Tranquilo. Así se siente y se ve Sergio Undurraga, quien en noviembre saltó al primer plano del mundo financiero al concretar su anunciado retiro de Moneda Asset Managment, un actor gravitante en la gestión de activos en el medio local, del cual fue su fundador y presidente desde 1993. Una decisión que habla de una libertad sustentada en años de trabajo, de una experiencia que incluye haber participado en el ideario de las reformas estructurales de la economía chilena en los ochenta, haber representado al país ante organismos multilaterales y haber integrado el directorio de grandes empresas del país.
“Más dueño” de su agenda y aliviado de la “presión sicológica que implica servir los intereses de mucha gente”, tras unas deseadas vacaciones de tres meses -que incluyeron descanso en la playa y un viaje "con gusto a poco” a Egipto-, este ingeniero comercial de la Universidad Católica se prepara hoy para retomar el tema de las inversiones. El punto de partida son sus propios recursos: “Yo tengo una base de patrimonio personal más o menos importante, me he dedicado fundamentalmente a reestructurarla y a ver cómo la voy a seguir desarrollando para adelante”, comenta.
Pero no es lo único. Tendrá más tiempo para su familia, sus seis nietos, leer, viajar, colaborar. “En la vida uno tiene etapas y no en todas se gana plata”, resalta.
- Ya pasaron cuatro meses desde que dejó Moneda, ¿ha echado de menos?
-Uno siempre echa de menos, pero he estado bien, estuve de vacaciones, estoy haciendo una sociedad nueva, era una cosa que tenía muy prevista. Obviamente, uno echa de menos a mucha gente, a los amigos, pero me siento muy tranquilo.
- ¿Estaba cansado o aburrido en Moneda?
- Estaba cansado.
- ¿Hace cuánto tiempo había previsto su retiro? ¿Tenía fechas claras?
- Hace como dos años había comenzado el proceso de retirarme. Se habían incorporado nuevos socios, yo había vendido una parte de la compañía a los nuevos socios. Mi plan era retirarme en diciembre. Así es que no cambió mucho el plan con las diferencias que surgieron después.
- Se habló de diferencias de estilo para llevar los negocios, conservadores versus agresivos…
- Yo creo que básicamente hay una visión distinta entre lo que quería hacer la sociedad para adelante. Eso hace que las sociedades no funcionen, porque hay que tener espíritu societario. Si tú estás pensando quiero hacer esto, y yo quiero hacer lo otro, es muy difícil que una sociedad en esos términos se desarrolle; y te genera un montón de problemas. Entonces, es más razonable decir: “bueno, busquemos una solución” y eso fue lo que se hizo.
- ¿Pero esas diferencias se generaron a fines del año pasado o ya estaban presente desde que usted toma la decisión de retirarse?
-Se fueron agudizando en el tiempo y eso es lo que produce una crisis en la sociedad, hay cosas chicas, cosas que pueden gatillar una situación, ponerla más tensa. La idea de incorporar nuevos socios y que eso iba a generar una nueva visión, en realidad no resultó como hubiéramos deseado todos inicialmente, sino que se agudizaron las discrepancias.
- ¿Cuál era su posición?
- Yo era el presidente
- Así es, ¿pero su visión sobre qué hacer?
- Mi visión era que yo me iba a ir…
- Pero…
- Lo que pasa es que los negocios se van haciendo en el día día (…) Se te producen decisiones y problemas puntuales que se van sumando unos con otros.
- ¿Hubo un aspecto generacional?
- No, porque se fueron gallos muy jóvenes…yo creo que no fue eso.
- ¿En qué se traducía, en la práctica,esas diferencias? ¿Tenían un negocio y diferían al punto que querían llegar?
- Claro, que tú dieras énfasis a esto, énfasis a lo otro; que la parte comercial debiera ser así, que no, que la parte comercial asá; se te producen miles de esas situaciones. Entonces, al final hay un problema de compatibilidad de las ideas de los socios con respecto a cómo quieren llevar la sociedad para adelante.
- ¿Nunca contempló la idea de quedarse con un porcentaje de Moneda?
- Nosotros habíamos hecho una especie de pacto de accionistas que no se firmó nunca, que contemplaba que uno a los 65 años debía retirarse. Y eso, porque en todas estas sociedades la participación de activos de los socios es importante, esa es la filosofía que teníamos.
- ¿Le dolió salir en el momento que lo hizo?
-O sea, si sales con dificultades con tus socios, dificultades entre todos los socios, claro no es una salida bonita, pero en lo personal no me causó ningún problema.
