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Max Colodro: “El gobierno tiene el imperativo de reconstruir confianzas y eso no será posible sin un cambio en los equipos”

El también sociólogo cree que “si no se logran reponer las expectativas, puede hacerse necesario sacar, incluso, al ministro de Hacienda”.

Por: A. Chávez y B. Arthur
 | Publicado: Viernes 29 de agosto de 2014 a las 05:00 hrs.
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Max Colodro es un reconocido analista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibañez (UAI), columnista y un destacado “tuitero”, que tiene más de 30 mil seguidores. En entrevista con DF comparte el crítico diagnóstico que tiene de la forma en que la actual administración está gestionando el gobierno.

-Hay ruido de cambio de gabinete ¿le parece necesario u oportuno?

-Creo que el cambio de gabinete se está haciendo aceleradamente necesario, pero sobre todo inevitable desde el punto de vista político. El gobierno tiene hoy el imperativo de reconstruir confianzas, generar credibilidad respecto de las cosas que está haciendo, de sus proyectos, de su gestión y eso a estas alturas no va a ser posible sin un cambio en los equipos.

-Cuando habla de recuperar las confianzas ¿apunta al ministro de Hacienda?

-Los problemas que tiene hoy el gobierno son políticos, son de definición y voluntad política, en eso coincido con el ex presidente Lagos. Hay un problema político de gestión, hay confusión en los proyectos, poca claridad respecto de cómo se quieren hacer las cosas. Lo que pasó con la reforma tributaria, que no se trabajó con la suficiente prolijidad y el gobierno se jugó por imponerla sin haber evaluado las consecuencias, el efecto en los agentes económicos, claramente hizo que la confianza en el ministro Arenas quedara deteriorada.

-¿Eso significa que se debería reemplazarlo?

-Creo va a ser muy difícil recomponer la confianza del sector privado en el actual ministro de Hacienda. Por lo tanto, eventualmente, si la situación económica sigue deteriorándose, si las confianzas no se recuperan y no se logran reponer las expectativas, puede hacerse necesario sacar, incluso, al ministro de Hacienda.

-¿Y qué responsabilidad le atribuye al equipo político?

-Las consecuencias que tuvo el proyecto tributario tienen que ver con efectos políticos, que no fueron evaluados por el comité político, que debió haber previsto que la manera como se insistió en la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados iba a generar efectos políticos muy complejos para el gobierno y para el rumbo de la economía. Por lo tanto, hay responsabilidades políticas cuando no hay capacidad en La Moneda para anticiparse a los escenarios que pueden abrir las decisiones y eso quiere decir que el comité político no está funcionando bien.

-Es todo el equipo responsable, ya se habla que algunos ministros están más débiles que otros...

-Creo que las principales debilidades del comité político hoy están en la relación con el Congreso, en la capacidad de articular los consensos mínimos que se requieren para la aprobación de los proyectos, incluso dentro de la propia Nueva Mayoría. Una de las razones por las cuales la reforma tributaria original se cayó es porque la Democracia Cristiana notificó que no iba a aprobar en el Senado lo que había salido de la Cámara de Diputados y eso de alguna manera lo que está mostrando es que la relación de La Moneda y el Congreso no funcionó adecuadamente para anticipar un problema político en la aprobación de esta reforma y eso es responsabilidad de la ministra Ximena Rincón.

-¿Y en qué pie queda el ministro Peñailillo, que es el brazo derecho de la mandataria y el jefe de ese equipo?

-Creo que el ministro Peñailillo no tiene hoy las condiciones políticas para afrontar una situación de deterioro económico y político como el que se viene en los próximos meses, y eventualmente en los próximos años.

-En este cuadro ¿es necesaria la vuelta de la vieja guardia de la ex Concertación, personeros probados en materia de gestión política?

-La Presidenta va a tener que encontrar un buen equipo político con peso, con autoridad, credibilidad y confianza. Si no lo encuentra en la nueva generación va a tener que ir a buscarlo a la antigua.

-¿Eso es un fracaso de su apuesta?

-Creo que el deterioro político que se está viviendo hoy, asociado a la crisis económica que se generó producto de la incertidumbre por el programa de gobierno, es un gran fracaso político. Aquí el fracaso político del gobierno es haber generado un clima de incertidumbre, un shock en las expectativas como lo han dicho algunos analistas, todo asociado al programa de gobierno y no sólo a la reforma tributaria, sino sumado a una reforma educacional donde tampoco hay claridad respecto del diseño y las prioridades, más los cambios en las reglas del sistema electoral y el proyecto de generar una nueva Constitución, donde no hay todavía ninguna definición básica, todas cosas sumadas han generado un clima que tiene a la inversión completamente paralizada y las expectativas de los agentes económicos por el suelo.

-¿Es finalmente la Presidenta la responsable de este cuadro?

-Sin duda. La Presidenta, en un régimen presidencialista como el chileno, siempre es la primera o la última responsable de las definiciones políticas, del equipo de asesores que arma al inicio de su gobierno, de las prioridades que se fijan, del estilo de conducción política que se le impone a la gestión del gobierno.

-¿Cómo evalúa, que dadas las diferencias que existen en la Nueva Mayoría, apostara su capital político para sacar adelante la reforma educacional?
-Habla bien de la Presidenta que esté dispuesta a apostar y arriesgar su capital político para sacar adelante sus reformas. El problema que hay es que la desconfianza está instalada en el corazón del gobierno, de su gabinete, de las decisiones que se están tomando y de la calidad de los proyectos asociados a las reformas estructurales que el gobierno quiere implementar y por tanto más allá que la Presidenta decida salir a reforzar la conducción y gestión del gobierno en estas áreas, hay un problema político de fondo que a estas alturas no se resuelve sin un cambio de equipo.

