Robos, racionamientos y perchas vacías. El alza del precio de los huevos en EEUU ha adquirido dimensiones mayores en los últimos días. ¿Qué le puede interesar al mercado? Se preguntarán.
Recuerden que el alza en el precio de los huevos fue uno de los factores detrás del repunte de la inflación en diciembre. Entonces, la inflación en EEUU registró una variación mensual de 0,4%, la mayor desde febrero 2024.
El alza supuso un aceleramiento del repunte inflacionario que se registra desde octubre, y llevó a que EEUU cerrara 2024 con una tasa de inflación de 2,9%, muy cerca del nivel (3,1%) en el que comenzó el año.
No pocos hemos cuestionado el “mega recorte” de tasas (50 puntos base) con el que la Fed comenzó su corto ciclo de bajas de tasas en septiembre pasado. Pero quienes defienden la decisión del emisor estadounidense aseguran el repunte reciente de la inflación se debe a fenómenos temporales, como el aumento de precios de los huevos. Por el contrario, destacan la ligera desaceleración de la inflación subyacente, que marcó 3,2% anual en diciembre, tras tres meses estancada en 3,3%. Además, sostienen que el efecto de base de comparación hará que la tasa de inflación general en 12 meses vaya bajando hasta acercarse nuevamente más al 2% hacia abril-mayo.
Pero el precio de los huevos sigue al alza. El mercado esperará con nerviosismo el reporte de inflación de enero que se publicará el miércoles 12 de febrero.
Gran parte de la atención estará en la inflación subyacente. Especialmente dadas reciente señales de desaceleración, como fueron las cifras menores a las esperadas para los índices PMI de enero.
Una inflación subyacente por debajo de 3,2% anual o una variación mensual de la inflación general más moderada reforzarían las apuestas por un fin a la pausa de parte de la Fed. Los futuros de tasas muestran que el mercado está dando un 40% de probabilidad de un recorte en la reunión de mayo, bajo el supuesto de que la inflación retomará su senda a la baja.
Pero tal acción se complicaría si la inflación general llega o, peor aún, supera el 3%. Sería prácticamente imposible para la Fed justificar un recorte de tasas con la inflación a tal nivel, aunque la medición subyacente se modere. Entre agosto 2023 y agosto 2024, la inflación general varió entre 3,2%, 3,7% y luego 3%. No fue hasta septiembre 2024, cuando la inflación cayó a 2,4% que se iniciaron las bajas.
La inflación es un componente clave en la agenda de Donald Trump. Su campaña prometió bajar los precios desde el primer día. En una entrevista con la cadena Fox News, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, reconoció la importancia de mejorar rápidamente la percepción de bienestar de los estadounidenses.
Sin muchas respuestas a la gripe aviar que ha decimado la producción de huevos, Bessent y Trump prefieren concentrarse en la energía: “Si conseguimos que la gasolina y el gas de calefacción vuelvan a bajar, los consumidores no sólo ahorrarán dinero, sino que su optimismo de cara al futuro les ayudará a recuperarse de los últimos años de alta inflación", declaró Bessent.
Con el primer mes de su administración en la mira, Trump y Bessent darían la bienvenida a una baja en la inflación de la cual poder atribuirse el mérito, y que dé un respiro a la incertidumbre generada por las amenazas de alzas de tarifas a socios comerciales. Los huevos, sin embargo, podrían amenazar sus planes.