Rolls Royce, una de las marcas líderes en el mercado del lujo automotriz, sorprendió en el Salón del Automóvil de Ginebra con una propuesta personalizada que transforma sus modelos Ghost y Wraith. El resultado son el Ghost Black Badge y el Wraith Black Badge.
Según la propia firma de la R doble, este producto se dirige "a los más misteriosos, enérgicos, confiados y exigentes de estos clientes".
El resultado son dos autos que a primera vista ofrecen pistas visuales comunes y muy distintivas de su carácter. El emblema de la R doble en el frontal, los faldones y la trasera de todos los Black Badge se ponen en negativo, plata sobre negro, mientras que las superficies cromadas, como el marco de la rejilla delantera, el remate del maletero, el cerco de las tomas de aire inferiores y los tubos de escape, se han oscurecido. Las múltiples capas de pintura y laca que se emplean para crear el negro Black Badge se pulen a mano repetidamente.
Los ingenieros de RollsRoyce aprovecharon la flexibilidad del motor V12 de 6,6 litros para que el Ghost Black Badge resultara un poco más intimidante. Gracias a unas sutiles modificaciones en la salida del motor, se ha aumentado la potencia en 40 CV (30 kW) hasta 603 CV (450 kW) y el par en 60 Nm (hasta 840 Nm) con respecto al Ghost actual, mientras que las mejoras de la transmisión automática de 8 velocidades aportan una sensación añadida de apremio al Ghost Black Badge al entregar la potencia.
El Wraith Black Badge fue una propuesta totalmente distinta. Como Rolls-Royce más potente del mundo con 623 CV (465 kW), el Wraith siempre ha sido el modelo más centrado en el conductor de toda la gama Rolls-Royce. Con una configuración totalmente nueva de la suspensión neumática, nuevos ejes de transmisión y una transmisión mejorada de 8 velocidades, Rolls-Royce ha producido un Wraith ágil y aún más centrado en el conductor.
Código Javascript