En América Latina la economía
está creciendo, la pobreza ha disminuido y los gobiernos van siendo
más estables, afirmó hoy en Santiago el secretario general de la
OEA, José Miguel Insulza, a cuyo juicio "hay espacio para el
optimismo".
"En el último tiempo hemos tenido buenas noticias en la región,
estamos creciendo y por eso pasan cosas buenas, como que la pobreza
ha descendido desde un 42% en 2002 al 35% en 2007", subrayó Insulza,
al exponer en la sede chilena de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (Flacso) tras reunirse en la mañana con la presidenta Michelle Bachelet en La Moneda.
"Hay motivos para sentirse optimistas cuando la indigencia ha
caído más rápido que la pobreza", indicó el también ex ministro
del Interior y Relaciones Exteriores, que añadió que "hay
que festejar el desarrollo de la democracia en América Latina".
Agregó que esos buenos resultados no significan que los países de
la región no tengan problemas que enfrentar.
"Pasamos en pocas décadas de un período de dictaduras y de gobiernos muy inestables a un período de democracia, con gobiernos
inestables que eran depuestos de manera habitual", subrayó.
Recordó que en los últimos años, once presidentes en la región no
terminaron sus mandatos y tres de los sucesores tampoco lo lograron.
"Eso también ha cambiado en América Latina, lo que no significa
que no tengamos enormes problemas. Vienen tiempos más malos para la
economía global y, por lo tanto, cómo asegurar el crecimiento
económico es un primer problema", indicó.
"Estamos mejor preparados que antes, pero se vienen tiempos más
complicados", remarcó y agregó que el crecimiento de la región, en
la mayoría de los casos ha sido arrastrado por un aumento de las
exportaciones y la mejoría de sus precios.
"Eso va a pasar menos en los próximos años y, por lo tanto, vamos
a tener un problema de crecimiento", advirtió el secretario general
de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Destacó que hay países que tienen dificultades para tener un
crecimiento sostenido por el alza de los recursos energéticos,
especialmente del petróleo, y advirtió sobre el impacto que tendrá
el aumento de los precios de alimentos como maíz, trigo, arroz y
aceite.
"Es una preocupación para todos, sobre todo en relación con el
gasto público y los índices de pobreza que pueden aumentar", dijo.
Explicó que la carestía de los alimentos va a obligar a los
Estados a desviar recursos para subsidiar alimentos a los sectores
más pobres de la población y que "los malos pronósticos señalan que
hasta 10 millones de personas podrían caer nuevamente en la línea de
pobreza o indigencia ".
Sin embargo, también llamó a mirar "el lado optimista", ya que
América Latina es la región del mundo que importa menos alimentos
(26,7%), y agregó que en la región están algunos de los grandes
productores de granos y tiene mucha tierra y capacidad para producir
alimentos.
Otro problema, según Insulza, es la mala distribución del ingreso
en relación al nivel del desarrollo económico de la región, que es
promedio a nivel mundial.
"No hay razón que con ese nivel de desarrollo tengamos la
cantidad de pobres que tenemos, es inaceptable. Ese sigue siendo el
talón de Aquiles de América Latina", recalcó y añadió que en el
continente la pobreza está vinculada a la discriminación y tiene
"color y género"
También se refirió a la violencia y el crimen que campea en
algunos países, donde "las tasas de muerte violenta son tan altas
como en países en guerra".
"En conjunto, la tasa de homicidios en América Latina es el doble
del promedio mundial y el 70% de los secuestros que se cometen a
nivel mundial se perpetran en la región", puntualizó.
Una de las principales causas de esta situación es el
narcotráfico, "que tiene que ver con el lavado de dinero y con el
crimen organizado", entre otros males, añadió.
"Este es un problema grave en la región que hay que atender con
políticas de Estado", subrayó y añadió que pese a todo "soy de los
que piensan que Latinoamérica está en marcha".