Con las indicaciones anunciadas por el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, el proyecto de reforma tributaria continuará esta semana su tramitación en la comisión del ramo en el Senado, pero no existe claridad que todos los involucrados respeten el protocolo de acuerdo. Ello, porque un grupo de diputados de Renovación Nacional (RN) insiste en que los cambios que se le han introducido no mejoran sustancialmente la iniciativa y están dispuestos a rechazarla en la Cámara si eso no cambia, lo que le estaría provocando un serio problema político al presidente de la colectividad, Cristián Monckeberg.
Este lunes, a la hora de almuerzo, el senador José García Ruminot y el diputado Alejandro Santana, llegaron hasta la sede de RN para exponer los avances significativos que a su juicio tuvo la reforma durante la elaboración de las indicaciones. Tanto es así, que los senadores de la bancada acordaron por unanimidad, en su reunión de los lunes en dependencias en Santiago, aprobar la iniciativa.
Pero están conscientes de que los diputados podrían dejar mal parado a RN. Y en el partido no faltan los que responsabilizan de esta rebelión al ex presidente Sebastián Piñera, quien desde un comienzo se mostró contrario a la aprobación de la reforma, algo que varios senadores admiten de primera fuente. Incluso en la casona de Antonio Varas ya se bautizó como “Piñera boys” a quienes se han puesto en la línea del ex mandatario y existe temor de que esto se repita en otras votaciones.
En el propio partido reconocen que está en juego el liderazgo de su timonel, Cristián Monckeberg, y que ésta podría ser su primera prueba de fuego. Sobre todo porque, aun cuando es mucho menos alarmista en este sentido, para el senador García el problema es que si no votan ambas bancadas como se comprometió, el partido va a quedar “como que no es de fiar y que no se puede llegar a acuerdos con nosotros”. Por lo mismo, tiene la convicción de que RN “debe aprender a tomar decisiones colegiadas y respetarlas”.
En este sentido, el diputado José Manuel Edwards envió una carta a la dirección del partido explicando las razones por las que estima no se debe aprobar el proyecto, pidiendo libertad de acción. Y aunque reconoce que el hacerse parte de un mal proyecto “destruye un poco el legado político de Piñera”, sentencia que esa “no es la razón fundamental” de su rechazo, sino el hecho de que sigue afectando a sectores de la sociedad y no tiene medidas pro crecimiento y pro empleo.
Santana, en tanto, entrega un argumento similar y añade que se le deben introducir un aserie de mejoras que aún no se han considerado, porque al aprobarlo “nos estamos haciendo cómplices del éxito o fracaso de la reforma”.
Otra crítica que se ha hecho es que sea justamente el jefe de la bancada de diputados, Nicolás Monckeberg, uno de los que esté en contra de aprobar la iniciativa.
Al cierre de esta edición, el jefe de los senadores, Alberto Espina, solicitaba ante la comisión política -en nombre de sus representados- que se respaldara la decisión de respetar el acuerdo, dado que de rechazarlo el gobierno optaría por el original, que estiman es muy malo para el país.