- ¿No sintió que hubo un “boicot”? Se incorpora Consorcio, usted de todas formas tenía la idea de irse…
- No…Me encantó que se incorporara Consorcio, creo que resolvió un problema que era bastante importante.
- Usted sentía que la situación no daba para más dada esas diferencias.
-No sólo era yo, sino que había más socios, eran como 10 socios. Son todos los que toman las decisiones, cada uno dice yo quiero esto, yo quiero esto otro.
- De esos socios, había algunos más emblemáticos, usted junto a Pablo Echeverría y Antonio Cruz fundaron Moneda. ¿Cómo está hoy la relación con Pablo Echeverría? ¿Se quedó en paz?
- En paz. Pero si nunca estuvimos en guerra tampoco…Los negocios, son los negocios.
“Estados Unidos está en una situación bien compleja”
Si bien su especialidad es el área financiera, la agenda de Undurraga también contempla un espacio para proyectos productivos. “Tengo algunas inversiones en acuicultura -que me han dado bastante dolores de cabeza-; algo en agricultura, pero muy chico, y tengo interés en mirar ahí. Creo que hay oportunidades interesantes”, relata.
“Pero -repara- estoy con mucha calma. Este es un momento en que vienen grandes ajustes económicos”.
“Es el momento para estar cauto”, dice.
Bajo su óptica, "Estados Unidos está en una situación bien compleja. Si no está en recesión, creo que lo estará muy luego", plantea.
En todo caso, no ve una recesión en que cae mucho el producto sino una "larga, como arrastrada, que va a durar 2008, 2009 y a lo mejor sigue para 2010 un proceso de recuperación muy lento".
Dado que EE.UU. tiene mucho peso en la economía mundial, Undurraga estima que Chile no se verá enfrentado a una recesión propiamente tal, sino que más bien a una situación de cambio en los parámetros en que se está desarrollando. Hay un aumento en el precio de los commodities favorable en algunos aspectos, pero que coincide con un problema energético" complicado, que se está transformando en un freno de la economía, con un costo energético que está absolutamente fuera de mercado".
- Y, en este contexto, ¿considera adecuado que el Banco Central no haya intervenido en el mercado cambiario?
- El Banco Central está en un problema re grande. Hay un problema bien complejo porque cuando se producen estas crisis, hay esta cosa que se llama el over shooting, que los precios se van un poco a los extremos e indudablemente hay un cambio bien de fondo. Hace diez, 20, 25 años, cuando se hablaba de la apertura económica, todos decíamos Chile tiene que tener un tipo de cambio real alto y estable; ese era el paradigma. Bueno, eso hoy no está pasando.
El crecimiento y las exportaciones tienden a concentrarse en un dos o tres sectores, que son muy intensivos en capital y muy poco intensivos en mano de obra. Y el resto de la economía queda como desfasado y sin muchas posibilidades de crecer.
Ahora, el gobierno ha hecho una cosa súper importante, que ha generado esta reserva afuera, porque si no el tipo de cambio estaría en $ 300. Esa es la verdad, hay una intervención cambiaria no del Banco Central pero sí del ministerio de Hacienda y eso ha significado que el problema sea mucho menos grave.
Pero dicho todo eso, el efecto del tipo de cambio, el mayor costo del petróleo, juega muy fuerte en contra de los sectores que no tienen una ventaja competitiva absoluta y eso frenará el desarrollo económico en varios puntos.
- Ahora, no siendo obvias las opciones de políticas, ¿no parece más adecuado aceptar más inflación y sustentar el tipo de cambio?
- Eso es una opción. Ahora, el problema de la inflación es que cuando empieza, la gente pierde la fe en el Banco Central, y los costos para frenarla después pueden ser igualmente altos; yo no veo una solución obvia.
- ¿No es el mal menor? O nos quedamos como estamos.
- Ahí es donde está el problema entre corto y largo plazo. En el corto plazo puedes usar ciertas políticas que ayuden a pasar el dolor, pero van a dejar secuelas igualmente complicadas para adelante; entonces el problema de ajuste es complicado. El tipo de cambio se ha revaluado 13% este año, el año pasado entre 6% y 7%, o sea 20% en dieciocho a 20 meses, es súper difícil encontrar aumentos de productividad en distintos sectores que puedan compensar eso. Los aumentos de productividad son de 2%, 3%, 5%; entonces veremos que habrá una reestructuración de ciertos sectores. Y eso obviamente generará problemas.
¿Cuál es su consejo de inversión en este escenario?
- Hay que buscar inversiones que sean empresas de primera calidad y bonos de primera calidad y mantener un nivel liquidez importante.
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