En una jugada de última hora, el gobierno debió postergar el ingreso de indicaciones al proyecto de reforma laboral, al menos hasta el próximo martes. La razón estaría en el fuerte choque de posturas que mantendría dividida a la Nueva Mayoría (en particular desde la Democracia Cristiana) en puntos como pymes y extensión de beneficios, a lo que se sumaría la fuerte presión que estaría ejerciendo la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Sin embargo, para el oficialismo los motivos estarían en profundizar el debate que se ha entorpecido en los últimos días por la discusión del Presupuesto.
De los 30 ajustes del gobierno, 11 corresponderían a un régimen especial para pymes en que el quórum para la constitución de sindicatos no se subiría a 15 como lo solicitaba el sector privado. Más bien, aunque aún no está escrito, la idea que está generando consenso entre parlamentarios y gobierno es fijar ciertos límites dependiendo el tamaño de la empresa, pero siempre con la garantía que exista el 50% de representación. Hoy, en la sesión habitual de la comisión de Trabajo del Senado, se trabajará principalmente en adaptabilidad y servicios mínimos, dejando para la próxima semana la discusión de los “temas gruesos” como prácticas desleales, huelga y violencia en la huelga. Precisamente, este último punto es el que también genera las mayores suspicacias entre los parlamentarios aunque el reemplazo interno y externo está descartado entre los nuevos perfeccionamientos a introducir. El senador UDI Hernán Larraín enfatizó que, a pesar que ellos no son los que están presionando para acelerar el proyecto, “se demora y tranca porque al interior de la NM tienen opiniones distintas y no se ponen de acuerdo”.J