Por Claudia Rivas Arenas
Estas últimas semanas las relaciones entre Renovación Nacional y la UDI se han vuelto a deteriorar, debido al interés del gremialismo por incluir al movimiento Amplitud en la coalición opositora y, por añadidura, en los pactos electorales que ello implicaría. De ahí que pese a que la Democracia Cristiana -que también tiene problemas al interior del oficialismo-, reconoce que su domicilio político está en la Nueva Mayoría, desde la tienda de Cristián Monckeberg insistan en generar lazos que pudiera llevarlos a un acuerdo político mayor, tal como en su momento Carlos Larraín logró que ambos partidos consensuarán una propuesta de cambio al sistema binominal al que aún apelan en la casona de Antonio Varas.
En este contexto es que la vicepresidenta de RN, Paulina Núñez, en una iniciativa visada por el timonel del partido, decidiera asociarse con el falangismo en un tema que venía trabajando desde hace un mes y que busca modificar el reglamento de la Cámara de Diputados en materia de interpelación e incluir lo que han denominado “interpelación ciudadana” y modificar la Constitución para hacer extensiva la aplicación de este instrumento de fiscalización política a “intendentes, gobernadores y autoridades que ejerzan el gobierno en los territorios especiales a que alude el artículo 126 bis de la Constitución”. La iniciativa iba a ser presentada ayer, pero se postergó para hoy porque la contingencia hizo imposible realizar el trámite.
La manzana de la discordia
Para concretar su idea, Núñez llegó el miércoles 20 hasta la oficina de la Presidencia de la Cámara y allí le planteó al presidente de la Corporación, el DC Aldo Cornejo, su inquietud acerca de que es necesario modificar tanto el reglamento como la Constitución para que la aplicación de la interpelación resulte útil como mecanismo fiscalizador sea el conglomerado que sea que esté en la oposición. La importancia que le da Núñez a que Cornejo sea uno de los patrocinadores de la iniciativa no es sólo su militancia falangista –según explicó-, sino también su carácter de presidente de la Cámara.
Este acuerdo fue suscrito también de manera oficial por los jefes de las bancadas de la DC y RN, Matías Walker y Nicolás Monckeberg, respectivamente; el diputado José Manuel Edwards y el timonel de Renovación, Cristián Monckeberg.
El acuerdo se da sólo días después de que la UDI y RN comenzaran nuevamente a mostrar públicamente sus diferencias a raíz del debate de si considerar o no a Amplitud como parte de la coalición opositora. En el gremialismo sostienen que la unidad dentro del pacto es imprescindible si quieren volver a La Moneda en el próximo período, diagnóstico que comparten en la casona de Antonio Varas aunque se niegan a converger con sus ex compañeros de partido, porque –según argumentan- existen diferencias de fondo, aludiendo al acuerdo al que llegó el movimiento con el gobierno por el proyecto que modifica el sistema binominal, algo que RN no le perdona a Amplitud.
Política de acuerdos
Es en ese escenario que resurge el interés de Renovación por generar espacios políticos comunes con la DC, donde están conscientes de los galanteos de RN y se dejan querer. De hecho, Paulina Núñez no tiene reparos en admitir el interés de su partido en alimentar esta relación y poner este acuerdo en materia de interpelación como parte de ese proceso. La diputada, quien se comenta en el partido cuenta con “toda la confianza” del timonel y es percibida como “la avanzada política” de Monckeberg, reconoce que en su colectividad están “en un proceso por retomar la política de los acuerdos entre la DC y RN -que comenzó con la propuesta de cambio al binominal- en aquellas materias que efectivamente hay acuerdo, por ejemplo esta reforma constitucional. Pero también para modificar la Constitución en lo que creo que vamos a tener más convergencia con la DC, que la DC con el Partido Comunista; y, por qué no decirlo, nosotros RN con la UDI”, sentenció.