A veces, y muy de vez en cuando, es bueno decir qué NO es o qué no hace un desarrollo. En este caso, el Metaverso NO es una mera observación. No seremos espectadores de una película o de una serie. Es un llamado a la interacción. Todo un nuevo espacio con dinámicas reales desde perspectivas tan relevantes como la política, la social, económica y también la emocional. Es una dimensión expansiva de la realidad.
En 1992, Neal Stephenson escribió Snow Crash, donde el personaje principal fue el primer intento de reflejar una ficción que se desenvuelve en una realidad virtual paralela. De ahí, la posta la tomaron los video juegos, siendo Fortnite un gran ejemplo de involucramiento e interacciones de usuarios, y luego las muy importantes ambiciones de Facebook, ahora Meta. Y así, las grandes corporaciones están en una carrera por dominar este nuevo tablero de juego. Algunos predicen una industria multi-trillonaria, donde la finalidad es tener el primer billón de usuarios. Es muy similar a la ruta de los gigantes tecnológicos como SpaceX de ir a la conquista del espacio, tan sólo que en el Metaverso se crean los planetas a conquistar.
Imaginemos tan solo algunas de las interacciones que pueden suceder en un espacio virtual como el retail y su efecto en la compra de ropa. La relación será virtual y el vestuario se usará en esta nueva dimensión, en base a blockchain, donde cambia la moda, pero es escasa y no genera huella de carbono, lo que podría ser fuente de gran satisfacción, sin culpa. Algo no menor en una de las industrias más contaminantes del mundo.
Lo mismo se observará en los viajes, que se realizarán sin huella de carbono, ni jetlag. Incluso hay investigaciones que refuerzan el hecho que no es una mera virtualidad y que estas experiencias impactarán la mente humana, pues serán muy reales y habrá espacio para establecer vínculos emocionales, como en el mundo físico. En este escenario, nuestros adultos mayores y la soledad que enfrentan cada día, permite imaginar una mejor forma de sentirse acompañados, aunque sus familiares estén a kilómetros de distancia.
Tema aparte son las aplicaciones industriales, combinando con tecnologías habilitantes como 5G, ya no es necesario ir a faenas mineras distantes para manejar equipamiento que está simulado en el mundo virtual. Esto ya está sucediendo y las pruebas se están desarrollando en el Centro de Innovación UC y en otros Centros de Excelencia en Chile.
En el Metaverso la ropa y el viaje será virtual, pero los sentimientos y la vivencia será 100% real. Como una experiencia más de nuestro vivir, sólo que estará al alcance de todos la oportunidad de conocer, sentir, imaginar en un mundo paralelo, que será más accesible y cada vez más real.
¿Será el Metaverso una salida para la búsqueda y el encuentro de propósito que la humanidad no encuentra en el mundo real?