El gobierno sostuvo reiteradamente que la búsqueda de un acuerdo político en materia de reforma laboral -al interior del bloque oficialista- sería “lo más amplia posible”. No sólo dialogaría con los senadores díscolos de la DC y la contraparte, representada por la comisión de Trabajo del Senado, sino que también con los diputados. Sin embargo, esto nunca sucedió. La Cámara se mantuvo excluida de las negociaciones.
La intención del Ejecutivo -que quedó sólo en eso- perseguía un objetivo: asegurar el respaldo mayoritario al proyecto en el Senado, pero también en la Cámara. Una lectura indicaba que satisfacer al sector conservador de la DC podía provocar molestia en la Cámara Baja. ¿El motivo? Los primeros querían reponer la indicación de “adecuaciones necesarias” en la huelga; los segundos no. Los hermanos Ignacio y Patricio Walker, Andrés Zaldívar, Jorge Pizarro y Manuel Antonio Matta querían negociación colectiva interempresa voluntaria; los diputados que se mantuviera como obligatoria. Las posiciones eran claras y antagonistas.
Esta lectura se materializó. Las modificaciones propuestas el miércoles por el gobierno no tuvieron buena acogida en la Cámara de Diputados. El más crítico fue el diputado socialista Osvaldo Andrade. “La indicación de huelga permite ampliamente el reemplazo interno; la de subcontratación es completamente innecesaria y excesiva; y la indicación sobre negociación interempresa es confusa, ambigua y no establece si es voluntaria u obligatoria”, expresó el muy posible futuro presidente de la Cámara, quien incluso llamó a los senadores de su partido a rechazar las indicaciones del Ejecutivo.
En la misma línea, se manifestó el presidente de la comisión de Trabajo, el diputado comunista Lautaro Carmona, quien advirtió: “Si la indicación de adecuaciones necesarias debilita la huelga, vamos a votar en contra”. El parlamentario aseguró que “no puede haber artimañas o presentaciones semánticas que impidan la huelga real y efectiva”.
En la Democracia Cristiana comparten los cuestionamientos. “La bancada de diputados DC estaba satisfecha con lo que se había aprobado en la Cámara y nos preocupan modificaciones que puedan debilitar derechos colectivos de los trabajadores”, expresó Patricio Vallespín.
El diputado sostuvo que “por el bien de los trabajadores” el mejor camino es trasladar el debate laboral a una comisión mixta, donde el gobierno deberá, a su juicio, presentar nuevamente indicaciones. Esta instancia ya parece inevitable.
Críticas al gobierno
En la Cámara molestó el esfuerzo realizado por el gobierno para intentar convencer a un grupo de senadores DC, lo que se logró parcialmente.
Según Carmona, “se consintió demasiado” a Zaldívar, Walker y compañía. Vallespín complementó: “El gobierno se equivocó”.
Sin embargo, para el gobierno el escenario es distinto. Según el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, la reforma laboral avanzó varios pasos hacia su aprobación, luego de la presentación de nuevas indicaciones. “Tenemos prácticamente un acuerdo cerrado, con algunos detalles que se trabajarán en comisión, pero hemos tenido un gran avance”, sostuvo el secretario de Estado.
La ministra del Trabajo, Ximena Rincón, dijo en la misma línea: “Hemos escuchado a todos los sectores y las indicaciones nos tienen satisfechos como gobierno”.
Modificaciones aseguran respaldo en la DC pero no convencen a la NM
El efecto indeseado que el gobierno logró al convencer al sector más moderado de la DC fue generar dudas en senadores que habían manifestado su total respaldo a la reforma laboral.
El caso más concreto está en la comisión de Trabajo del Senado, donde una de sus integrantes reconoció que las indicaciones elaboradas por el Ejecutivo "no la convencen".
Algo similar ocurre con el senador socialista Carlos Montes, quien manifestó que el artículo propuesto para la huelga -con las polémicas adecuaciones necesarias- "genera ciertas ambigüedades, aunque no es un reemplazo". Además, la "indicación de negociación interempresa es bastante confuso".
"Hay retrocesos en algunos aspectos", concluyó Montes, quien advirtió que no existe un acuerdo en la bancada de senadores PS para respaldar transversalmente el proyecto y adelantó que los artículos se revisarán "uno por uno".
Mejor ánimo en la DC
El senador Ignacio Walker, quien el miércoles abandonó no muy satisfecho la reunión que tuvo con el gobierno en el Congreso, suavizó su postura. Si bien el Ejecutivo no innovó en extensión de beneficios y mantuvo la negociación interempresa como obligatoria, sí modificó el artículo de huelga. "La indicación que repone el concepto de adecuaciones necesarias establece claramente que eso no es una práctica desleal. Tenemos que reconocer que hay un avance", expresó Walker.
El legislador puntualizó, eso sí, que habría preferido "un acuerdo en torno a la negociación colectiva interempresa, porque habría sido un acuerdo global, completo. Ello no fue posible, pero en todas las otras materias hemos logrado avances muy importantes".
Como no hubo un acuerdo global, los senadores DC votarán cada artículo de la reforma laboral "en su propio mérito". En definitiva, los votos no serán en contra, sino que abstenciones, para no bloquear el avance del proyecto.
El presidente de la colectividad, Jorge Pizarro, aseguró que "la Democracia Cristiana va a apoyar las indicaciones del gobierno. Vamos a permitir que se apruebe la reforma laboral".
Sobre negociación interempresa -punto que impidió un total consenso-, "varios de nosotros vamos a votar a favor, porque es el acuerdo que tiene el partido", agregó Pizarro.
Los senadores DC se podrían reunir este fin de semana para definir posturas en la votación. La comisión de Trabajo del Senado retomará, el próximo lunes, la tramitación del proyecto.
Sin embargo, en la Cámara y el Senado (ver nota aparte) no existe la misma sensación. No, al menos, en todos los actores.
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