Estudiantes de economía son más sexistas que pares de otras disciplinas y crece sesgo durante su formación
Según los autores de la investigación, para revertir está situación es primordial que aumenten las profesoras mujeres.
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“¿La economía te hace sexista?”, es el nombre del paper elaborado por los profesores de la Universidad de Chile Valentina Paredes y Francisco Pino, junto al académico de la Universidad de Boston, Daniele Paserman, donde responden la incógnita planteada respecto de estudiantes de ingeniería comercial en Chile, con alarmantes resultados que se publicarán en la National Bureau of Economic Research y la Review of Economic and Statistics del MIT.
A partir de una serie de cinco encuestas, a una muestra final de 3.723 estudiantes de siete universidades, los investigadores siguieron a un grupo en distintas etapas de su formación, centrándose en quienes cursaban economía y negocios, además de otras áreas para la comparación, entre éstas ingeniería, contabilidad, leyes, psicología y ciencias.
“Los estudiantes de economía ya están algo más sesgados al ingresar, antes de exponerse a cualquier clase de economía. La brecha es más pronunciada entre los estudiantes de segundo año en adelante”.
Así, el paper arroja que “los estudiantes de economía y negocios tienen sustancialmente más sesgos de género que los estudiantes en otros campos”, detallando que “los de economía ya están algo más sesgados al ingresar, antes de exponerse a cualquier clase de economía. La brecha es más pronunciada entre los estudiantes de segundo año en adelante, en particular entre los estudiantes varones”.
Así, Pino detalla a DF que “los estudiantes hombres de economía terminan con niveles de sexismo mayores que los estudiantes de otras carreras”, mientras que las mujeres “comienzan su carrera con niveles de sexismo más altos que las de otras carreras, y esta diferencia no cambia a lo largo de la carrera”.
Sexismo y su impacto
Para medir el sexismo, los estudiantes de la muestra respondieron preguntas sobre sesgos y creencias implícitas y explícitas. En estas últimas, se consideró tanto el sesgo hostil, “sentimientos negativos hacia las mujeres (por ejemplo, ‘las mujeres tratan de ganar poder controlando a los hombres’)”; como el benévolo, que “representa una ideología que ofrece protección a las mujeres que se ajustan a las normas de género tradicionales (por ejemplo, ‘los hombres deberían estar dispuestos a sacrificar su propio bienestar para brindar estabilidad económica a las mujeres’)”.
El estudio también consultó acerca de “creencias sobre las diferencias de género en la habilidad matemática” y solicitó evaluar “la importancia de varios factores (incluida la discriminación y las diferencias en preferencias y habilidades) para explicar la brecha salarial de género”.
Valentina Paredes, Profesora de la Fen de la Universidad de Chile.
“Los sesgos de género pueden llevar a que en el momento de contratación se privilegie a hombres por sobre mujeres de la misma capacidad”.
Francisco Pino, Profesor de la Fen de la Universidad de Chile.
“Nuestra evidencia muestra que tener más profesoras mujeres en economía contribuye a disminuir los sesgos de género”.
Esto último es relevante, dado que “es menos probable que las personas con actitudes de género más tradicionales atribuyan las diferencias de género en los resultados del mercado laboral a la discriminación, y es más probable que justifiquen estas brechas con diferencias en habilidades y preferencias (capital humano, aversión al riesgo), competitividad, preferencia por la conciliación de la vida familiar y laboral)”, sostienen.
De hecho, el sexismo detectado puede “llevar a que en el momento de contratación se privilegie a hombres por sobre mujeres de la misma capacidad y a que las mujeres tengan una menor probabilidad de ser promovidas. También puede llevar a que se espere de ellas que realicen tareas que no tienen que ver con la profesión misma, sino que son más bien ‘bienes públicos’, como la organización de las fiestas en la oficina, de modo que se sobrecarga a las mujeres con estas tareas no productivas”, asegura Paredes.
Por otra parte, el sesgo de género también puede ser decisivo a la hora de definir qué se va a estudiar. “Un ambiente que se percibe como hostil hacia las mujeres puede hacer que ellas decidan no seguir estudios en estas disciplinas”, agrega.
Mujeres a las aulas
Aunque la investigación no indaga en qué contribuye a que el sexismo se incremente durante la formación académica de los estudiantes de economía y negocios, la académica explica que “sabemos que el aumento del sexismo de estudiantes hombres de economía respecto a estudiantes de otras disciplinas se produce durante el primer año y medio/dos años de la carrera, cuando los estudiantes han tenido sus cursos introductorios de micro y macro, pero antes de cursar los cursos más avanzados de economía. Por lo tanto, una posible explicación es el material que se cubre en estos cursos introductorios”.
Por su parte, Pino sostiene que el estudio evidencia que “tener más profesoras mujeres en economía contribuye a disminuir los sesgos de género”.
Por ello, consultado sobre qué debieran hacer las casas de estudios, es enfático: “Contratar más profesoras de economía”.