Esta semana debería aprobarse el proyecto de reforma tributaria en la Sala de la Cámara de Diputados. Con los matices puestos, principalmente por la Democracia Cristiana (DC), la propuesta sería ratificada sin mayores dificultades.
Luego de ello, entrará a su segundo trámite en el Senado, donde Ricardo Lagos Weber (PPD) jugará un rol central como presidente de la comisión, garantizando -de antemano- su intención de generar un debate más extenso que lo que ocurrió en la Cámara. Sin embargo, advierte, que dialogar no significa tranzar en los elementos centrales de la reforma. En entrevista con DF, expresa su optimismo en que sectores de Amplitud o RN se sumen a la idea de aprobar un proyecto que se espera perdure por largo tiempo en el sistema chileno.
- ¿El trámite de la reforma tributaria en la Cámara ha sido más accidentado de lo esperado?
- El proyecto ha tenido una tramitación normal. Se han presentado comentarios y críticas a un gobierno que ha tenido la flexibilidad de brindarle modificaciones y la responsabilidad de hacerlo compensando esos cambios que implicaba menor recaudación.
- ¿Existió una falta de diálogo en el proceso previo?
- Hay que recordar que desde el 2011 en la Concertación -desde la DC al PC- suscribimos un acuerdo de propuesta de reforma tributaria, que introducía casi los mismos elementos que están hoy. Esos insumos están clarísimos en el proyecto de ley: pasar a base devengadas, terminar con el FUT, aumentar impuestos a empresas, bajar impuestos a las personas e introducir elementos de incentivos a la inversión de las PYME. Cuando se presenta una propuesta y se extiende la discusión en el tiempo, allí, ciertamente, la incertidumbre presenta un problema serio. Acá el gobierno la presentó rápidamente, eliminando esa incertidumbre
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Desde la CPC han dicho que se puede reformar el FUT, pero no eliminarlo, ¿Es un tema transable, considerando que se pueden extraer recursos desde otros sectores?
- La pregunta que usted me hace cojea de una parte. No se trata solamente de recaudar, sino que de hacerlo de manera más equitativa. Como hoy está considerado el FUT, tiene elementos de inequidad, pues permite que aquellas personas naturales que les va bien, que tienen más ingresos, pueden posponer indefinidamente el pago del impuesto. Dicho eso, no alcanzo a vislumbrar una fórmula que sea equivalente. Si fuera por eso, subamos el IVA los puntos que sean necesarios para recaudar lo mismo.
- ¿Qué elementos cree que son posibles de perfeccionar?
- No voy a decir lo que hay que mejorar, pero sí, producto de la discusión y del argumento hay que hacer mucha pedagogía para explicar los beneficios que hay para el ahorro y la inversión, por ejemplo, la depreciación instantánea, la reducción de pagos PPM, los créditos para compra de activos fijos, los beneficios del 14 ter. Solo se ve el concepto por la depreciación instantánea de bienes de capital. Hay una serie de beneficios, y eso, sin decir que sólo el 95% de las empresas ocupa el FUT.
- Esa cifra ha sido cuestionada...
- Cualquier contribuyente individual que pague menos de $ 76 millones no va quedar efecto a este tema del FUT y si la empresa pequeña tiene dos dueños, y cada uno tiene $ 76 millones en utilidades por separado, tampoco estarán sujetos. Entonces, se reduce sistemáticamente este universo. En todo caso, y ya no hablo desde el empresariado, sino desde la UDI que dice hablar de la clase media, me pregunto: ¿cuándo se han preocupado de tener legislaciones duras para aquellos empleadores que no pagan cotización? ¡Nunca!.
- Desde la DC, también se colocó el foco en la clase media.
Pero no lo instauró la DC, lo puso la UDI y algunos empresarios más grandes que se escudan en los más chicos. La DC ha señalado que va a estudiar y hacer propuestas. No alcanzo a ver división en eso; mientras, bienvenidos los comentarios.
Política de los acuerdos, con reparos
- El concepto de la retroexcavadora, que salió desde el PPD, va en la dirección contraria a lo que usted plantea respecto del diálogo y los acuerdos.
- Más allá que me pueda gustar o no esa frase, fue en respuesta a la aplanadora que propuso la UDI. Si fuera así no se habría hecho ninguna indicación al proyecto.
-El ex ministro Foxley dijo que es conveniente volver a la política de los acuerdos ¿Comparte esa visión?
