hay otro elemento importante en esta ecuación, y es que si la transición hace que suban los precios de la energía -lo que experimentamos el año pasado-, el mundo se vuelve menos inclusivo. Así que creemos que el marco que deberíamos intentar resolver para la transición, es uno que no sólo haga la transición a toda costa, sino que en realidad debería hacer la transición de forma asequible y de manera que no se reduzca la seguridad y la fiabilidad del sistema energético, porque es fácil pasar del carbón al gas, por ejemplo, y luego volverse muy dependiente de un país que envía el gas.