La semana pasada el presidente de la Comisión de Salud del Senado, el PPD Guido Girardi, tenía todo listo para comenzar la discusión de los tres proyectos que actualmente se encuentran en trámite en la Cámara Alta y que avanzan en la despenalización del aborto. Sin embargo, una llamada del gobierno pidiéndole retrasar el debate impidió que el legislador continuara adelante con su propósito, sin saber que ocho días después la controversia en torno a este tema cobraría un mayor impulso, luego de que la presidenta Michelle Bachelet decidiera incluirlo en los anuncios de su primera cuenta pública, el pasado 21 de mayo.
Con su decisión, la mandataria no sólo apostó por liderar el debate en un tema complejo para la sociedad chilena, además de cumplir con una promesa de campaña que así quedó consignada en el programa de gobierno.
Pero de paso, Bachelet también abrió un flanco en el oficialismo por algunas posturas que existen al interior de la DC; en la oposición, donde también existen diferencias, así como con otros actores contrarios al aborto. Además lo hizo con una anticipación que a distintos dirigentes de la Nueva Mayoría llamó la atención, toda vez que el proyecto -según confirmó el vocero de La Moneda, Álvaro Elizalde- será enviado al Congreso durante el segundo semestre.
De hecho la polémica que generó el anuncio no demoró en instalarse y partió practicamente cuando la mandataria aún no terminaba su discurso, con el retiro del Salón de Honor del Parlamento del diputado UDI, José Antonio Kast, quien dijo que la medida “fue la gota que rebasó el vaso”.
Minutos después, el ex presidente Sebastián Piñera, hizo lo propio al escribir un par de twit, entre otros uno donde señala que “parece que hay más cuidado y preocupación por el bienestas de las mascotas, que por la vida y dignidad de los niños que están por nacer”. En un tono similar el cardenal Ricardo Ezzati también cuestionó la medida.
Y fue la misma presidenta Bachelet quien se hizo cargo de la polémica al calificar las palabras de su antecesor de “injustas” y de paso advertir que para ella “este es un problema de salud pública”, además de “un tema tabú” que no debería existir en una sociedad porque es “antidemocrático”.
Y junto a las discrepancias sobre la idea del aborto terapeútico en determinados casos que surgieron en la DC, también se replicaron en Renovación Nacional (RN) con duras amenazas de por medio.
De hecho el actual presidente de la colectividad, Carlos Larraín advirtió que “el parlamentario de RN que vote a favor del aborto debiera ser expulsado del partido”, lo que la diputada de esa tienda, Marcela Sabat, calificó como “una campaña del terror”.
Entre las grandes apuestas
La razón, de acuerdo a quienes conocen a la mandataria, no sería otra que el interés por detallar en su primera cuenta pública, la carta de navegación del gobierno para los próximos cuatro años. En ese sentido, explican que la mandataria quiso decirlo “todo” y describir el cuadro general “con las grandes apuestas” que quiere sacar adelante durante su administración.
En la misma línea, un personero oficialista, afirma que si bien la presidenta se compró un conflicto con bastante anticipación, su “capital político” le permitiría asumir apuestas de esta naturaleza, por lo que la única razón para explicar el por qué decidió instalar el debate del aborto es un “exceso de sinceridad”.
Pero en el oficialismo hay quienes también admiten que la idea de instalar el debate del aborto también apuntaría cambiar el foco de la discusión política, centrada en el último tiempo en la tramitación de la reforma tributaria, los matices provenientes de la DC y el debate que se viene -con las ya sabida diferencias provenientes también de la falange- respecto de la reforma educacional.
Las mismas fuentes también comentan que tratándose de un compromiso de campaña, este es el año en que el debate respecto del “aborto terapeútico” debe darse, pues a partir de 2015 los partidos entran en la dinámica electoral para enfrentar las municipales el 2016 y las parlamentarias y presidenciales el 2017 por lo que las prioridades e intereses cambian.
DC presentó moción de interrupción del embarazo
Aunque el anuncio abrió una fuerte polémica, lo cierto es que desde hace años que en el Congreso duermen varias iniciativas que buscan legislar sobre el aborto terapéutico.
Por lo pronto, sólo entre el 2011 y 2013 en el Senado ingresaron al menos 3 mociones, una de ellas patrocinada sólo por representantes de la DC, los senadores Jorge Pizarro, Ignacio Walker, Andrés Zaldívar y el ex senador Mariano Ruíz-Esquide.
El proyecto del 4 de octubre de 2011, "permite la interrupción del embarazo ante riesgo demostrado para la vida de la madre".
Dos años más tarde, con fecha 2 de abril de 2013, fueron los senadores Isabel Allende y Fulvio Rossi del Partido Socialista; su par PPD Ricardo Lagos Weber y el radical José Antonio Gómez quienes patrocinaron una iniciativa que establece "licitud de los procedimientos de interrupción del embarazo en casos determinados", que contempla, por ejemplo, el caso de violación. Pero que lejos de tener una tramitación fluida no tienen urgencia para ello.
Por último, el 9 de julio de 2013, fue el senador PPD Guido Girardi quien presentó otra moción que "modifica el Código Sanitario para autorizar el aborto en los casos que indica y el Código Penal para su despenalización en las mismas hipótesis". También sin urgencia, por lo que no se ha puesto en tabla.
De allí que el senador Rossi, integrante de la Comisión de Salud de la Cámara Alta y patrocinante de uno de los proyectos, expresara su sorpresa en orden a que el Ejecutivo decidiera enviar un nuevo proyecto al Congreso para cumplir con uno de los compromisos de Bachelet, en vez de seguir avanzando en alguno de los que están ya en el Senado: "yo esperaría que se respetara la moción parlamentaria y que se reconozca un trabajo de años", señaló el parlamentario, sobre todo porque la que patrocina "va en la misma línea" de lo que aparentemente plantea la mandataria.
Esto, porque efectivamente también ha llamado la atención de que habiendo tantas mociones parlamentarias, el Ejecutivo optara por elaborar una nueva.