Al comienzo de la semana ya sabremos quién ganó las elecciones en Alemania. Menos probable es que sepamos cuál será la conformación del nuevo Gobierno, dado que las encuestas anticipan que será necesaria una nueva coalición.
Un resultado que podría generar movimientos importantes en los activos europeos es que los partidos de extrema derecha (AfD) e izquierda (BSW) sumen, en conjunto, algo más de un tercio del parlamento, lo que impediría el cambio a la constitución que se requiere para elevar el techo de la deuda y garantizar el mayor gasto fiscal que tanto demanda el mercado.
Sin muchos datos económicos en agenda, la política alemana y europea concentrará la atención hasta que avancemos hacia el miércoles 26, cuando Nvidia publique sus resultados tras el cierre de la sesión. El reporte será seguido por la tradicional conferencia con inversionistas.
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La última de las siete magníficas cierra el grueso de la temporada de resultados. Nvidia llega a la cita con el mercado en buena posición. La fabricante de semiconductores y procesadores de alta capacidad ha visto subir sus acciones 21% en febrero, y casi ha recuperado por completo el impacto sufrido por el lanzamiento de DeepSeek, el modelo chino de IA que requiere menos capacidad computacional que sus pares estadounidenses.
DeepSeek demostró que quizás no sean necesarias inversiones tan grandes, ni tantos procesadores de alta gama, como los que produce Nvidia, para desarrollar un modelo de IA. Pero desde entonces, no sólo han surgido dudas respecto a cómo DeepSeek logró desarrollar su modelo, además empresas como Meta, Apple y Microsoft -cliente de Nvidia- han confirmado un aumento en sus inversiones en la infraestructura para el desarrollo de servicios de IA.
El foco estará en la demanda y proyecciones de Nvidia para sus procesadores gráficos Blackwell. Pero en línea con el trimestre anterior, analistas esperan que la empresa muestre un crecimiento más desacelerado que en años anteriores. Pero en el caso de Nvidia la desaceleración no implica mal desempeño. Analistas proyectan un crecimiento de 74% anual de los ingresos, versus el aumento de 92% reportado el trimestre anterior.
De nuevo la inflación
Nvidia nos servirá de distracción antes de que el viernes volvamos a hablar de inflación. En Europa, Alemania, Francia e Italia presentan las primeras estimaciones para sus tasas de inflación de febrero. El mercado está ansioso por señales de desaceleración del repunte que comenzó en octubre pasado; y también mantendrá a la vista el índice de expectativa de inflación de los consumidores europeos, que se publicará el jueves 27.
Pero será la publicación del índice PCE en EEUU lo que concentrará las miradas. A diferencia del IPC, el Índice de Gastos de Consumo Personal cubre una mayor gama de precios de bienes y servicios consumidos por los hogares, como servicios pagados por los seguros de salud. Además, es más sensible a los cambios en los hábitos de consumo. Para guiar su política monetaria, la Reserva Federal considerar el PCE, sobre todo en su medición subyacente (Core PCE), que excluye las variaciones en los precios de los alimentos y combustibles por su mayor volatilidad.
Mientras, el IPC estadounidense frenó sus bajas hacia el 2% meta en septiembre pasado, el PCE lo hizo ya desde julio. En diciembre, el PCE general llegó a 2,6% anual y su medición subyacente a 2,8%.
Recientemente, una lectura menor a la espera en el índice de precios al productor llevó a un ajuste de expectativas a favor de una moderación del PCE. El consenso del mercado espera ver que el índice general marque una variación anual de 2,5% enero y de 2,7% en su versión subyacente.
Aunque modesta, tal desaceleración sería suficiente para mantener las expectativas de que la inflación quizás no está repuntando tanto como se teme y que la Fed estará en posición de recortar al menos una vez la tasa de interés este año.
Los futuros de tasas que sigue la Bolsa de Chicago muestran que el mercado da un casi 50% de probabilidad a un recorte de tasas en la reunión de junio. Y se espera que, a partir de la publicación del PCE del próximo viernes, la discusión en torno a los próximos pasos de la Fed vuelva a dominar la agenda, sobre todo a medida que nos vayamos acercando a la reunión de política monetaria del 19 de marzo.
Antes de esa fecha se cumplirán los plazos para la entrada en vigor para los nuevos aranceles impuestos por Donald Trump a Canadá y México (25%, marzo 4), y al acero y aluminio (25%, marzo 12).
La ejecución de la amenaza tarifaria complicará el panorama para la Fed y podría borrar el optimismo que pueda generar un eventual PCE más bajo de lo esperado.