El pasado 30 de abril, con la partida del socio Luis Avello de las oficinas de KPMG con rumbo a Price Waterhouse Cooper -en compañía de diez ejecutivos del área de impuestos de la consultora-, se prendieron las luces de alerta no sólo de esta firma europea, sino en toda la industria de las auditoras.
Pese a que el éxodo de estos once ejecutivos no guarda relación directa con la aplicación de la normal IFRS, el sólo hecho que se haya comentado como una de las opciones para explicar la llegada de Avello a Price hizo que los fantasmas de la fuga de talentos recorriera las oficinas de las principales auditoras en Chile.
A sólo meses que la norma IFRS se aplique en el país, cerca del 50% de las 134 compañías (a las cuales se suman sus firmas coligadas y filiales) están trabajando a toda máquina para cumplir con el mandato de la autoridad. De ese número de empresas, muchas recién están iniciando los procesos para la transición en el modelo contable, por lo cual vivirán un segundo semestre cargado de adrenalina, proceso en el cual necesitarán de la ayuda de profesionales acreditados para este nuevo lenguaje contable.
Es justamente este retraso experimentado en muchas compañías lo que hace temer a las auditoras más grandes que muchos de sus profesionales estén en la mira, y se eche a andar la grúa en búsqueda de talento capacitado que les permita sacar adelante la conversión de IFRS y cumplir con los plazos establecidos.
Pagan hasta 200% más
Los próximos meses, al interior de las auditoras, serán decisivos. Pese a que no se espera que la fuga de talentos –o al menos las propuestas de levantamientos- sea masiva, igualmente ya está contemplado dentro de las estrategias de las auditoras retener a aquellos funcionarios clave.
Estos planes parten desde la desventaja salarial, ya que, según comenta el socio director de Auditoría de Deloitte, Ricardo Briggs, un profesional que es tentado por las empresas para trasladarse a liderar el cambio a IFRS en los departamentos de contabilidad de las empresas recibe entre un 50% y un 200% más que su actual sueldo.
“El fenómeno de la grúa es menor todavía, pero anticipamos que será mayor y más complejo. Pero en nuestro plan de negocios ya está indexado el retener talentos, ya que para nosotros es un tema y es crítico, porque la gente mejor desarrollada será objeto de levantamientos”, dice Briggs.
Agrega que en Deloitte tienen contemplada una estrategia basada en los mejores horizontes que puede tener un ejecutivo dentro de la organización, que hasta incluso puede llegar a ser socio.
En una senda similar están en Ernst&Young. Según el socio de esta auditora, Pablo Greiber, se pensarán fórmulas de retención que vayan por el lado del desarrollo profesional al interior de la consultora, tal como ya lo tienen anticipado en Deloitte. "La forma de retenerlos es ofreciéndoles carrera, desarrollo, las mejores oportunidades dentro de la firma, dándole trabajos motivantes y desafiantes", comenta Greiber, quien además agrega que esto es posible debido al tamaño que tienen como auditora, una de las más grandes que opera en Chile.
"Lo bueno es que una empresa grande como nosotros si puede ofrecerles eso para que opten por seguir un desarrollo profesional aquí, a pesar de las ofertas del mercado", ejemplifica el socio de E&Y.
En otra de las grandes, Price Waterhouse Coopers (PWC), reconocen que el fenómeno puede darse, pero no en tal magnitud. “Yo no descarto que después que pase esta primera ola de 134 compañías, algunas pretendan buscar dentro de las consultoras, lo cual podría catalogarse como normal”, afirma el socio de Price, Sergio Tubío.
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Sobre demanda
Según el socio principal de KPMG, Cristián Bastián, que una compañía levante un talento desde las auditoras no soluciona el problema de dilación que puedan manifestar a la fecha. De hecho, la principal amenaza en la aplicación de IFRS, según Bastián, es el retraso que están experimentando algunas compañías en la adopción de estos cambios, lo cual podría derivar en que la industria de las auditoras, llegado el momento en que todas apuren motores para estar al día, no sea capaz de responder a las necesidades de las empresas rezagadas.Esto es reafirmado tanto en Deloitte como en PWC. Según Tubío, si a último minuto las empresas buscan ayuda, lo más seguro es que tengan dificultades porque el tiempo se les está agotando. "Creo que esto se irá agravando de aquí a fin de año”, dice el socio de PWC, mientras que Briggs (Deloitte) agrega que ante una sobre demanda de servicios de adopción de IFRS, las auditoras podrían subir sus tarifas hasta que puedan realmente cubrir las peticiones de sus clientes, lo cual obligaría a las empresas a aceptar las nuevas condiciones o buscar en el exterior asesorías. “Las empresas tienen que responder igual, ya sea capacitando, moviendo la grúa más rápido, o buscando "asesorías internacionales, claramente a costos internacionales”, enfatiza Briggs.