por juan pablo palacios
La economista y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Andrea Repetto, expuso ayer en una de las últimas rondas de audiencias en la comisión de Hacienda del Senado que analiza el proyecto de reforma tributaria.
La experta, que participó en el equipo económico que diseñó la propuesta de reforma en el ex comando de Michelle Bachelet, partió su presentación criticando las bases del actual esquema impositivo chileno.
“Tenemos un sistema con inequidad, promueve la elusión, sin una ganancia evidente en mayor ahorro”, dijo.
Explicó que hoy “Chile tiene un incentivo al diferimiento del Impuesto a la Renta muy alto de acuerdo a los estándares internacionales y, al mismo tiempo, muy elevado comparado con el nivel de ahorro que estamos consiguiendo. También promueve la elusión en el sentido de que las decisiones de organización de la empresa se ven afectadas por estos incentivos, por eso conviene hacer empresa en Chile por ese incentivo tributario tan grande”.
En ese escenario, Repetto afirmó que “el proyecto de ley se hace cargo de esto, reduce la brecha de tasas en términos de primera categoría y la máxima del global complementario, y al pasar a devengada amplía la base y hace que todos los ingresos -laborales o empresariales- tengan exactamente el mismo trato”. Aseguró que “en ese sentido se reduce la inequidad”.
Desintegración parcial
La economista de la UAI planteó a los legisladores de la instancia especializada algunos perfeccionamientos, que irían en la línea de mantener la recaudación de los
US$ 8.200 millones y mantendrían la progresividad.
“Ha habido reparos a este paquete, incluyendo o no la depreciación instantánea, creo que existen otros mecanismos que consiguen estos mismos objetivos, que es lo que yo llamó desintegración parcial y es algo muy distinto a lo que otras personas piensan”, propuso la especialista.
Argumentó que la idea apunta a “desintegrar las corporaciones, cuyos dueños no son directamente personas naturales. Por ejemplo, las sociedades anónimas, que es justamente donde ha estado la discusión sobre la atribución. Uno puede desintegrar sólo aquellas en que paguen el impuesto corporativo como se paga hoy, con una tasa que les debería convenir, y que luego cuando se reparten dividendos se paga un impuesto adicional, que es independiente de quien lo reciba”.
Puntualizó que “si ese dividendo lo recibe una persona natural paga una tasa que típicamente es fija y es menor que el global complementario para evitar la doble tributación, pero si eso llega a una sociedad de inversiones también se paga y, sin embargo el resto del sistema, las sociedades de personas o una empresa unipersonal, podrían pagar sobre base devengada de acuerdo al global complementario”.
Repetto, finalmente, planteó reparos a la idea de aplicar en Chile los fundamentos del sistema tributario de Australia.
“El sistema australiano no tiene un registro cuando existe el pago de primera categoría, que te permite hacer descuento de eso. Lo que hace el sistema australiano es que toma una tasa media del pasado, así que le vamos a descontar lo que típicamente se ha pagado, y eso evita el registro. Por eso se dice que el sistema no tiene FUT, en el sentido de que no hay registro de las utilidades que ya se han tributado”.
Agregó que “moverse hacia el sistema australiano es no hacer la reforma, se podrían cambiar las tasas pero no se está cambiando la esencia”.