Como un reconocido “autocomplaciente”, el sociólogo Eugenio Tironi, es de aquellos que permanentemente rescata lo obrado por los gobiernos de la Concertación frente a las ínfulas refundacionales que impulsan personeros de la Nueva Mayoría. Es desde esa mirada que no crítica la actual gestión bacheletista, porque al final, cree que la Presidenta está reconociendo una realidad que no permite impulsar cambios partiendo de cero.
Tironi, un declarado laguista, no se sorprende con el impacto que produjo el discurso de Ricardo Lagos, aunque desestima que se tratara de una crítica al gobierno, sino que ésta apuntó a toda la elite.
-¿Le parece que fue una reivindicación de la Concertación respecto a la Nueva Mayoría?
-Creo que sí, porque recuperó el valor del crecimiento económico versus el énfasis puesto en la inclusión o la igualdad.
-¿Un planteamiento neoliberal, como lo acusaron?
-Fue un discurso 100% socialdemócrata, en que el Estado cumple un papel, que es reformista, pero no ideológico, que no postula un nuevo modelo, ni otro modelo…
-Se reconoce laguista y ¿bacheletista?
-…..Uno puede ser las dos cosas.
-Usted ha dicho que Bachelet debe medir la temperatura de la sociedad. ¿Le parece que lo está haciendo?
-Creo que sí…porque con una rapidez extraordinaria ha ido modificando su propia hoja de ruta. Ella no se ha quedado pegada en los proyectos que sus técnicos le habían planteado que eran lo mejor que se había inventado después de la penicilina. Me refiero a las reformas tributaria, a la de educación…
-Pero insiste en que cumplirá su compromiso de sacarlas adelante
-Lo importante es que ella no ha actuado con la misma fe que lo hizo en los expertos respecto al Transantiago. En la reforma tributaria instruyó a su ministro de Hacienda que se abriera a la negociación para que se modificara el proyecto en forma bastante sustantiva.
-¿Porque reconoció errores del ministro Arenas? ¿cómo evalúa su papel en la reforma?
-La manera como él presentó y justificó la reforma tributaria fue muy deficiente, porque nadie puede decir que sabe exactamente cuáles serán las consecuencias, que determinado modelo o proyecto como ése, era perfecto, que las críticas tenían intereses escondidos y que nadie de buena fe pueda tener una opinión distinta. En ese sentido, me parece padeció de esa soberbia tecnocrática a la que, lamentablemente, los economistas chilenos nos tienen bastante acostumbrados, sean del signo que sean…
-¿Hasta dónde considera que la reforma generó incertidumbre e influyó en el panorama económico?
-Absolutamente…pero en esto quiero decir que hemos vivido en un contexto de superávit de certidumbre y creo que especialmente el mundo empresarial debe aprender a vivir con más dosis de incertidumbre. No me parece razonable que el argumento de la incertidumbre sea una razón para no mover un dedo en el país.
-¿No acepta la tesis de que si existe incertidumbre se afecta la inversión, el empleo y los perjudicados no son los empresarios o los más ricos?
-Me carga que los ricos defendamos nuestros privilegios acusando que afecta a los pobres. Eso me parece francamente inmoral.
-¿No cree que los ricos saben encontrar las formas para no verse afectados que los otros no pueden?
-Sí, pero las platas que se recaudan de la reforma tributaria no vienen de los pobres, sino de nosotros, los ricos.
-¿Qué piensa de la idea de que más temprano que tarde el ministro Arenas deberá irse? ¿Lo ve posible?
-Lo veo totalmente inviable y además totalmente negativo, ahora que hablamos de incertidumbre. Es curioso que quienes alegan por la incertidumbre estén pidiendo cambiar al ministro de Hacienda. Creo que las personas que hacen las cosas bien no son las que no se equivocan sino las que son capaces de reconocer que se equivocaron. Arenas lo hizo, fue capaz de cambiar la reforma, demostró que sabe negociar… y además ahora está tratando de recuperar el énfasis en el crecimiento. -
¿No cree, entonces, en la necesidad de cambio de gabinete?
-No veo ninguna necesidad de cambio, ¿por dónde, para qué?
La agenda y educación
-¿Cómo percibe la puesta en marcha de la agenda del gobierno, con reformas que bajan su aprobación?
- Creo que estamos en un momento de transición entre un gobierno que en su inicio planteó muchos proyectos muy disruptivos, bien inspirados, que despertaron adhesión en la población, pero que se han tenido que enfrentar al shock de la realidad.
-¿Es de los que creen que se interpretó erróneamente que el malestar que se expresó en 2011 hacía necesario plantear reformas profundas?
