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La primera Cámara de Diseño Sustentable nació en Biobío

La idea nace, principalmente, para enfrentar la crisis medioambiental porque una de las industrias que más contamina, es precisamente, la textil

Por: | Publicado: Miércoles 1 de septiembre de 2021 a las 05:00 hrs.
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La Cámara de Diseño Sustentable (CDS) nació hace 3 meses, como un proyecto que busca agrupar a emprendedoras y emprendedores de la industria textil nacional en base una economía circular sostenida en cuatro acciones que son: I + D + Innovación (minimizar el impacto de la industria textil), Hub Colaborativo, Marketplace y Desarrollo de Proyectos. Sus fundadoras, Pilar Auda, Danis Salinas, Heidi Haensgen e Irina Reyes, mujeres experimentadas en rubros como el retail, moda, diseño y emprendimiento, sintieron la necesidad de trabajar bajo principios y modelos sustentables. De esta manera, dieron vida a la CDS.

“La propuesta de minimizar el impacto de los textiles la estamos abordando desde los residuos, pero también aguas arriba, comunicando y concientizando sobre la importancia del ECODISEÑO. Se trata de apoyar a los emprendedores y las emprendedoras a diseñar productos y servicios sostenibles, que minimicen el impacto ambiental durante todo el ciclo de vida del producto, desde su diseño propiamente, hasta la producción, utilización y fin de vida. La agencia federal alemana ha realizado investigaciones que apuntan a que el 80% de los impactos ambientales de un producto se definen en su etapa de diseño, ¡Ahí estamos apuntando!”, dice Irina Reyes, directora de sustentabilidad.

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La idea nace, principalmente, para enfrentar la crisis medioambiental porque una de las industrias que más contamina, es precisamente, la textil. A través de diversas instancias de aprendizaje, participación y creación, junto al apoyo de emprendedores y empresas promovemos el desarrollo de habilidades necesarias para crecer y convertirse en líderes del mañana, involucrándose y estrechando lazos con sus comunidades.

- ¿Cuál es el objetivo de CDS?

El principal objetivo es minimizar el impacto de la industria textil en Chile e impulsar una que sea más sustentable. Para ello tenemos distintas mesas de trabajo, entre las que contamos con un hub colaborativo, el marketplace, un área de investigación+desarrollo+innovación y un área de proyectos. ¿Por qué somos una asociación gremial? Porque queremos poner en la agenda –público y privada- políticas que incluyan a los textiles como producto prioritario dentro de la ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor), dice Pilar Auda, directora ejecutiva de CDS.

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- ¿Cuál es la visión que tienen del diseño nacional, y cuál creen será su aporte?

En el I+D+I buscamos armar proyectos de intercambio entre universidades. Es decir, una nueva economía de cooperación entre la academia y la industria, basada en el conocimiento. Buscamos construir una relación estratégica con el fin de transferir ciencia y tecnología desde las universidades a la industria para favorecer el proceso de aprendizaje permanente que ocurre en el trabajo, dice Heidi Haensgen, directora de I+D+I.

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Entre los objetivos a corto plazo, se destaca que, durante el mes de noviembre del 2021, se lanzará el proyecto Marketplace, donde todos y todas podrán comercializar sus productos a través de campañas generadas desde la Cámara y con un sello de sustentabilidad como soporte.

- ¿El centralismo de Santiago rige también para el tema del diseño?

Hoy el diseño es una forma de pensar, de estructurar, más allá de sus cualidades estéticas. En este momento el diseño va acompañado de ingeniería. Desde hace un tiempo ya, la creación de un producto tiene que incluir desde la materialidad hasta su fin de vida. El diseño ahora es parte fundamental de todo y lo vemos aplicado a los servicios o las experiencias. Eso afectó también la industria textil. Diseñar ya no es solo crear una prenda sino que debe insertarse en esa cadena.

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Pienso que hay un antes y un después de la pandemia, incluso un antes del estallido social. Había un modelo económico que respondía a ciertos parámetros, la vida en la capital era todo. Ahí estaban los mejores diseñadores. Uno sabía que tenía que ir a una determinada tienda o a un sector como barrio Italia, el piso de diseño de parque Arauco o Alonso de Córdoba para encontrar buen diseño de interiores, por ejemplo. Ese modelo cambió, al abrirse al e-commerce se descentralizó y fue algo muy positivo; gracias a la migración de muchos santiaguinos y santiaguinas a la playa, al sur, se hizo mucho más común comprar por Instagram y a través de sitios web. Lo constato como consumidora, me doy cuenta de que muchas emprendedoras y emprendedores están felices viviendo fuera de Santiago y vendiendo por Instagram.

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