-¿Un cambio de equipo solamente o también un cambio de las prioridades, terminar con este espíritu reformista?

-Las prioridades están siendo modificadas inevitablemente producto de los efectos que tuvo la instalación del gobierno y de estos primeros meses en la situación económica. Hoy la reactivación, la necesidad de fomentar la inversión, de aminorar las incertidumbres y de mejorar las expectativas de los consumidores es una prioridad que va más allá que el gobierno la haya buscado o no.

La subsistencia de la NM


-Frente a las diferencias que se han expresado ¿ve la posibilidad de que subsista la Nueva Mayoría en una alianza en que están desde la DC a los comunistas?

-Lo veo poco probable, entre otras cosas porque creo que la modificación del sistema electoral va a desincentivar la permanencia de las actuales alianzas, y va a incentivar la búsqueda de una mayor flexibilidad en los actuales conglomerados. Entonces el cambio al sistema electoral sumado a las diferencias ideológicas programáticas que hay dentro de la Nueva Mayoría, y eventualmente el tener que empezar a administrar una crisis económica compleja, que no se va a resolver en el corto plazo puede terminar por hacer desaparecer a la Nueva Mayoría.

-Y vamos a ver alianzas más pequeñas, por ejemplo la izquierda concentrada en un mismo paraguas, la DC fuera del pacto en una alianza con la derecha…

-La Democracia Cristiana puede eventualmente empezar a buscar una alianza en torno al centro político, con Andrés Velasco, con Amplitud, con un sector y eventualmente con toda Renovación Nacional. Es una alternativa probable para los próximos años, sin duda.

-¿Y en ese escenario cómo ve a Marco Enríquez-Ominami?

-Si se abre una posibilidad de convergencia en el centro, donde se sumen Velasco y la DC, lo más probables es que ME-O entre en la lógica de capitalizar lo que queda más a la izquierda, una Nueva Mayoría sin el centro, es decir una alianza propiamente de izquierda, una Nueva Mayoría sin la DC y que ME-O intente competir por el liderazgo y la conducción de ese proyecto.

-¿Qué cabida percibe para Sebastián Piñera?

-También puede apostar a jugar un rol en esta rearticulación en el centro político. Veo más factible eso a que Piñera vuelva a ser apoyado por la actual Alianza por Chile, con la UDI incluida. Creo que va a ser muy difícil que la UDI pueda volver a apoyar a Sebastián Piñera en un segundo intento, salvo que no haya ninguna otra opción y eventualmente Sebastián Piñera pasando a una segunda vuelta reciba efectivamente los votos de toda la centro derecha.

-¿O sea habrá un escenario de Piñera versus Velasco captando el centro?

-Es bien probable y en ese escenario tiene toda la chance de ganar Andrés Velasco.

Eyzaguirre no es responsable de la crisis de la reforma
-Se está planteando que no se puede lograr un acuerdo por la reforma educacional ¿cómo cree que evolucionará ese proyecto, con las críticas que han surgido?
-La reforma educacional no va a ver la luz si no hay acuerdo. Hoy ni siquiera hay acuerdo en la Nueva Mayoría. Entre la posición que tiene la directiva de la DC y la que tiene Camila Vallejo hay un abismo de distancia. Mientras no se logren poner de acuerdo esos dos mundos, el que representa la calle, el movimiento social, las dirigencias estudiantiles que hoy son parte del mundo político y los sectores que de alguna manera defienden lo que se hizo en educación en los últimos 20 años, que consideran que hay que hacer cambios pero resguardando la libertad de elección y de las personas que han participado en la gestión de colegios, es muy difícil que haya reforma educacional.
-¿Cómo evalúa al ministro Nicolás Eyzaguirre?
-Eyzaguirre ha tratado de hacer lo que se puede ante las indefiniciones de origen que hay respecto de la reforma educacional. Ha tenido muchos desaciertos comunicacionales y ahí está su mayor debilidad, pero no creo que Eyzaguirre sea el gran responsable de la crisis que está viviendo hoy la reforma educacional. La reforma está viviendo un momento complejo porque no hay definiciones básicas consensuadas en la Nueva Mayoría y porque las definiciones que el gobierno ha intentado imponer han generado muchas aprensiones en sectores y actores de la comunidad educativa y eso no es responsabilidad de Eyzaguirre.

Piñera y su problema de credibilidad
-¿Cómo ve esta pugna entre Piñera y el gobierno por las responsabilidades de la desaceleración económica?
-Piñera tiene razón en el diagnóstico, las grandes causas de la incertidumbre y de la crisis de expectativas están asociadas a la agenda del gobierno y la manera como se ha ido imponiendo esa agenda. El problema que tiene Piñera es con las formas y con su imagen pública, dado los problemas que arrastró de credibilidad y confianza durante su gobierno las cosas que dice pierden fuerza. Y ahí es donde esta la gran diferencia de lo que dicen Piñera y Ricardo Lagos, que no tiene los problemas de credibilidad y confianza que arrastra Sebastian Piñera desde que fue presidente.
-¿Qué hace, se queda callado y le da espacio para que surjan otros liderazgos en el sector?
-Piñera tenía todo el derecho y legitimidad de salir a decir lo que dijo, pero debió haberlo planificado con su mundo político para tratar de tener respaldo inmediatamente de actores políticos relevantes de su entorno, de los partidos que lo apoyan, en una cuestión más planificada, mejor diseñada y con una forma distinta; más que con una crítica con una cuestión más propositiva, porque él tiene problemas para hacer críticas porque es muy fácil golpearlo. Entonces está obligado, dada su situación y su imagen pública, a hacer mucho mas moderado y propositivo, aunque sean las mismas cosas que plantea hoy Ricardo Lagos de una manera distinta.

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