-El malestar del 2011 hacia las sociedades de mercado no es el mismo que existe ahora que es mucho menor. Además es muy distinto hablar en abstracto diciendo que cambiemos las soluciones de mercado por soluciones estatales, que hablar en concreto, diciéndole a la ciudadanía que saque a su hijo de la educación particular subvencionada para ponerlo en la pública o que se salga de la Isapre y vuelva a Fonasa. Entonces, cuando la discusión aterrizó a ese nivel, un grupo importante de la población, esa ciudadanía emergente empezó a estrilar y encontró eco dentro de la Nueva Mayoría, especialmente en la Democracia Cristiana, en Walker- Martínez, también en el Senado, en la Cámara….frente a lo cual el gobierno está mostrando gran habilidad política reaccionando de inmediato.
-Reaccionó con la tributaria, pero no parece dispuesto a acuerdos en la educacional
-Completamente...
Está completamente abierto lo que va a pasar ahí. Apostaría doble contra sencillo que se va a llegar a un acuerdo.
-Pero la derecha no está dispuesta si no hay un rediseño completo.
-Con la derecha fraccionada entre los partidos más grupos como Evópoli, Amplitud, Horizontal al gobierno no le costaría llegar a un acuerdo, pero el problema no está ahí, sino en la Democracia Cristiana, que es lo único que importa. Lo realmente significativo es lo que pase en la Nueva Mayoría, y eso va a tener que asumirlo Eyzaguirre y el gobierno.
-¿Cree que acogerán las posiciones críticas si la propia Presidenta ha dicho que se jugará todo su capital político para sacar adelante la reforma tal como la plantea?
- La reforma aun no existe, sino sólo algunos proyectos. No la hay respecto a educación pública, al estatuto docente, a la educación superior, todos aspectos que son determinantes. Queda mucho paño que cortar.
-¿Y cómo ve que está enfrentando el ministro Eyzaguirre su gestión?
- Le pusieron una tarea imposible, no había reforma, no existían acuerdos básicos. Una autoridad está sometida a muchos fuegos y un ministro de Educación para qué decir.
-¿Podrán, al final, conciliarse todas las posturas para sacar adelante una reforma en Educación?
-Creo que es una tarea que tomará todo este gobierno.
- ¿Y en este cuadro, cree que se darán las condiciones para cumplir con el compromiso de cambiar la Constitución?
-Lo de la Constitución va de la mano con el cambio al binominal que el gobierno está sacando adelante con parte de la oposición.
-¿Con eso se dará por cumplido dicho compromiso?
-La Presidenta está convencida, y concuerdo con ella, que al país le haría bien encarar un proceso de discusión abierto, participativo sobre la Constitución, lo que pienso que dejará encaminado. No planteado como una guerra civil, porque eso sería negativo, pero sí como un proceso de reflexión que tenemos que hacer.
"PIÑERA DESTRUYÓ A LA DERECHA"
-¿Cuál es su mirada sobre la derecha actual?
-Le falta definir qué quiere. A todo el mundo se le olvida que estuvo en el gobierno hasta hace seis meses después de sufrir una debacle electoral. Creo que no supo asumir el gobierno de Piñera, no lo sintió propio, no lo quiso, fue una suerte de accidente.
-¿Considera que Piñera colaboró en la destrucción de la derecha?
-La encabezó. Primero porque aparte de no gobernar con sus principios, la fragmentó. Desde el gobierno cooptó a los coroneles UDI, dejándola en manos de un jardín infantil y dividió y desde fuera ha alimentado esta creación de nuevos grupos. Para Piñera a mayor fragmentación de la derecha, mayores son las posibilidades de que se unifique en torno a una figura salvadora, que sería él. Y como se tiene fe en sí mismo, creo que lo va a intentar.
"DEBE HABER UNA LEGISLACIÓN SOBRE EL PRINCIO DE LAS CASCADAS"
-¿Qué importancia le atribuye a lo que pasó con el caso Cascadas?
-Estimo que la acuciosidad con que se trabajó, la dimensión de la sanción, más la cobertura que le ha dado la prensa, hacen de esto un hecho mayúsculo, porque aquí hay un abuso de la confianza pública de gente que tiene como misión custodiarla.
-¿Le parece que es una señal que impedirá los abusos?
-Siempre habrá abusos, el pecado original no se borra, pero lo importante es que existan instituciones, opinión pública. Destaco mucho la tarea de la SVS, que mostró una continuidad perfecta entre Fernando Coloma - que merece todo mi respeto- y Carlos Pavez. Y no era fácil, porque se enfrentaba a grandes poderes, personas que tenían fuertes redes políticas, pero Coloma, a pesar de ser acusado de cosas inauditas, lo siguió, lo mismo que el superintendente actual que continuó con gran profesionalismo sorteando todo tipo de obstáculos.
-¿Qué efectos cree que podrá tener? ¿habrá un antes y un después?
-Creo que sí, como lo hubo con el caso Chispas que impulsó la reforma del mercado de capitales, sobre todo con la ley de Opas. Creo que aquí debe haber una legislación sobre el principio de las Cascadas, en que sobre la base de este procedimiento, accionistas minoritarios controlan patrimonios gigantescos. Pero además en este caso particular, haciendo transacciones a la vista de todo el mundo, porque es impensable que en la bolsa no supieran.