Las expectativas empresariales cayeron al nivel más bajo en los últimos cinco años desde que la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) realiza esta medición. Así de categórico fue el resultado del Índice de Expectativas Empresariales (IEE) de abril de 2008, cuando alcanzó 58 puntos, ocho menos que lo registrado en la última medición realizada en diciembre de 2007 y 10 bajo el promedio histórico.
De acuerdo a la CCS, la fuerte caída respondería al complejo escenario de la economía internacional, el alza en los costos energéticos, la caída del tipo de cambio, la mayor inflación que afecta a los mercados y ciertas inconsistencias que se observan en la escena pública.
Tal disminución fue percibida en todos los segmentos empresariales (pequeñas, medianas y grandes empresas) y en todos los sectores de actividad. Sin embargo, el sentimiento de negocios aún permanece en el rango de optimismo moderado. Es decir, por sobre los 50 puntos, aunque se aproxima al límite inferior de esa zona. Tal deterioro no sólo responde a una desmejorada visión del entorno económico global, sino también a condiciones individuales menos favorables para inversión y empleo de las mismas empresas, explicó la CCS.
Proyecciones futuras
Respecto a las expectativas de actividad futura para las empresas, se aprecia un empeoramiento de las ventas, del empleo y de la inversión, observándose algunos indicios de que ello podría tender a mantenerse en los próximos trimestres.
Mientras la esperanza de crecimiento en las inversiones para los próximos 12 meses muestra una caída desde 8,3% (diciembre de 2007) a 7,2%, la capacidad instalada en las empresas arroja importantes grados de holguras que descomprimen las presiones por nuevas inversiones futuras.
De este modo, la investigación arroja que sólo un 77% de la capacidad disponible total de las empresas está en utilización, porcentaje inferior a los estándares que rigen en la materia, que son de aproximadamente 85%.
En el empleo, se aprecia una desaceleración en las intenciones de contratación de mano de obra que registró una baja desde 3,8% a 3,4% y, en materia de ventas esperadas para los próximos 12 meses, también se observa un retroceso que va desde 12,9% a un 11,8%. El indicador sostiene, además, que existen factores objetivos que están afectando el sentimiento de negocios, no sólo relacionados con un menor ritmo de crecimiento.