Según PricewaterhouseCoopers (PwC), China ganará estas olimpiadas,
las suyas, si se mide por el número de medallas obtenidas. La
afirmación no es al voleo; la respalda un modelo matemático, que le ha
permitido proyectar el rendimiento olímplico desde 1988, cuando se
realizaron los juegos de Seúl.
Hoy, a una semana del inicio de los Juegos Olímpicos, los más caros de
la historia, entrega nuevamente sus proyecciones. En ellas, no sólo el
esfuerzo explica el rendimiento. También la población, su nivel de
ingreso, si el país formó parte de la ex Unión Soviética o el bloque
comunista, si es el anfitrión y obviamente, la historia, el número de
medallas obtenidas en el pasado.
De hecho, este último es el factor más importante dentro de las
variables del modelo. Este tiene un poder explicativo de casi un 90%,
pero si se excluyera el factor historia, bajaría a 50%.
¿Qué muestra este “oráculo” desarrollado por PricewaterhouseCoopers?En
primer lugar, que al podio olímpico se subirán China, Estados Unidos y
Rusia, en ese orden.
El anfitrión obtendrá 88 medallas, apenas una más que Estados Unidos,
pero 25 más que las que ganó en Atenas 2004. Por el contrario, las 87
medallas que se pronostican para Estados Unidos, implican para ese país
una caída de 16 medallas en relación a su rendimiento en Grecia. Rusia
también presentará una caída, de 92 a 79 preseas.
Más atrás, figurarán otros destacados olímpicos, como Alemania,
Australia, Japón y Francia. Todos, eso sí, podrían tener retrocesos en
esta olimpiadas, según el modelo de PwC.
El tamaño importa
“David puede vencer a Goliat en la arena olímpica”, reconoce la consultora, aunque el margen para la hazaña es estrecho.
En el caso de la población e ingresos, el número de medallas aumenta
en la medida que éstos lo hacen, pero no en una relación proporcional.
Si la población o los ingresos se duplica, no se duplicará el número de
medallas, ni viceversa.
En todo caso, de acuerdo al estudio de PwC, liderado por John
Hawksworth, más que el ingreso per capita, importa el producto total
del país.
De hecho, los 30 países que lideraron el medallero olímpico en Atenas
representan el 84% del PIB mundial y se llevaron el 83,6% de las
preseas. En Beijing, se espera que estas naciones ganen el 82% de las
medallas en juego.
El modelo de PwC se hace cargo de varios fenómenos que de alguna manera
alteran la relación anterior: en primer lugar, existe una evidencia
estadística que los países del antiguo bloque soviético tienen
rendimientos superiores a su peso económico.
Por otro lado, muchos atletas de países más chicos o pobres, han podido
entrenarse en naciones ricas, lo que explicaría, por ejemplo, el éxito
de los velocistas caribeños.
También influye la especialización. Mientras los países grandes como
Estados Unidos, pueden dispersarse entre una amplia gama de deportes,
los más pequeños pueden concentrarse en las disciplinas en que tienen
ventajas comparativas. Es el caso de Kenia y Etiopía, y las carreras de
larga distancia.
Por último, y aunque PwC reconoce que es difícil de probar, existe la
percepción popular que los atletas de los países más pobres pueden
tener “hambre de éxito”.
La disciplina perdura
En los países de la ex Unión Soviética o del bloque comunista, donde el
deporte tuvo una gran relevancia como factor de propaganda política,
persiste la disciplina y los buenos resultados, a pesar de que han
pasado casi 20 años desde la caída del muro de Berlín.
Esto demuestra, dice PwC, que la planificación estatal y la
intervención puede producir resultados perecederos. Esta impronta,
agrega el informe, podría desvanecerse gradualmente si esos países
bajan su inversión deportiva y se jubilan los atletas formados bajo el
antiguo modelo. Sin embargo, recalca, se formó una tradición deportiva
duradera.
El factor local
China puede tener una ventaja en su calidad de anfitrión. Como explica
PwC, normalmente el organizador tiene un desempeño superior a su peso
deportivo anterior. Sin embargo, este efecto se nota más en los países
grandes. Por ejemplo, en Sydney, Australia obtuvo 58 medallas y cuatro
años después, en Atenas, bajó a 49, es decir, un 18%. Grecia aumentó de
13 a 16 sus medallas entre 2000 y 2004, lo que a simple vista no parece
significativo, pero en términos porcentuales implicó casi un 20% de
crecimiento.
De acuerdo al modelo de PwC, esta variable, más el apoyo estatal, le
permitirá a China desafiar la supremacía de Estados Unidos e incluso
ganar.
Por último, la variable que más incide en el modelo predictivo es el
desempeño histórico, las medallas del pasado, lo que puede verse como
el reflejo de que las ventajas comparativas en el deporte tienden a
persistir.
Algunos "distractores"
En todo caso, advierte PwC,este modelo no puede explicar todas las
variables que inciden en el medallero olímpico. Este puede “alterarse”
por actuaciones individuales sobresalientes, así como por factores
tales como:
El peso relativo del Estado y de las empresas en el financiamiento de
atletas olímpicos. Por ejemplo, el patrocinio privado podría explicar
por qué Estados Unidos obtuvo más medallas en Atenas que las que señaló
el modelo predictivo.
Asimismo, la eficacia de este financiamiento es mayor cuando se
concentra en una gama acotada de deportes que cuando se dispersa.
Por último, la importancia de los deportes olímpicos en cada país es
relevante. Por ejemplo, India a pesar de tener más de 1.000 millones de
habitantes, apenas obtuvo una medalla en Sydney y otra en Atenas, lo
que se explicaría por su afición al cricket. Sin embargo, para Beijing
2008, el modelo arroja seis medallas para este país.