Graduarse en pandemia: el abandono y la lucha de los universitarios por los trabajos de calidad
En Europa la preocupación es creciente y el mercado de trabajo para los recién graduados parece estar saturado.
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Cada vez más recién graduados manifiestan su preocupación ante la falta de oportunidades laborales. Muchos de ellos, al relatar sus experiencias personales, hacen referencia a un mercado hipercompetitivo que conduce a la desmoralización. Los empleos no se ajustan a sus expectativas y deben aceptar puestos con sueldos inferiores a los deseados.
Para Felix, buscar trabajo es "un rollazo". Este graduado, residente en Londres, afirma estar dejando de lado las tareas de la universidad para escribir cartas de presentación y realizar pruebas. Al "no recibir ninguna explicación las (muchas) veces que rechazan tu candidatura, se crea un círculo vicioso. A menudo, las empresas, simplemente, te ignoran, en lugar de mandarte un mensaje en el que te informen de su decisión".
Tras haber comprobado que las vías convencionales resultaban estresantes y no daban resultado, al final recurrió al envío de mensajes de correo "en frío" y consiguió una oferta. "Parece una lotería", afirma. "El mercado de trabajo universitario está absolutamente saturado".
Al igual que otros jóvenes que se han graduado en 2021, Felix está entrando en un mercado laboral internacional con menos oportunidades y más competitivo. El joven es de uno de los más de 70 graduados universitarios que han respondido detalladamente a una encuesta de Financial Times sobre lo que significa graduarse en la pandemia.
Muchos de los entrevistados, incluidos los titulados en instituciones del más alto nivel, como la Universidad de Cambridge, han tenido que luchar por conseguir un puesto de trabajo de nivel básico. Además -recuerdan-, ahora tienen que competir con quienes se graduaron en 2020 y no pudieron acceder a prácticas en empresas, por haber quedado éstas suspendidas.
La inmensa mayoría de los encuestados aseguraban que, en la actualidad, había menos oportunidades para los graduados universitarios, y muchos de ellos, al relatar sus experiencias personales, hacían referencia a un mercado hipercompetitivo, que podía ser tan desmoralizador como desmotivante.
Asimismo, muchos coincidieron en afirmar que el trabajo que habían encontrado no se ajustaba a sus expectativas y que habían tenido que aceptar puestos con sueldos inferiores a los deseados. Quienes estimaban que la pandemia había perjudicado sus perspectivas laborales representaban, aproximadamente, el 50%.
No obstante, aunque más de un tercio aseguraba haberse visto obligado a cambiar la dirección de su carrera laboral a causa de la pandemia, el resultado de esa reorientación no se consideraba, en todos los casos, negativo.
Mercado laboral competitivo
Una graduada de la London School of Economics que prefiere no dar su nombre, afirma que la búsqueda de trabajo ha constituido una "lucha". "Por muy ben preparada que estés, compites con personas que se graduaron hace años, pero que siguen postulándose para los mismos puestos de trabajo que tú, porque no encuentran nada mejor. Y, realmente, no puedes competir con ellas, porque tienen una experiencia de la que tú careces como recién graduada".
En Reino Unido, de entre quienes se graduaron durante la pandemia, el 29% de los estudiantes de último curso perdió sus trabajos, el 26% perdió las prácticas en empresa, y en el 28% de los casos, les aplazaron o retiraron las ofertas de trabajo que les habían presentado.
Entretanto, los equipos de gestión de los más importantes programas de trabajo para recién graduados han informado de un incremento en el número de solicitudes recibidas este año.
El problema se ve agravado por el creciente número de puestos de categoría inicial que requieren experiencia de trabajo. Según un análisis realizado por la empresa TalentWorks, antes incluso de la pandemia, en Estados Unidos, el 61% de los cargos más bajos del escalafón laboral requerían tres años o más de experiencia.
