A cuatro meses de iniciado el gobierno de Michelle Bachelet, con la promesa de realizar reformas profundas y transformadoras, la última encuesta de Plaza Pública-Cadem (N°25) evidencia un aumento constante del rechazo a las reformas tributaria y educacional. Mientras un 40% no está de acuerdo y un 34% aprueba la primera; sólo un 44% -4% menos que en junio- está a favor de la segunda y un 38% sigue respaldándola.
Contrario a los esfuerzos que ha desplegado el Ejecutivo para difundir la idea de que sólo los más ricos pagarán el alza tributaria, el sondeo demuestra el fracaso del discurso, ya que sigue en aumento el porcentaje de quienes piensan que el impacto de la reforma golpeará principalmente a la clase media, llegando a un 69%. Esta cifra es casi tres veces más que los que creen que no será así (25%).
En esta lógica, va en constante aumento quienes estiman que la reforma tributaria será financiada por los consumidores (60%), ya que subirián los precios de bienes y servicios; frente a un 27% que cree que serán las empresas y consumidores los que deberán costearla. Y sólo un 8% piensa que serán las empresas.
Estas cifras, que en marzo eran difícilmente predecibles, son las que han marcado también la mala evaluación que la opinión pública tiene de la gestión del titular de Hacienda, Alberto Arenas. Según este estudio, el jefe de la billetera fiscal alcanzó una desaprobación de un 42% y sólo un 28% aprueba su labor.
Esto se explicaría, porque dentro del propio oficialismo el apoyo a la reforma ha bajado de un 84% en abril a un escaso 57%. Por otra parte, quienes se autodefinen como independientes están mucho más cercanos a la Alianza en su percepción de la reforma tributaria y sus eventuales efectos. Al punto que en la encuesta, sólo el 24% de los independientes está de acuerdo con la iniciativa y el 22% de la oposición; mientras que en abril lo estaba el 42% de los independientes y el 35% de la Alianza.
Reforma educacional
Coherente con la resistencia que encontró en el inicio de la tramitación, los beneficios que traería la reforma educacional tampoco han calado en la opinión pública, a diferencia del discurso en contrario que ha instalado la Alianza e incluso parte del oficialismo. El sondeo da cuenta de la baja sostenida que ha experimentado el respaldo, desde abril (60%) hasta ahora, donde llegó a un 44%.
De hecho, la ciudadanía prioriza aspectos que coinciden más con los planteados por los detractores del proyecto, como mejorar la calidad de los profesores (27%) y aumentar el financiamiento de la educación pública (24%). El sondeo también muestra una clara preferencia por destinar los recursos a la educación municipal (68%) en desmedro de la iniciativa que impulsa el gobierno y que apunta a terminar con el lucro, selección y el copago.
Esta brecha entre los autores de la reforma y la opinión pública también se refleja en la mala evaluación del titular de Educación, Nicolás Eyzaguirre, quien alcanza sólo un 34% de aprobación, con un rechazo del 44%.
Conflictos sociales
También resulta llamativo en el sondeo de julio que el 64% de los consultados estima que el nivel de conflicto social que hay en Chile es “muy alto/alto” y sólo el 25% cree lo contrario. Lo que daría cuenta de que las demandas de los distintos sectores son percibidas por la opinión pública como enfrentamiento social, a partir de las manifestaciones, marchas y diferentes formas de expresar sus peticiones.