Han pasado 18 años desde que la bailarina uruguaya Sara Nieto dejó los escenarios para dedicarse a la docencia de una de las pasiones de su vida: la danza. Pero hoy el destino la trae nuevamente a las tablas del ballet nacional con una puesta en escena que busca homenajear a quien fuera su entrañable compañero y responsable de su fama en nuestro país, el coreógrafo y bailarín húngaro Ivan Nagy.
“Para mí es un honor poder hacer algo por la memoria de Ivan, quien fue tan importante para mí en este país, porque manejó mi carrera y me dio las oportunidades para surgir; el título de bailarina estrella. `Giselle´ era una de sus preferidas y un título en el que trabajamos mucho juntos durante los ochenta, cuando la montó”, cuenta Sara Nieto.
Tras la muerte de Nagy el pasado 22 de Febrero, el Ballet y la Filarmónica de Santiago, quisieron hacer de “Giselle” un homenaje a quien fuera uno de los principales propulsores de este arte en nuestro país, montaje del cual Nieto participará sólo en la función del 21 de junio, donde interpretará el papel de Bathilde, la novia del príncipe Albrecht.
“Yo antes bailaba Giselle, pero ahora a mis años no puedo hacerlo. Aunque me mueva enseñando no es lo mismo, además una Giselle de 65 años no quedaría muy bien”, comenta entre risas la bailarina.
“En esta ocasión estoy haciendo el personaje de Bathilde, que tiene mucho carácter y es muy lindo. La novia de Albrecht sólo interviene en el primer acto y se desliza por el escenario caminando, lo que está acorde con lo que puedo hacer en estos momentos”.
Este ballet cargado de elementos del romanticismo y una perfecta sincronía entre lo real y lo sobrenatural, cuenta la historia de cómo la inocente Giselle muere de dolor al saber que su enamorado, un campesino, es en realidad el duque Albercht, quien se encuentra próximo a desposar a la princesa Bathilde. Tras morir, la joven se une a un grupo de espíritus de mujeres traicionadas con sed de venganza, las Willis, quienes quieren acabar con la vida de su enamorado a través de una danza mortal.