Por otro lado, ciertos estudiantes consideran que el proceso de solicitud de algunas empresas se está haciendo cada vez más complicado. James Bevington, que acaba de terminar un doctorado en ingeniería química en la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney (Australia) asegura que "cuando la balanza de poder es tan adversa, con cientos de solicitudes por cada puesto, el proceso de contratación puede estar plagado de abusos".
Un graduado en ingeniería residente en Londres, que ha preferido no dar su nombre, explica que "hasta la fecha he solicitado sin éxito más de 230 puestos de categoría básica [...] Ahora contribuyo a los ingresos de mi familia trabajando como repartidor, mientras solicito distintos puestos e intento reunir la motivación necesaria para seguir adelante. Me siento abandonado, no sólo por el mercado de trabajo, sino también por las instituciones en las que he estudiado. Mis logros académicos son algo de lo que me enorgullezco, pero el marcado de trabajo no parece valorarlos en absoluto".
Seguridad frente a curiosidad
También se comprobó de manera recurrente que, aunque algunos graduados universitarios que habían conseguido trabajo tenían curiosidad por explorar otras oportunidades, la incertidumbre los hacía reticentes a dejar sus empresas y probar nuevos cargos en otras compañías. Es decir, la seguridad del trabajo se consideraba más importante que la búsqueda de empleos gratificantes.
Otra graduada universitaria residente en Londres, que prefirió no dar su nombre, había conseguido un puesto fijo en un banco de inversión, pero poco después, se había dado cuenta de que no era lo suyo, y de que le gustaría cambiar de sector. "Es difícil encontrar otras oportunidades [...] Resulta más sencillo aferrarse a lo seguro y bien pagado, que arriesgar, y que acaben por despedirte", opina.
Logros inesperados
Entre los graduados universitarios que se habían visto obligados a cambiar de dirección, también se señalaron resultados positivos.
Alex Morgan, que estudió un máster de economía política en el King's College de Londres tras haber cursado un grado universitario en Leeds, asegura que la pandemia le ha brindado una "ayuda perversa". Tomó la decisión de estudiar un curso de posgrado "porque el mercado de trabajo parecía muy disfuncional" el año pasado. A su término, ha conseguido entrar en el cuerpo de funcionarios. Inicialmente, no había previsto estudiar un máster, pero concluye: "sin él, no creo que hubiera conseguido un trabajo así".
Al parecer, son muchos los estudiantes que han optado por los estudios de posgrado: basta analizar la clasificación de escuelas empresariales del Financial Times, por ejemplo, para comprobar el incremento de solicitudes de plaza en ese tipo de cursos.
Nathaniel Fried, graduado en geografía por el King's College de Londres, dedicaba la mitad de su jornada a la creación de una empresa de seguridad de la información. Previendo la falta de oportunidades laborales, decidió dedicarse de lleno a ella. "Nos ha ido bien", comenta. Aunque en un primer momento se sintió obligado por las circunstancias, ahora afirma que la búsqueda de oportunidades fuera del mercado laboral convencional, "ha impulsado [sus] perspectivas laborales, obligándo[lo] a innovar".
De igual forma, aunque los estudiantes consideraban que la pandemia había repercutido en sus perspectivas laborales, la percepción de muchos de los encuestados a largo plazo era moderadamente optimista. Sin embargo, algunos juzgaban que los gobiernos y las empresas deberían haber apoyado más a los graduados universitarios e invertido más en ellos.
Morgan añade que, posiblemente, las empresas necesiten más incentivos para ofrecer puestos de calidad a los graduados universitarios. "Se anima constantemente a los jóvenes a asistir a buenas universidades, lo cual los obliga a asumir grandes deudas", arguye. "Entre mis compañeros, hay un montón de graduados de universidades punteras que no consiguen encontrar trabajos que los estimulen. No es que tengan necesariamente derecho a ellos, pero creo que, desde luego, hay un trecho entre lo que te prometen en la universidad y la realidad".
Pese a los desafíos, algunos entrevistados se muestran animados. "Es duro para nosotros, los graduados universitarios", añade un graduado de la universidad de Brighton. "Pero eso nos hará más fuertes."