Chile junto a Uruguay son los países menos corruptos de América
Latina, según el informe de la organización no gubernamental (ONG)
Transparencia Internacional sobre la percepción de la corrupción. En el
continente, sólo son superados por Canadá y Estados Unidos.
Ambas naciones se ubicaron en el puesto número 23 del ranking
mundial que lideran Dinamarca, Nueva Zelanda y Suecia.
Aunque destacó los esfuerzos hechos por Chile, Juanita
Riaño, responsable de investigación de TI, destacó un "estancamiento"
en la batalla contra la corrupción en América, como refleja el hecho de que
"de los 32 países que recoge el índice, 22 estén por debajo de cinco
puntos" (en una escala del uno al diez, donde diez sería el menos
corrupto), apuntó.
Riaño cifró los problemas en "el sistema judicial, los
servicios públicos y la captura del estado por parte del sector privado".
La presidenta de Transparencia Internacional, Huguette
Labelle, considera que en países con una riqueza de materias primas como Chile,
su población tarda en percibir "si un gobierno emprende medidas serias
contra la corrupción o no", ya que esperan a ver si esos recursos
enriquecen o no a sus habitantes.
OCDE
El informe dio cuenta de un aumento en la percepción de la
corrupción en algunos países de la OCDE, como Francia, Noruega y Gran Bretaña.
El índice que se encarga de diagnosticar la percepción de la corrupción en el
sector público (IPC) de 180 países coloca a Dinamarca, Nueva Zelanda y Suecia
entre los "más limpios", mientras que Haití, Myanmar, Irak y Somalia
portan el farolillo rojo, como lugares "donde más gente es víctima de la
corrupción", destacó Labelle, en la presentación del informe a la prensa.
Destaca también un retroceso significativo en Noruega y Reino Unido, pero
también Francia, Finlandia, Italia y Portugal han salido peor parados con
respecto a 2008, mientras que España y Alemania mejoran ligeramente, algo
"que se debe sobre todo al hecho de que los países vecinos hacen peor sus
deberes", apuntó Labelle.
"En los países más pobres del mundo, la corrupción puede determinar la
diferencia entre la vida y la muerte", explicó la canadiense, ya que
"el dinero sale del sistema en vez de invertirse en hospitales o agua
potable".
Destacó datos de la
Unión Africana, según la cual la corrupción le cuesta al
continente negro un monto similar al Producto Interior Bruto (PIB) de Kenia,
Tanzania y Camerún.
Y mientras en los países más pobres, la corrupción desenfrenada pone en peligro
la lucha mundial contra la pobreza, y "amenaza con frustrar los Objetivos
de Desarrollo del Milenio (ODM)", con costes de más de 35.000 millones de
euros, en los países más privilegiados, se refleja en "prácticas
mercenarias del sector privado y falta de confianza en los gobiernos y
economía", prosiguió Labelle.