- Ésta tuvo dos razones. No teníamos ni una simple mayoría producto de los senadores designados. Segundo, veníamos de una transición y había que cuidarla. Dicho eso, con la política de los acuerdos hay que tener cuidado. Creo en los acuerdos, pero no puede ser que yo que quiero llegar a Chimbarongo, producto de la política de los acuerdos, llego a Melipilla y me quede contento. Si la política de los acuerdos desnaturaliza el objeto del deseo buscado, no me sirve.
- ¿En qué se puede aplicar esta doctrina en el caso de este proyecto?
- Para que ojalá haya un diagnóstico compartido de la necesidad de contar con más recursos para financiar bienes públicos como la educación, y que si los tenemos ojalá se traduzca en un instrumental compartido para dar cuenta de la realidad. Tenemos los votos, pero esta reforma es de tal envergadura que permite financiamiento en el tiempo, y es sano que se apruebe más ampliamente que la Nueva Mayoría, para que perdure en el tiempo. Pero, si alguien pretende que por medio de los acuerdos no se aumenten los impuestos de aquellos chilenos que les va mejor, y que no contribuyen como deben, no va a haber acuerdo.
- ¿Le gustaría que sectores de Amplitud o de RN aprueben esta fórmula, ve ese escenario posible?
- Soy optimista en que sectores como Amplitud, RN y Evópoli, eventualmente, apoyen en parte importante esta reforma. Hay personas de esos sectores que perciben que hay que hacer reformas en Chile.
¿Un nuevo Transantiago?
- ¿Es efectivo que han surgido críticas de empresarios ligados a su partido en torno a cómo les pudiese afectar esta reforma?
- No he recibido eso, pero no soy sordo, ni ciego y sé leer y he visto preocupación en sectores respecto del impacto que pueden tener determinadas medidas.
- Ricardo Escobar, ex director del SII, ha manifestado en privado su preocupación respecto a que esta reforma tiene problemas en el diseño que podrían transformarla en un nuevo Transantiago.
- Entiendo que está esa preocupación. No sé si exclusivamente en Escobar, pero hay una preocupación entre los tributaristas que en general trabajan de un lado del mesón. El tema tributario es un mesón que tiene dos lados. En un lado está el SII y los fiscalizadores, y al otro lado están los que deben pagar impuestos y sus asesores. Entonces, desde un lado del mesón hay preocupación, que puede ser bien inspirada y esa preocupación amerita estudiarla, lo cual no significa que tengan razón, pero parece razonable analizarla.
- También hay críticas sobre las complicaciones que tendría el SII con las mayores atribuciones que le confiere el proyecto...
- Entiendo que se está reforzando el SII con este proyecto de ley. Tiene que reforzarse necesariamente. Aquí vamos a pasar a un sistema distinto, pero entiendo que el servicio está en condiciones para enfrentar ese proceso.
"Un debate de cinco meses ¿qué aplanadora es esa?"
- ¿Qué le pareció el video del gobierno para defender la reforma. El lenguaje usado, cree que subió el tono de la discusión?
- Lo que me impresionó de la discusión del video -no hay ningún adjetivo- es que no haya habido una conmoción pública concentrada en la noticia de que en Chile habría 4.500 familias que tienen un per cápita de $ 82 millones mensuales. Cuando vi esa cifra, pensé que esta sería comparable a la cifra que dio Foxley en los '90 cuando dijo que en Chile había 44% de pobres. Pensé que ahí iba a estar el debate.
- Pero igual había adjetivos, como los "poderosos de siempre"...
- Esa es la excusa, lo de fondo son los $ 82 millones per cápita, que, ojo, van a ser dos semanas y aún nadie lo desmiente.
- ¿Por qué se hace una campaña en medio de trámite legislativo?
- Por qué no. ¿La presidenta no podría aparecer diciendo que quiere que se apruebe la reforma tributaria?. Cuál es la diferencia.
- Que esté influyendo en el debate legislativo...
- Acá hay sectores de chilenos que le han pasado dos cosas: algunos nunca calibraron el grado de convicción que tiene la Presidenta. Segundo, no han captado que cambió la correlación de fuerzas en el Parlamento, y que en vez de pasar la aplanadora, se podría haber aprobado hace rato. Pero qué pasa, hay un debate de cinco meses. ¿Qué aplanadora es esa?. Algunos se acostumbraron, que a partir de los senadores designados todo tenía que tener la mosquita de la derecha.